“Soy negro, soy feo, pero soy tu asesino, no es la cara ni el cuerpo, es mi palón divino”. Este estribillo quizás haya sido de los más tarareados en Cuba, en 2017. La letra es soez y el ritmo pegajoso. El tema, interpretado por el reguetonero Chocolate Mc, nunca ha sido transmitido por la radio, ni por la televisión; sin embargo, es conocido en todo el país, porque se ha distribuido a través del llamado “paquete”, un terabyte semanal de contenido de entretenimiento, que llega a los hogares de los cubanos mediante memorias flash y discos duros externos y que ha sido utilizado por la mayoría de los exponentes de la música urbana como su principal mecanismo de socialización. Adiós a las disqueras tradicionales y a la aparición en programas televisivos que transmiten vídeos clips. Ahora la apuesta es por las grabaciones independientes, de discos y clips, y, luego, del resto se encargan los “paqueteros”.

Sobrevivir en este “ecosistema musical” no es nada fácil. A los problemas de distribución se suman las continuas rencillas internas entre los artistas. Esas disputas reciben un peculiar nombre: “tiraderas” y tienen expresión en canciones dedicadas a ventilar, públicamente, las diferencias personales de los músicos. Las “tiraderas” se extienden al mundo de las redes sociales. La penetración de Internet en Cuba todavía es limitada, pero los artistas saben que en estos espacios, entre los cubanos que viven en la Isla y los que residen en el exterior, tienen una amplia base de seguidores, por lo que recurren a transmisiones en directo (sobre todo en Facebook Live) para criticar, en el lenguaje más duro posible, a sus colegas. Estas discusiones, que poco bien hacen al movimiento urbano, son recopiladas y analizadas por Youtubers como Adrián Fernández y Cristian Más Duro, en sus canales. Luego, estos vídeos llegan al paquete semanal y, de esta forma, el cubano “offline” tiene acceso a estas encendidas polémicas.

A pesar de las dificultades, incomprensiones, desuniones, la música urbana en Cuba vive un momento de efervescencia, comprobable en la cantidad de proyectos surgidos en todo el país, con propuestas que van desde el trapton, una mezcla de reguetón, con hip hop y rap, hasta la fusión de sonoridades típicas cubanas con ritmos más contemporáneos. De este “ajiaco musical”, PanamericanWorld les propone acercarse a cinco artistas que han sonado muchísimo en 2017 y que en la actualidad cuentan con una proyección internacional muy destacada.

YOMIL Y EL DANY

Roberto Hidalgo (conocido como Yomil) y Daniel Muñoz (Dani) solo llevan dos años como dúo, pero en este corto período de tiempo ya han grabado seis discos y han logrado posicionarse entre los músicos urbanos más seguidos en Cuba. Su apuesta por el trapton les ha dado una sonoridad propia. En 2017 fueron nominados a los Premios Billboard de la Música Latina, en la categoría Latin Rhythm Albums Artista del año, dúo o grupo. No ganaron, pero, sin dudas, fue extraordinario el hecho de la nominación, ya que en ese momento el dúo ni siquiera se había presentado en un escenario internacional. De acuerdo con Yomil, sus discos “Sobredosis”, “M.U.G” y “Ambidiestros” están en las principales tiendas digitales, y se han posicionado en el Top Latin Album Chart a nivel mundial.

Este año, Yomil y El Dany realizaron su primera gira por Europa y se presentaron en tres conciertos en Estados Unidos. El primero de ellos, realizado en el Watsco Center de la Universidad de Miami, recibió una amplia publicidad y tuvo cierta dosis de polémica, al ponerse en venta los boletos con precios que alcanzaron los 900 dólares. De regreso en Cuba, el dúo continúa trabajando en nuevos proyectos.

CHACAL

Su nombre es Ramón Lavado, pero muchísimo tiempo atrás comenzó a ser conocido como “El Chacal”. Su dúo junto a Baby Lores, como parte del Clan 537, fue un movimiento clave en la visibilidad en Cuba del artista que, en 2009, decidió continuar su carrera en solitario. Después formó un grupo junto a otro reconocido exponente de la música urbana, Yakarta. De esa relación salieron temas que llegaron al hit parade en Cuba, como “Besito con lengua” y “Bruto”; aunque ese dúo no terminó de la mejor manera en 2016. Otra vez en solitario, Chacal ha logrado colocar varios temas en las listas de preferidos. “Ay mi dios”, de su autoría, e interpretado junto a Yandel y Pitbull fue cantado en toda Latinoamérica y, este año, “Amor”, junto a IamChino y Wisin, también resultó un gran éxito.

JACOB FOREVER

El tema “Hasta que se seque el Malecón” fue la puerta de entrada de Jacob Forever al mercado internacional, aunque desde mucho antes este artista urbano había logrado el reconocimiento del público cubano, por su trabajo junto a Alexander Delgado en el grupo Gente de Zona. En 2013 se produjo la separación y durante dos años Jacob probó diferentes fórmulas musicales (entre ellas trabajar a dúo con el Dani), pero no fue hasta el disco “El inmortal” que este artista se reencontró con el éxito.

El disco Invicto, de 2017, puede considerarse su mejor producción hasta el momento. En él hizo featuring con diferentes artistas del género, entre ellos el boricua Farruko, con quien interpretó “Quiéreme”, una canción que logró posicionarse muy bien en los rankings latinos.

EL MICHA

Michael Sierra, más conocido como “El Micha”, ha sido uno de los máximos exponentes del reguetón cubano en la última década. Ha colaborado con los principales artistas del género en el país (desde Baby Lores hasta Insurrecto) y también con los grupos de salsa más escuchados en Cuba (desde la Charanga Habanera hasta Paulo FG). Su peculiar timbre de voz y su carisma en el escenario (parece un jugador de baloncesto, con una enorme corpulencia) lo han convertido en una de las figuras más reconocibles de la música urbana. En 2017 firmó un contrato de cinco años con la disquera estadounidense Rottweilas.

EL TAIGER

Desde los 17 años José Manuel Carvajal, conocido ahora en el mundo de la música urbana cubana como “el Taiger”, está subido en los escenarios, no solo en el país, defendiendo el reguetón. Formó parte del grupo Los 4, aunque en aquel momento utilizaba como sobrenombre “El Príncipe”. Tras salir de esa agrupación, creó en 2011 su propio proyecto, “Los Desiguales”. Su música iba acompañada con una manera de vestir completamente diferente a los demás exponentes del género. El cantante definió este estilo, en su página en Facebook, como “Fashatón”. En 2016 decidió emigrar a Estados Unidos y allí firmó contrato con la disquera Rottweilas, de Jaime Cosculluela, con la que produjo su más reciente disco “Engagement”. Su canción “La Habana”, con featuring de Pinto «Wahin» & DJ Ricky Luna está incluida en la banda sonora de la octava parte de la saga “Rápido y Furioso”, que fue rodada, en parte, en la capital cubana.