La Serie Mundial 2025 entre los Toronto Blue Jays y los Los Angeles Dodgers no solo enfrenta a dos potencias de distintos países. Representa, sobre todo, el triunfo del talento latino en el béisbol moderno. En una final donde más de una decena de jugadores nacidos en América Latina tendrán protagonismo directo, el “Clásico de Otoño” se convierte también en un escaparate cultural y simbólico del poder hispano en las Grandes Ligas.
Nunca antes el peso latino había sido tan determinante. La MLB reportó al inicio de la temporada que 265 jugadores activos nacieron fuera de Estados Unidos, y de ellos, más de un centenar son dominicanos. A esa fuerza se suman mexicanos, venezolanos, puertorriqueños y cubanos que hoy, en la Serie Mundial, ocupan posiciones clave en ambos equipos.
Vladimir Guerrero Jr., de tal padre…tal hijo

Si hay un nombre que sintetiza el espíritu latino de esta Serie Mundial, ese es Vladimir Guerrero Jr.. A los 26 años, el inicialista dominicano llega como el MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Su promedio de .385, tres jonrones y seis carreras impulsadas en la serie ante Seattle lo colocaron como el séptimo dominicano en la historia en conquistar este premio.
Más allá de los números, Guerrero Jr. representa una historia de herencia y continuidad. Al igual que su padre, Vladimir Guerrero Sr., quien jugó la Serie Mundial de 2010 con Texas, el joven astro forma parte de la tercera dupla de padre e hijo dominicanos que alcanzan la máxima instancia del béisbol. Su presencia simboliza la madurez de una nueva generación de peloteros latinos que crecieron dentro del sistema de las Grandes Ligas y hoy compiten de igual a igual con las estrellas más consolidadas del mundo.
En Toronto, su figura va más allá del terreno. Guerrero firmó este año una extensión de contrato de 500 millones de dólares, la más alta en la historia de esta franquicia, y se ha convertido en el rostro de un equipo que busca su primer título en 32 años. Para República Dominicana, su actuación reafirma el legado de un país que sigue generando talento de elite, año tras año.
Los Dodgers y su legión de Caribe
Del otro lado del diamante, los Dodgers llegan como campeones defensores y máximos favoritos al título. Pero más allá de la presencia mediática de Shohei Ohtani, Mookie Betts o Freddie Freeman, su éxito también tiene una profunda raíz latina. Nombres como Teoscar Hernández, Enrique “Kike” Hernández, Miguel Rojas y el cubano Andy Pages le dan a Los Ángeles un sabor caribeño que se refleja en su energía, defensa y agresividad en los turnos decisivos.
Teoscar Hernández, dominicano, ha sido pieza clave en el line-up angelino. Su poder y experiencia en postemporada lo han convertido en un referente del equipo. En tanto, el veterano boricua Kike Hernández, símbolo de versatilidad, vuelve a una Serie Mundial que ya conoce bien, y el venezolano Miguel Rojas ha aportado liderazgo y estabilidad defensiva en el infield. Y entonces está Andy Pagés, la gran revelación cubana del año.

Apenas con 24 años, nacido en Pinar del Río, Pagés representa la renovación del béisbol cubano en las Grandes Ligas. Debutó oficialmente en 2024, pero ha explotado en esta temporada, con un rendimiento que combina potencia y madurez.
Su historia tiene además un trasfondo simbólico. En un contexto donde cada vez menos jugadores cubanos logran debutar directamente en MLB, Pagés encarna una nueva vía: la del talento paciente, formado y adaptado al sistema norteamericano. Su presencia en esta Serie Mundial, junto al también cubano Yariel Rodríguez (en los Blue Jays), devuelve a Cuba un protagonismo que había perdido desde los tiempos de Aroldis Chapman o Yulieski Gurriel.
Los Blue Jays: una ofensiva con acento latino

En el bando canadiense, el peso latino es aún más evidente. Además de Guerrero Jr., destacan el mexicano Alejandro Kirk, el venezolano Andrés Giménez y el cubano Yariel Rodríguez, todos fundamentales para que Toronto regresara a una Serie Mundial por primera vez desde 1993.
Kirk, símbolo de la nueva camada mexicana en MLB, aporta contacto y lectura del juego detrás del plato. Giménez, desde el cuadro, se ha consolidado como un bateador oportuno y sólido en defensa. Y en el caso de Yariel Rodríguez, su historia es especialmente significativa: tras años de adaptación en Japón se ha convertido en una opción confiable como relevista.
La herencia y el contexto, una historia más grande que el juego
Esta Serie Mundial no solo enfrenta a dos equipos en racha; enfrenta dos narrativas. Los Dodgers representan el poder establecido, el modelo de franquicia millonaria y dominante. Los Blue Jays, en cambio, simbolizan la resistencia y el renacer de una organización que vuelve a creer en la gloria. En medio de ese choque, los latinos son el punto de conexión. Son los que cargan con la emoción del Caribe, la resiliencia de América Latina y la búsqueda constante de reconocimiento en un deporte históricamente marcado por las diferencias culturales y económicas.
La Serie Mundial más multicultural de la era moderna

Nunca una Serie Mundial había reunido tanto talento diverso. Sea cual sea el campeón, este Clásico de Otoño quedará como un hito en la historia del béisbol latinoamericano. Si Toronto levanta el trofeo, será por los batazos de Guerrero Jr. y el temple de sus compatriotas. Si Los Ángeles repite la corona, el brillo de Teoscar, Kike, Rojas y Pagés marcará la narrativa.
El béisbol —ese lenguaje que une el Caribe, América y el norte continental— ha encontrado en los jugadores latinos su motor más constante. Esta Serie Mundial lo confirma: el futuro del juego se pronuncia con pasión, ritmo y acento hispano.

