El mundo del atletismo tiene puesta su mirada en Kingston, Jamaica, donde Michael Johnson, el legendario velocista con cuatro medallas de oro olímpicas, dará inicio a la temporada inaugural de Grand Slam Track.
Esta ambiciosa nueva liga promete revolucionar el deporte, ofreciendo una plataforma fresca para los atletas, recompensas financieras sin precedentes y la oportunidad de mantener el foco olímpico encendido todo el año. Con la pista recién renovada del Estadio Nacional brillando en los colores verde, amarillo y negro de Jamaica, la visión de Johnson está lista para encender una revolución en el atletismo.
Una visión nacida de un legado
Michael Johnson no es ajeno a hacer historia. El estadounidense de 57 años dominó los años 90. En esa década ganó el oro en los 200 y 400 metros en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y estableció récords mundiales que consolidaron su estatus como ícono del atletismo. Ahora, cambia sus zapatillas por el rol de comisionado, motivado por la creencia de que el atletismo merece más que su momento olímpico cada cuatro años. “El deporte no necesita ser salvado”, asegura Johnson, “pero sí necesita un impulso”. Grand Slam Track es su respuesta: una liga diseñada para cerrar la brecha entre los picos olímpicos y los años más silenciosos del deporte.
Llenar el vacío
Para muchos aficionados, el encanto del atletismo alcanza su punto máximo cada cuatro años, solo para desvanecerse cuando los atletas se dispersan en competencias fragmentadas con poca atención mediática. Johnson ve a Grand Slam Track como la solución, un escenario constante donde los mejores del mundo puedan enfrentarse regularmente. Con cuatro eventos programados para 2025 —comenzando en Kingston, seguido por Miami, Filadelfia y Los Ángeles—, la liga busca mantener la adrenalina fluyendo y las rivalidades vivas, mientras aprovecha mercados ansiosos por competencias de élite.
El esquema del Grand Slam Track
El debut de la liga cuenta con una alineación que parece un resumen de los Juegos Olímpicos. Sydney McLaughlin-Levrone, la imbatible poseedora del récord mundial en 400 metros con vallas, encabeza un grupo que incluye a destacados de París 2024 como Gabby Thomas, Cole Hocker y Grant Fisher. Estos 48 “corredores” contratados tienen asegurada su participación en cada evento, acompañados por 48 “Desafiantes” —estrellas emergentes que buscan demostrar su valía—. Juntos, competirán en seis categorías de eventos, desde sprints cortos hasta distancias largas, garantizando una exhibición diversa de velocidad y resistencia.
Dos carreras, un campeón
Lo que distingue al Grand Slam Track es su formato innovador. Cada atleta enfrentará dos carreras por evento dentro de su categoría —piensa en 100 y 200 metros para velocistas cortos, o 3000 y 5000 metros para corredores de larga distancia—. Los puntos de ambas carreras determinan al ganador, añadiendo una capa de estrategia y resistencia. “No se trata de una sola carrera”, explica Johnson. “Se trata de consistencia y versatilidad”. Este giro promete un drama emocionante, especialmente cuando medallistas olímpicos de 1500 metros como Hocker y Josh Kerr se midan contra especialistas de 800 metros en un solo fin de semana.
Grandes premios, mayores apuestas
El dinero habla y el Grand Slam Track lo hace a gritos. Con un fondo de premios de 12.6 millones de dólares —respaldado por una inversión de 30 millones de Winners Alliance—, los ganadores de cada grupo de eventos se embolsan 100,000 dólares por evento, mientras que el octavo lugar recibe 10,000 dólares. Súmale salarios base para los Corredores, algo raro en el atletismo, y el incentivo financiero es evidente.
Kingston da el arranque del Grand Slam Track
La elección de Kingston para el evento inaugural no es casualidad. El legado atlético de Jamaica —piensa en Usain Bolt y Shelly-Ann Fraser-Pryce— se combina perfectamente con sus apasionados aficionados, quienes, según Johnson, “encenderán” la serie. La pista del Estadio Nacional, renovada con apoyo de la liga, ya está siendo elogiada por su velocidad, preparando el escenario para actuaciones espectaculares. Con temperaturas cercanas a los 30 grados Celsius y alta humedad, las condiciones podrían poner a prueba a los atletas tanto como sus rivales.
Enfrentamientos imperdibles

El primer día promete fuegos artificiales. McLaughlin-Levrone competirá en los 400 metros con vallas, enfrentándose a finalistas olímpicas como Rushell Clayton y Jasmine Jones, antes de regresar para un 400 metros planos que podría desafiar un récord estadounidense. Mientras tanto, el grupo masculino de distancia corta reúne a Hocker, Kerr y Yared Nuguse —medallistas de 1500 metros en París— contra ases de 800 metros como Emmanuel Wanyonyi.
Más allá de la pista
El Grand Slam Track no es solo para el público del estadio. Casi 200 países sintonizarán, con Peacock y The CW cubriendo EE.UU., Eurosport abarcará Europa y Asia, mientras TNT Sports lo transmitirá en el Reino Unido e Irlanda.
Más allá del dinero, la liga mima a sus estrellas. Vuelos en clase ejecutiva, boletos para familiares y espacio para videógrafos personales señalan un nuevo nivel de profesionalismo.
Desafíos y críticas
No todos están a bordo. Nombres grandes como Noah Lyles, Sha’Carri Richardson y Jakob Ingebrigtsen están ausentes, una brecha que podría afectar el atractivo en EE.UU., donde Lyles, en particular, es una fuerza comercializable. La falta de eventos de campo —dejando fuera al rey del salto con garrocha Mondo Duplantis— también limita el alcance. Johnson resta importancia a los críticos. “Tenemos asegurados a 48 de los mejores. Eso es lo que importa”, dice, enfocándose en el talento que tiene más que en quién falta.
El largo plazo del Grand Slam Track
Llenar estadios durante eventos de tres días en ciudades como Miami y Los Ángeles es un desafío grande, especialmente en un panorama deportivo saturado. Johnson admite que el primer año no será rentable —“las startups no lo son”, bromea—, pero está comprometido a largo plazo. El apoyo del presidente de World Athletics, Sebastian Coe, quien ve el “brillo” que esto aporta, refuerza su determinación. “Estamos creciendo la marca, la base de fans, el compromiso”, dice Johnson. “Eso es el éxito por ahora”.
¿Un nuevo amanecer para el atletismo?
Cuando suene la pistola de salida en Kingston, el Grand Slam Track podría redefinir el atletismo. No se trata de reemplazar a la Diamond League o World Athletics —Johnson lo llama “un producto diferente”—, sino de tallar un nicho donde los atletas prosperen y los fans sigan enganchados. Para Johnson, es una deuda saldada con un deporte que le dio todo. Vuele o tropiece, una cosa es segura: el atletismo acaba de volverse mucho más ruidoso.

