El Malecón de La Habana es uno de los símbolos más representativos de la capital cubana. Este imponente muro de 8 kilómetros que bordea toda la costa norte de la ciudad, ha sido testigo de innumerables historias, leyendas y curiosidades a lo largo de más de un siglo de existencia.

Mucho más que una obra de ingeniería, el Malecón se ha convertido en un espacio de encuentro social, cultural y recreativo para los habaneros y los miles de turistas que visitan la isla. Sus más de 7000 metros lineales le han valido el mote de «el banco más largo del mundo», por ser el lugar predilecto para sentarse a conversar frente al mar.

Foto: Abel Rojas

Orígenes e historia de su construcción

Originalmente esta área era conocida como la Avenida del Golfo. A principios del siglo XX, debido al rápido crecimiento de la ciudad y las recurrentes inundaciones provocadas por fenómenos atmosféricos, se planificó la construcción de un muro de contención que protegiera la ciudad y a la vez sirviera de paseo costero.

El visionario proyecto de Francisco de Albear

El diseño original estuvo a cargo del prestigioso ingeniero cubano Francisco de Albear, célebre por haber construido el acueducto que lleva su nombre. Albear ideó una majestuosa avenida a 4 metros sobre el nivel del mar, con un muro separado de la costa y bóvedas en la base que pudieran tener diversos usos.

Este revolucionario proyecto hubiera convertido al Malecón en una maravilla de la ingeniería, pero lamentablemente su elevado costo impidió que se concretara según la ambiciosa visión de su creador. No obstante, sentó las bases para la monumental obra que hoy es uno de los grandes orgullos de Cuba.

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Construcción por etapas

La construcción del Malecón se ejecutó en diferentes etapas entre 1901 y 1959:

– 1901-1902: primer tramo del Paseo del Prado a la calle Crespo. Este inicialmente contemplaba árboles y farolas, idea que fue descartada por el clima adverso.

– 1902-1919: hasta la calle Belascoaín. En 1909 llegó hasta el café Vista Alegre, punto de encuentro de la alta sociedad habanera.

– 1921-1927: hasta el Monumento al Maine. Implicó rellenar la Caleta de San Lázaro, que tenía 93 metros de ancho por 5 de profundidad.

– 1927-1930: desde La Punta hasta el Castillo de la Fuerza. Se ganaron 111.000 m2 al mar para parques y soluciones viales.

– 1930-1950: hasta la calle G. Durante el gobierno de Gerardo Machado.

– 1950-1958: hasta el río Almendares. Se unió al túnel de La Calzada.

En total fueron 58 años de obras, con grandes pausas entre las diferentes fases. Esto se debió a los vaivenes económicos del país que a veces retrasaban los trabajos.

Foto: Abel Rojas

Curiosidades y leyendas del Malecón

A lo largo de su historia, el Malecón habanero ha sido escenario de múltiples anécdotas, sucesos memorables y pintorescas leyendas urbanas. Algunas de las más curiosas son:

El edificio de los ataúdes

Uno de los edificios más emblemáticos es el conocido como «el edificio de los ataúdes», cuyos balcones tienen forma de féretros. Cuenta la leyenda que el dueño lo mandó a construir en memoria de su hija de 15 años que murió ahogada en el mar justo frente a ese lugar.

Hotel para la alta sociedad

Donde hoy se encuentra el Hotel Paseo del Prado, a principios del siglo XX existía un lujoso hotel llamado Miramar, que fue el primero en Cuba en exigir saco y corbata a sus camareros, y prohibir el bigote. Costaba la astronómica suma de 10 dólares la noche, reservado solo para la alta sociedad habanera.

Cementerio bajo el agua

Antiguamente frente a la calle San Lázaro, antes de construirse el muro, existían casas sobre pilotes con sótanos abiertos por donde entraba el oleaje. Algunos afirman que todavía quedan restos humanos de ese «cementerio» bajo las aguas. Un escalofriante secreto en el fondo marino.

El Maine y su misteriosa águila

El Monumento al acorazado Maine estaba coronado por un águila, pero esta desapareció luego de ser derribada por un ciclón y nunca fue repuesta. Algunos lo atribuyen a un cambio de mentalidad tras el triunfo revolucionario, que hizo inconvenientes los símbolos imperialistas.

El palacio desaparecido

Donde hoy se encuentra la Fuente de la Juventud, hasta 1955 existió el imponente Palacio de Convenciones y Deportes, que albergaba espectáculos de talla mundial. Fue demolido para expandir el Malecón en una polémica decisión.

Pescadores de leyenda

Foto: Depositphotos

En el tramo frente al Hotel Nacional aún se congregan hoy los pescadores que hacen de este lugar su punto de encuentro predilecto, manteniendo viva una tradición que se remonta al siglo XIX. Las fotos de pescadores en el Malecón son uno de los recuerdos más solicitados.

Glorieta emblemática

En la intersección del Prado y el Malecón existió una glorieta neoclásica que era sede de las populares retretas de la Banda Municipal de Conciertos. Fue la primera construcción de hormigón armado en Cuba, demolida para expandir el paseo costero.

La historia del Malecón está llena de mitos y leyendas, que se entremezclan con los acontecimientos reales que ha presenciado esta emblemática avenida a lo largo del tiempo. Ha sido mudo testigo de la evolución de La Habana y el pueblo cubano a través de más de un siglo de cambios. Este fascinante patrimonio arquitectónico y cultural seguirá atrayendo por muchos años más la mirada y la imaginación de propios y extraños.

Fotos: Tomadas de Depositphotos y Abel Rojas / PanamericanWorld