Durante dos días las primeras conversaciones públicas en más de cinco décadas entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos centraron la atención mediática mundial. Más de 400 periodistas se acreditaron para cubrir el histórico encuentro que se realizó a puertas cerradas en el Palacio de Convenciones. ¿Qué cambió después de los intercambios liderados por Roberta Jacobson y Josefina Vidal? Los resultados visibles no lucen tan alentadores, pero quizás lo más importante sea que continuarán los diálogos, lo cual no es poco, si tenemos en cuenta los encontronazos de La Habana y Washington por más de medio siglo.

En el Palacio de Convenciones hubo varias declaraciones importantes, desde la aseveración por la parte estadounidense del mantenimiento de la Ley de Ajuste —que otorga, al año, el permiso de residencia a todo cubano que llegue a territorio estadounidense—, la ampliación del número de visas de visitantes en 2015 hasta el reconocimiento mutuo de la posibilidad de cooperar en áreas como la seguridad aérea y la aviación, la respuesta a derrames de hidrocarburos, el enfrentamiento al narcotráfico, el terrorismo y las epidemias.

La apertura de las embajadas fue otro tema clave abordado; aunque no se anunció una fecha tentativa para su concreción. Desde Washington, John Kerry aseguró que viajaría a Cuba cuando fuera “apropiado”. “Estoy preparado, en el momento adecuado, a fin de reunirme en algún lugar con mi homólogo, el ministro de Exteriores de Cuba. Hemos hablado varias veces por teléfono y nos reuniremos cuando sea apropiado”, dijo el Secretario de Estado; mientras, Cuba reconoció que las regulaciones aprobadas por Barack Obama y que entraron en vigor el pasado 16 de enero “marchan en una dirección positiva, en tanto modifican algunos aspectos del Bloqueo”.

Una de las preguntas dirigidas a Vidal – directora de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba – durante la conferencia de prensa, ofrecida tras el fin de las conversaciones, abordó una de las temáticas que más expectativas despierta entre los cubanos: la posibilidad del aumento de viajeros estadounidenses a la Isla, en 2015.

La diplomática aseguró que no podía afirmar si se produciría ese incremento; pero “los analistas de esta área consideran que puede ocurrir a partir de que ya existe una Licencia General, pero tendremos que ver en las próximas semanas cómo irán manifestándose los números de visitantes a nuestro país para tener una idea clara de qué montos estamos hablando de crecimiento de los viajes de Estados Unidos a Cuba”, explicó Vidal.

¿Qué podría suceder en las próximas semanas, con relación a los viajes de estadounidenses a Cuba? La Administración Obama aseveró que se mantiene la categoría pueblo-a-pueblo, dedicada a viajes en grupos, con programas prediseñados que incluyan actividades de intercambio y que sigue en vigor la legislación del Bloqueo que impide expresamente los viajes de turismo de los estadounidenses. Las nuevas medidas representan solo “una expansión de los viajes bajo licencias generales para las doce categorías de viajes a Cuba autorizadas por ley”; pero…

De acuerdo con el economista Antonio Díaz Medina, Profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana, en un artículo publicado en la revista Temas, están creadas todas las condiciones para un notable crecimiento en las visitas de los estadounidenses a Cuba.

Un lustro atrás, con las primeras medidas adoptada por Obama tras llegar a la Casa Blanca, se dispararon los viajes de los cubanoamericanos a la Isla, por lo que, en la actualidad, Estados Unidos ocupa el segundo lugar como emisor de visitantes extranjeros a Cuba, solo superado por Canadá. La gran mayoría son cubanos con residencia estadounidense, pero se estima que más de 90 mil estadounidenses estuvieron en Cuba en 2014, con viajes autorizados y otro grupo, mucho más reducido, arribó al país después de evadir las restricciones.

Las autoridades de la Aduana cubana optan por no acuñar los pasaportes de estas personas, para evitarles problemas a su regreso a Estados Unidos; además, tienen una política muy flexible y rápida para entregar visas a todos los que llegan con fines turísticos.

Nuevas regulaciones que entraron en vigor

Las regulaciones adoptadas por Washington y que entraron en vigor 16 de enero establecen que las 12 categorías de viajes autorizadas serán cubiertas por licencias generales. Según Díaz Medina, esto significa “la plena autorización para viajar y realizar transacciones por el motivo definido en cada una, lo que implica no tener que pedir permiso específico para hacerlo, ni rendir informes a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, Departamento del Tesoro) sobre sus viajes, sobre la base de que cada viajero está seguro de cumplir con sus requisitos.”

De las 12 categorías con Licencia General 7 existían previamente: visitas familiares, visitas oficiales para funcionarios del gobierno norteamericano y gobiernos de otros países, así como de organizaciones internacionales, radicadas en  Estados Unidos; periodistas; investigaciones profesionales y asistencia a eventos de este carácter; viajes educacionales; actividades religiosas y viajes de negocios relacionados con la exportación e importación, o la trasmisión de información o de materiales de información, así como otras transacciones de exportación autorizadas en las actuales regulaciones.

Mientras, se añadieron 5 categorías que ya cuentan con Licencia General: actividades educacionales; actividades de fundaciones privadas, así como de institutos de investigación o educacionales; actuaciones públicas, clínicas, talleres, eventos deportivos y otras competiciones y exhibiciones; apoyo al pueblo cubano y proyectos humanitarios.

¿Vuelos regulares EE.UU – Cuba?

Hasta ahora los vuelos directos entre Estados Unidos y Cuba se realizan a través de los operadores de vuelos charters, que cuentan con licencia de la OFAC, junto con Havanatur Celimar, que es el receptivo y operador aéreo cubano.

Las nuevas regulaciones de la OFAC eliminan la obligación de que los vuelos entre los dos países sean charters. A partir de ahora sería posible establecer vuelos regulares, un escenario interesante para compañías aéreas, no solo estadounidenses, aunque la apertura de este tipo de vuelos no parece vislumbrarse a un corto plazo.

En 2010 Obama autorizó la salida de vuelos hacia Cuba desde 19 de los principales aeropuertos estadounidenses, asegura Díaz; sin embargo, por falta de mercados, en el último lustro solo han incorporado dos nuevos aeropuertos con vuelos directos: Tampa y Fort Lauderdale. El progresivo aumento en el número de viajeros estadounidenses, autorizados por las 12 categorías, incidiría en que otros aeropuertos asumieran la salida de vuelos directos entre los dos países. Por ejemplo, compañías como American Airlines, Delta y United tienen la licencia para viajar a Cuba, pero hasta ahora no la han utilizado. En 2015, si aumentara la demanda, quizás cambie esa realidad.

Otro detalle de mucho peso: los estadounidenses podrían pagar en Cuba con sus tarjetas de crédito y débito; además, organizaciones como agencias de viajes, turoperadores, operadores aéreos, universidades y otras tendrían la posibilidad de abrir cuentas bancarias en Cuba. Todo esto ayuda a simplificar y abarata los trámites.

Díaz Medina explica en su artículo que, en 2015, el total de visitantes estadounidenses podría superar los 150 mil y en 2016 la cifra crecería hasta 200 mil.

Las conversaciones entre La Habana y Washington prometen ser largas y muy complicadas, a partir de las fuertes desavenencias en temas económicos y de derechos humanos; pero mientras los políticos tratan de ponerse de acuerdo, el intercambio entre dos pueblos separados físicamente tan solo por 90 millas, pero alejados enormemente por más de cinco décadas, parece un proceso sin retorno.