Panamá celebra en mayo el Mes de la Etnia Negra. La contribución de los afropanameños a la formación de la identidad nacional ha sido de un incalculable valor. Durante la colonización española, miles de personas fueron traídas, a la fuerza, desde África, para servir como esclavos. Luego, a mediados del siglo XIX, llegaron muchos afrodescendientes, que venían de las Antillas y el Caribe, para trabajar en la construcción del ferrocarril y, más adelante, del Canal.

Así se conformó una comunidad en la que sus integrantes mantienen una gran diversidad cultural, desde la que siguen defendiendo sus costumbres, música, bailes, religiones, formas de vestir y de llevar el cabello. En este artículo celebramos el legado de afropanameños que han dejado una huella indeleble.

Música

La big band de Luis Russell

En la historia de la música panameña hay un lugar seguro para Luis Russell, un gran pianista, arreglista, compositor y director de orquesta. Nació cerca de Bocas del Toro, en 1902, y comenzó su vida profesional en Colón. Allí tocaba en los casinos y acompañaba, desde el piano, la proyección de películas mudas.

En 1919 pudo mudarse hacia Nueva Orleans. Años más tarde entró en la banda de Albert Nicholas, de la que luego se convirtió en su líder. Después tocó en bandas en Chicago y Nueva York. Russell es considerado como el primer director que llamó a su grupo como una “big band”. Tocó con ese grande del jazz que fue Louis Armstrong. Hoy este afropanameño es recordado como uno de los pioneros del jazz en el país.

“El General”, uno de los padres del reguetón

En la última década del siglo XX, Edgardo Franco, “El General”, puso a bailar a toda Latinoamérica, con una mezcla de reggae, ritmos caribeños y rap que causaron sensación. Sus temas «Muévelo, muévelo», «Rica y apretadita», “Te ves buena” y “Tu Pum Pum” fueron grandes éxitos y muchos consideran a este afropanameño como uno de los precursores del reguetón contemporáneo.

Después, a mediados de los 2000, “El General” desapareció de la escena musical. Ahora es un predicador de los Testigos de Jehová y reniega sus creaciones, porque las considera pecados.

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Deporte

El salto olímpico de Irving Saladino

Saladino es el único campeón olímpico en la historia de Panamá. En los Juegos de Beijing 2008, este afropanameño logró un salto largo de 8.34 metros y pudo subir a lo más alto del podio. Además, Saladino fue campeón mundial al aire libre, en la cita de Osaka 2007 y alcanzó la presea de plata, en el Mundial bajo techo de Moscú, en 2006.

La perfección de Mariano Rivera

Hasta ahora, solo un hombre ha logrado el voto unánime para entrar al Salón de la Fama del béisbol, en Cooperstown: el afropanameño Mariano Rivera, quien nació en La Chorrera, y es considerado el mejor cerrador de todos los tiempos.

En su exitosa carrera de 19 años en Las Mayores, Rivera salvó ¡652 partidos!, por lo que lidera ese departamento en Grandes Ligas. Ganó cinco títulos de Serie Mundial, siempre con los Yankees de Nueva York y participó en 13 Juegos de las Estrellas.

Los récords de Rod Carew

Carew ha sido uno de los mejores bateadores latinoamericanos de todos los tiempos en Grandes Ligas. Este panameño, que nació en 1945, en Gatún, en la Zona del Canal, fue siete veces campeón de bateo de la Liga Americana, entre 1969 y 1978, con los Mellizos de Minnesota.

Además, en 1977 recibió el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana y en 18 ocasiones participó en el Juego de Estrellas. En 1991 fue exaltado al Salón de la Fama, en Cooperstown.

Goles de Julio César Dely Valdés

Dely Valdés es el mejor futbolista de Panamá en la historia y recibió la distinción como deportista panameño más destacado del siglo XX.

Este formidable delantero anotó más de 200 goles en su extensa carrera. La mayoría de esas anotaciones las logró con el club Nacional de Montevideo. Además, jugó en el Cagliari de Italia, el PSG en Francia y en el Real Oviedo y Málaga de España.

Con la selección nacional panameña marcó 18 goles, en 44 partidos, y estuvo en el equipo que llegó a la final de la Copa Oro de 2005, considerado el momento más sobresaliente de la “Furia Roja”.

Literatura

Carlos “Cubena” Guillermo Wilson

Entre los escritores afropanameños más leídos y estudiados está “Cubena” Guillermo Wilson, poeta, cuentista y novelista de una vasta obra.

De sus creaciones resaltamos “Pensamientos del Negro Cubena”, donde aparecen 51 poemas en los que aborda temas diversos como las protestas sociales, la esclavitud, los problemas raciales y el amor. En “Cuentos del Negro Cubena” relató la discriminación que recibían los afropanameños en el país. Mientras, en la novela “Los Nietos de Felicidad Dolores” cuenta cómo los negros antillanos que llegaron a Panamá y los que arribaron durante el período colonial como esclavos fueron manipulados para enfrentarse entre ellos. Cubena concluyó que ambos grupos tenían, como elemento común, a África, por tanto, debían pelear para mantenerse unidos.

Melva Lowe de Goodin

Esta escritora afropanameña es la autora de la muy celebrada obra de teatro “De Barbados a Panamá”, donde contó la historia de los trabajadores de Barbados que se trasladaron hasta Panamá, para la construcción del Canal. Lowe resaltó los esfuerzos de los barbadenses por integrarse a un país que les resultaba desconocido.

Otras obras de Lowe son: «Afrodescendientes en el Istmo de Panamá 1501-2012» y «People of African ancestry in Panama, 1501-2012». En la primera hizo un recuento de las contribuciones históricas de los afropanameños y cómo la unión cultural entre españoles, africanos e indígenas había contribuido a enriquecer la cultura panameña.

Una afropanameña en la realeza europea

En enero de 2000, Ángela Gisela Brown, una panameña que nació en Bocas del Toro, en 1958, hizo historia, porque se convirtió en la primera mujer, con herencia africana, en entrar en la realeza europea. Ella se casó con el Príncipe Maximiliano de Liechtenstein y formó una linda familia, alejada de los focos de los paparazis.

Ángela estudió diseño de modas, en la Escuela Parsons, en Nueva York y luego hizo una exitosa carrera que la llevó a crear su propia marca «A Brown» y a trabajar en diferentes empresas del mundo de la moda.


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