Cuba, conocida por sus playas de ensueño y su vibrante cultura, esconde un rincón natural que merece ser descubierto: Soroa. Este pequeño paraíso en la provincia de Artemisa es un refugio de vegetación exuberante, cascadas espectaculares y una biodiversidad que enamora. Apodado «el arcoíris de Cuba», Soroa combina la magia de la naturaleza con un legado histórico que lo hace único.
¿Qué hace especial a Soroa?
Soroa no es solo un lugar; es una experiencia inmersiva en la naturaleza virgen. Ubicado en la Sierra del Rosario, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1985, este enclave destaca por su clima húmedo y su rica biodiversidad. Su nombre proviene de los hermanos españoles Lorenzo y Antonio Soroa Muñagorri, quienes en el siglo XIX se asentaron aquí, atraídos por su belleza y el potencial para cultivos como el café. Las ruinas de esas plantaciones aún persisten y añaden un eco histórico al paisaje.
El apodo «el arcoíris de Cuba» surge de los frecuentes arcoíris que adornan sus cascadas y valles, gracias a la combinación de lluvias y luz solar. Este entorno natural, sumado a su tranquilidad, lo convierte en un destino ideal para quienes buscan desconectar y maravillarse con el lado más salvaje de la isla.
Principales atracciones de Soroa
El Salto de Soroa, la joya de la corona
El Salto de Soroa es, sin duda, el corazón de este destino. Esta cascada de 22 metros de altura se precipita en una piscina natural de aguas cristalinas, rodeada por un bosque tropical de palmas, helechos y árboles frondosos.

El sonido del agua al caer crea una atmósfera de paz, mientras que los senderos bien señalizados desde el estacionamiento hacen que sea accesible para todos. Nadar en sus aguas frescas es una experiencia refrescante, especialmente en los días cálidos, y muchos visitantes se detienen a capturar el momento en que un arcoíris aparece suspendido sobre la cascada, un fenómeno frecuente que refuerza el apodo del lugar.
Además, el área circundante está salpicada de pequeñas pozas y riachuelos que invitan a explorar, convirtiendo al Salto en mucho más que una simple parada: es un lugar para conectarse con la naturaleza en su estado más puro. Los lugareños cuentan historias de cómo esta cascada ha sido un punto de encuentro durante generaciones, añadiendo un toque cultural a su belleza.
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Orquideario de Soroa, un paraíso floral
El Orquideario de Soroa es otra joya que no puedes pasar por alto. Fundado en 1943 por Tomás Felipe Camacho como homenaje a su esposa e hija, este jardín botánico alberga la mayor colección de orquídeas de Cuba, con más de 700 especies, de las cuales 130 son endémicas de la isla.

Al caminar por sus senderos, te envuelve un mundo de colores y aromas, desde orquídeas diminutas que parecen joyas hasta ejemplares exóticos que cuelgan de los árboles. El lugar también cuenta con miles de plantas ornamentales, helechos y árboles tropicales que crean un microcosmos de biodiversidad. Los invernaderos, cuidadosamente mantenidos, permiten observar especies raras en su hábitat controlado, mientras que las áreas al aire libre ofrecen vistas de colinas cubiertas de vegetación. Es un sitio perfecto para los amantes de la botánica y para quienes buscan un paseo tranquilo entre la flora cubana.
Mirador de Venus
El Mirador de Venus es un regalo para los sentidos y un desafío para los aventureros. Situado a 375 metros sobre el nivel del mar, este punto ofrece vistas panorámicas de la Sierra del Rosario que quitan el aliento.
El ascenso, que puede hacerse a pie o a caballo, atraviesa un bosque tropical lleno de vida: el canto de las aves, el susurro de las hojas y el aroma de la tierra húmeda acompañan cada paso. Al llegar a la cima, el paisaje se despliega como una pintura viva, con colinas ondulantes, valles verdes y, en días despejados, incluso el lejano brillo del mar.
Es un lugar ideal para la fotografía, pero también para la reflexión, ya que su aislamiento y altura transmiten una sensación de libertad absoluta. Los senderos hacia el mirador están salpicados de pequeñas sorpresas, como flores silvestres o vistas parciales que anticipan el gran final.
Las ruinas de las plantaciones de café
Las ruinas de las antiguas plantaciones de café, como La Merced, son un puente al pasado colonial de Soroa. Estas estructuras, construidas por colonos franceses en el siglo XIX, hoy están cubiertas de musgo y enredaderas, fusionándose con el entorno natural. El «Sendero de las Ruinas de Cafetales Franceses», que se extiende por unos 7 km, te lleva a través de estas reliquias históricas mientras el bosque tropical las abraza.
Caminar entre ellas es como retroceder en el tiempo: puedes imaginar las jornadas de trabajo bajo el sol, el aroma del café recién tostado y la vida de quienes habitaron estas tierras. El sendero también pasa por miradores naturales y arroyos, combinando historia con paisajes vivos.
Actividades para disfrutar en Soroa
Observación de aves
Soroa es un edén para los amantes de las aves. Con más de 50 especies, incluyendo el tocororo (ave nacional de Cuba) y el diminuto colibrí, el área es un hotspot para la ornitología. Las excursiones guiadas te llevan por senderos donde el canto de las aves llena el aire, y con un poco de paciencia, puedes avistar estas criaturas en su hábitat natural.
Senderismo y paseos a caballo
Los senderos de Soroa ofrecen rutas para todos los gustos, desde caminatas cortas hasta exploraciones más largas como la Sierra Derrumbada o la Poza del Amor, una piscina natural escondida entre rocas. Los paseos a caballo, organizados localmente, son otra forma de recorrer el paisaje.
Baños romanos, una relajación natural
Los Baños Romanos, cerca del Salto de Soroa, son piscinas de aguas sulfurosas con propiedades relajantes. Rodeados de naturaleza, estos baños ofrecen un espacio para descansar tras un día de exploración, con la opción de masajes que potencian la experiencia. Es el cierre perfecto para una visita a este paraíso verde.
Por qué Soroa es un destino imperdible
Soroa, el secreto verde de Cuba, es un testimonio de la belleza natural y la historia viva de la isla. Con el Salto de Soroa, el Orquideario, el Mirador de Venus y las ruinas de las plantaciones de café, este rincón de Artemisa ofrece una mezcla única de aventura, relajación y descubrimiento. Ya sea que te atraiga la idea de nadar bajo una cascada, caminar entre orquídeas o contemplar vistas infinitas, Soroa tiene algo especial para ti. Es un lugar donde la naturaleza reina y la tranquilidad te envuelve, invitándote a explorar el lado más puro de Cuba.
Foto de portada: tomada de TripCuba.org