En 2026, el mayor espectáculo deportivo del planeta aterrizará en Estados Unidos. La Copa Mundial de la FIFA, por primera vez con 48 equipos y 104 partidos, llegará con cifras estratosféricas: más de 6 millones de turistas internacionales, una inyección económica estimada en 30.5 mil millones de dólares para el país que recibirá la mayor cantidad de juegos y 185,000 empleos generados.
La Copa Mundial 2026 no solo será una fiesta deportiva. Para millones de emprendedores latinos —desde quienes atienden una taquería en Houston hasta quienes desarrollan apps en Miami, será una oportunidad sin precedentes para crecer, consolidarse y visibilizar el músculo económico de una comunidad que ya representa la quinta economía mundial por sí sola.
La quinta economía del mundo… sin país propio
Si se midiera como una nación independiente, la comunidad latina en Estados Unidos ocuparía el quinto lugar en el ranking económico global. Con un PIB que alcanzó los 4.1 billones de dólares en 2023 y un poder de compra proyectado de 2.6 billones para 2026, los latinos no solo consumen: crean riqueza, generan empleo y lideran en sectores clave como la alimentación, la hospitalidad, el entretenimiento y los servicios digitales.

Y el fútbol no es un producto importado para ellos. Es identidad. Es memoria familiar. Es ritual. El 73% de los latinos adultos en EE.UU. se declara fanático del fútbol, y casi la mitad de los estadounidenses interesados en el Mundial son hispanos. Para Telemundo, por ejemplo, las cifras de audiencia en español durante el torneo de Catar 2022 marcaron récords que ninguna otra cadena pudo igualar.
Este contexto convierte a los negocios latinos en una pieza estratégica de la economía mundialista. No solo porque serán proveedores de productos y servicios, sino porque serán anfitriones culturales de una experiencia que va mucho más allá de los estadios.
Restaurantes, música y fútbol: la experiencia latina como marca
En ciudades como Los Ángeles, Miami, Houston o Nueva York —todas sedes del torneo y con una alta concentración de población latina— ya se preparan los primeros planes para capitalizar el Mundial. Se espera que muchos restaurantes latinos aumenten sus ventas entre un 30% y 50% durante los días del torneo. Las watch parties en español, los menús inspirados en selecciones latinoamericanas y las fiestas con DJs y bandas locales formarán parte del paquete emocional que tanto turistas como residentes buscarán.
En paralelo, agencias turísticas latinas están diseñando experiencias temáticas que combinan partidos con rutas de salsa, tequila, historia y gastronomía tradicional. Y no se trata solo de entretenimiento: muchos visitantes están dispuestos a pagar más por este tipo de vivencias. Se estima que los paquetes experienciales pueden alcanzar los 1,200 dólares por persona, lo que multiplica el impacto económico directo en barrios y comercios que suelen quedar al margen de los grandes eventos internacionales.
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Comercio, tecnología y contenido: más allá de la calle
El auge no se detendrá en la calle. También crecerá en el universo digital. Empresas lideradas por latinos están desarrollando productos tecnológicos pensados para este momento: desde aplicaciones de traducción en tiempo real hasta plataformas para encontrar experiencias locales en español. Se prevé un aumento significativo en la creación de contenido, podcasts y transmisiones digitales en Spanglish.
Y en el plano comercial, las ferias, pop-ups y mercados latinos tendrán un rol clave en el merchandising no oficial del Mundial: camisetas personalizadas, souvenirs culturales y artesanías vinculadas al fútbol y a la identidad de cada país latinoamericano participante.
Ciudades como Houston ya han comenzado a financiar iniciativas de este tipo. En 2024, un consorcio de taquerías lideradas por mujeres lanzó una tarjeta prepago llamada “Taco-Pass”, que tuvo gran acogida durante la Copa América. El éxito fue tal que obtuvieron un contrato para ofrecer catering en el NRG Stadium durante el Mundial. Es solo un ejemplo de cómo la creatividad y la cultura pueden convertirse en negocio sostenible.
El riesgo de quedar en la banca
Pero el camino no está libre de obstáculos. La mayoría de los negocios latinos en EE.UU. son pequeñas empresas familiares. Más del 90% comenzó con ahorros propios y enfrenta dificultades para acceder a créditos o fondos públicos. Las tasas de interés, las exigencias de garantías y la falta de información financiera impiden a muchos escalar sus operaciones justo cuando más lo necesitan.
Además, las certificaciones necesarias para acceder a licitaciones o programas oficiales son, muchas veces, inalcanzables sin acompañamiento técnico. Y mientras las grandes corporaciones acaparan los contratos de patrocinio FIFA, los negocios locales corren el riesgo de quedar fuera del circuito oficial, limitándose a zonas “no oficiales” donde la visibilidad y los ingresos son menores.

A esto se suma un fenómeno que ya comienza a preocupar: el desplazamiento inmobiliario. En varios vecindarios cercanos a estadios, las rentas comerciales se han disparado entre un 200% y 400%. Muchos pequeños negocios latinos podrían ser expulsados justo antes del momento en que podrían crecer.
Por supuesto, aquí tienes el nuevo fragmento del artículo con un subtítulo H3, insertado de forma coherente en la narrativa del texto. Mantiene el estilo periodístico, con análisis y contexto sobre las políticas migratorias y cómo podrían impactar en el Mundial 2026 para la comunidad latina:
Obstáculos políticos: el fantasma de Trump y las restricciones migratorias
Aunque la Copa Mundial 2026 promete ser una celebración del multiculturalismo, no se puede ignorar un factor de riesgo con implicaciones profundas: las políticas migratorias restrictivas impulsadas por la administración de Donald Trump, que generan incertidumbre sobre el acceso de turistas latinoamericanos y la estabilidad emocional de las comunidades inmigrantes en EE.UU.
En los primeros seis meses de su segundo mandato, Trump ha impuesto vetos migratorios, endureció los procesos de visado y promovió un discurso abiertamente hostil hacia los latinos. Aunque los atletas y el personal oficial de FIFA cuentan—supuestamente— con garantías de entrada, no está claro si millones de aficionados provenientes de países latinoamericanos podrán obtener sus visas con facilidad.
Esto podría tener un efecto directo sobre la economía latina en el torneo. Menos turistas significa menos consumo en restaurantes, hoteles, tiendas y servicios liderados por latinos. Además, el clima político podría desalentar a las marcas de invertir en activaciones comunitarias o eventos en vecindarios predominantemente hispanos por temor a controversias.
También hay un impacto psicológico: el ambiente antiinmigrante genera miedo y retraimiento en muchos empresarios latinos, que ya enfrentan barreras financieras, legales y sociales. La ansiedad por las olas de redadas o vigilancia adicional puede frenar inversiones clave o hacer que algunos negocios se mantengan en la informalidad, perdiendo así acceso a los beneficios del evento.
Frente a este panorama, diversas organizaciones hispanas están activando estrategias de protección y visibilidad. Se impulsan campañas de «Fan Visas Now», alianzas con consulados latinoamericanos, redes de apoyo legal y protocolos de inclusión para garantizar que el Mundial no se convierta en un evento excluyente, sino en una oportunidad de orgullo y crecimiento para la comunidad latina, incluso en tiempos adversos.
Planificación, redes y legado: la fórmula del éxito
Frente a estos desafíos, la respuesta está en la planificación colectiva. Cámaras de Comercio Hispanas, como la de Nueva Jersey, ya han lanzado programas de capacitación, certificación y mentoría para empresarios latinos. Otras, como Visit Seattle Legacy Fund, ofrecen microcréditos a tasa cero y apoyo para que los negocios puedan mejorar su infraestructura y digitalización.
El reto va más allá de 2026. El Mundial puede ser la puerta de entrada a una nueva etapa de protagonismo económico latino en EE.UU., pero ese futuro no está garantizado. Requiere visión de largo plazo, inversión en tecnología, profesionalización y construcción de redes empresariales sólidas.
Porque si algo enseña la historia del fútbol, es que no se gana solo con talento. Se gana con estrategia, equipo y preparación. Y para la comunidad latina, este no es solo un torneo: es una oportunidad para jugar de local en el mayor escenario del mundo económico y cultural.
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