El XVI Festival del Habano volvió a convocar en la capital cubana a más de 1500 hombres de negocios, productores, coleccionistas, artistas, periodistas y catadores procedentes de 80 países. Entre tantas diferencias, en las edades, culturas y profesiones, al menos existía un elemento común y que explicaba el viaje hasta La Habana: el interés hacia los puros Premium, hechos a manos y considerados los mejores del mundo.

La cita fue organizada nuevamente por la Corporación Habanos S.A, una sociedad mixta formada hace dos décadas entre el Estado cubano y la empresa franco-española Altadis que fue adquirida, en 2008, por el grupo británico Imperial Tobacco.

Aunque varios países han implementado leyes antitabaco y la crisis económica continúa golpeando a Europa, que es el principal mercado de los puros cubanos, Habanos S.A aseguró que su negocio “gozaba de buena salud”. “El pasado año Habanos S.A. obtuvo una cifra de negocios de 447 millones de dólares, frente a los 416 millones de dólares en 2012, lo que significa un crecimiento del 8%”, aseguró la directora de marketing operativo de la empresa, Ana López.

La Corporación consideró que ese crecimiento era muy positivo, especialmente al tener en cuenta que el mercado mundial de artículos de lujo, entre los que se encuentran los Premium, creció alrededor del 2% en 2013. “Con las restricciones cada vez más generalizadas de sitios donde se puede fumar, pues lógicamente ahora la tendencia está siendo hacia degustar o tener la experiencia de un sabor intenso en menos tiempo”, expresó el copresidente de la compañía, Luis Sánchez-Harguindey, un ejecutivo español que labora desde 2001 en Habanos.

De acuerdo con Antonio Luís Carricarte, viceministro primero de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera en Cuba, el Festival del Habanos atrae la atención de los más diversos sectores; “es por ello que en esta Feria contamos con la participación no solo de fabricantes y proveedores del mundo tabacalero, sino también de artesanos, coleccionistas, proveedores de accesorios para fumadores, fabricantes de artículos de lujo, impresores y transportistas”, aseveró el funcionario.

Mientras, Jorge Luis Fernández Maique, vicepresidente comercial de la empresa, explicó que tres de las marcas comercializadas representaron el 62% de las ventas en unidades y el 48% en valor. Cohíba es líder, seguida por Montecristo y Romeo y Julieta. En el caso de las vitolas de galera, en 2013 las tres más importantes fueron Robustos, las Marebas, y las Petit Coronas. “En las ventas al detalle siguen jugando un rol fundamental las Casas del Habano, como puntos de venta importantes. 2013 cerró con algo más de 160 lugares de este tipo y con una superficie de venta superior a los 16 mil metros cuadrados. El número de Especialistas en Habanos alcanzó el año pasado la cifra de 640 en todo el mundo”, aseveró.

En el mundo existen dos grandes eventos de los puros Premium, el Big Smoke, en Las Vegas y el Festival del Habano. Entre ellos es posible establecer una enorme diferencia: en el que se celebra en “la capital mundial del entretenimiento” no puede asistir Habanos S.A, por causa del embargo estadounidense sobre Cuba que funciona hace más de medio siglo. El embargo también impide la comercialización en territorio estadounidense de las 27 marcas de puros cubanos. Los ejecutivos de Habanos S.A reconocen que sus principales mercados son, en orden decreciente, España, Francia, China, Alemania, Suiza, Cuba, Líbano y Emiratos Árabes Unidos.

Al igual que en sus ediciones anteriores, la XVI edición del Festival propuso a sus participantes—quienes pagaron una cuota de inscripción superior a los 1400 CUC (pesos cubanos convertibles, 1 USD = 0,87 CUC) — un amplio programa que incluyó visitas a vegas de tabaco en Pinar del Río y fábricas de tabaco en La Habana, una clase magistral de torcido de un habano, el habitual concurso internacional Habanosommelier y, como novedad, la primera competencia para obtener la ceniza más larga. También se rindió homenaje a las marcas Hoyo de Monterrey, Partagás, Trinidad y H.Upmann, y se realizó la alianza de los Premium con cervezas internacionales como Duvel, Leffe, Chimay, Malheur y la cubana Bucanero.

VIAJE A LA SEMILLA

A 145 kilómetros al oeste de La Habana se encuentra Pinar del Río, reconocido como “el mejor macizo tabacalero del mundo”, según Francisco José Prieto, presidente de una cooperativa que cultiva tabaco en la finca “Valle”. Los participantes del Festival tuvieron la posibilidad de recorrer diversas vegas donde los tabacaleros cosechan las hojas de la planta que luego son sometidas a complicados procesos de secado, clasificación y fermentación, antes de llegar a las manos de un torcedor que las convierte en un Premium.

La cosecha del tabaco lleva mucha dedicación y sacrificio, como lo pudieron comprobar los visitantes en las fincas pinareñas. Después de que se realiza la siembra de la planta, en el mes de noviembre, es imprescindible esperar dos meses antes de que las hojas estén completamente maduras y puedan ser cosechadas. Luego pasan a una “casa de tabaco”, a la sombra, donde se secan durante 45 días. El último paso de este proceso es la clasificación, una acción que, por lo general, la realizan mujeres.

El tabaco se clasifica por calidades (primera, segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta). Una vez que han sido clasificadas, las hojas reciben otro tratamiento: trabajadores especializados las mojan y colocan a fermentar por 21 días. Solo entonces las hojas de tabaco están preparadas para ser dobladas, enrolladas, cortadas por las hábiles manos de los torcedores.

“¿Qué hace tan bueno al tabaco en Cuba? Yo creo que Dios decidió que fuese aquí, pero fundamentalmente depende mucho del clima”, indicó Prieto. El viaje por Pinar del Río terminó en el famoso “Valle de Viñales”, uno de los sitios turísticos más visitados de Cuba, por sus  valores naturales e históricos.

EN LAS FÁBRICAS

Otro momento interesante del Festival del Habano fue la visita a las fábricas donde se realizan las marcas La Corona y H.Upmann. Para muchos de los visitantes fue como transportarse en el tiempo. Los altavoces, distribuidos a lo largo de toda la factoría, nunca están en silencio. Quizás lo más curioso sea que allí cada día una “lectora de tabaquería”, un oficio que se mantiene desde el siglo XIX, lee para todos los trabajadores el periódico del día, también se escuchan novelas radiales y algo de música. La idea es mantener entretenidos a los que diariamente deben estar con su cabeza concentrada ocho horas frente a su mesa, en la confección de los puros, sin cometer errores. Un torcedor largo, por ejemplo, es capaz de enrollar hasta 100 tabacos en un día.

Aunque los locales mostraban en ocasiones señales de deterioro físico, los visitantes se llevaron una grata impresión del recorrido por las fábricas, sobre todo por la afabilidad de las torcedoras, muchas de las cuales intercambiaron frases amigables con los participantes; aunque, probablemente, sobre todo los asiáticos, no hayan entendido mucho de los mensajes; pero la sonrisa en la boca de las cubanas funcionaba como el mejor signo comunicativo.

APRENDER A ENROLLAR UN HABANO

Enrollar un puro no es nada fácil. Es imprescindible tener mucha habilidad y practicar, una y otra vez. Los organizadores del Festival volvieron a colocar en el programa una “clase magistral para aprender a confeccionar puros”. En el Palacio de Convenciones, sede de los más importantes eventos políticos y comerciales del país, los participantes recibieron consejos de primera mano de expertos torcedores de la fábrica Partagás.

Los materiales para elaborar los puros eran de primera calidad, cosechados en las vegas de Pinar del Río. Algunos agarraron la idea con rapidez, otros tardaron más en aprender a manejar, básicamente, instrumentos claves para confeccionar un puro: la tabla, la chaveta, la guillotina, la goma vegetal, los moldes y la prensa.

LA CENIZA MÁS LARGA DE UN PREMIUM

Probablemente el momento más simpático del XVI Festival haya sido el “Concurso para obtener la ceniza más larga”, un evento que tuvo un formidable debut. Más de 200 fumadores, entre cubanos y extranjeros, se reunieron en uno de los salones del Palacio de Convenciones para determinar quién lograba fumar su puro sin derramar cenizas.

Los competidores recibieron un H.Upmann Sir Winston, de 178 milímetros de largo, de color marrón. En las mesas, junto a los tabacos, se colocaron ceniceros, encendedores, bombones y copas de ron añejo Havana Club, para que el “torneo” estuviera bien amenizado.

Los jueces se distribuyeron por toda la sala y, ante la caída de la primera ceniza, el participante quedaba eliminado. La gran sensación del concurso fue la periodista cubana Olivia Terri, de 67 años, quien trabaja en una emisora de radio. Ella, al igual que muchos competidores, se esforzó por fumar hacia arriba y sostener el puro de manera vertical, con el objetivo de que no cayera ceniza. Esta era la mejor posición; pero no todos pudieron mantenerla y diversos concursantes se retiraron con dolor de cabeza, tras haber permanecido más de una hora sentados, prácticamente inmóviles.

La habilidad de la periodista con el habano no dejó lugar a dudas, porque logró que la combustión de su tabaco alcanzara 169 centímetros (de los 178 posibles). “No esperaba tal resultado, ya que solo tenía la intención de participar y fumar un buen puro”, expresó asombrada Terri.

LA HORA DE LOS PREMIOS

Otro de los concursos que centró la atención de los participantes y la prensa especializada que dio cobertura al Festival fue el “Habanosommelier”, dedicado a comprobar las habilidades de los competidores para obtener el mejor vínculo de los Premium con alimentos y bebidas. El sommelier español Miguel Antonio Menéndez obtuvo el gran premio, por delante de Edward Sahakian, del Reino Unido y el cubano Andrés Piñón.

Además, los organizadores entregaron diversos premios. Por ejemplo, en la categoría de Stand Modular triunfó la compañía local Tecnoazucar, con menciones especiales para Comercial Iberoamericana S.A., Adorini de Italia, Sargadelos (España) y Botad (Panamá). Mientras, en Stand Libre sobresalió la Internacional Cubana de Tabaco S.A., con menciones para la Empresa de Envases y Servicios al Tabaco y CubaRon, todas de Cuba.

El Stand Más Visitado fue el de Tridello de Italia, con una mención para Humidores Habana del Fondo Cubano de Bienes Culturales. Por último, en la categoría de Stand de Comunicación Integral, el galardón lo recibió la firma cubana Comercial Caribex.

LA NOCHE DE LOS HUMIDORES

El cierre del Festival fue de lujo millonario. Al igual que en ediciones anteriores, los organizadores subastaron costosos humidores, considerados obras de arte que contenían más de 350 puros Premium. Entre 1999 y 2006 los humidores tuvieron como valor agregado la firma de Fidel Castro quien asistía con frecuencia a las galas de clausura. Cada pieza fue fabricada con maderas preciosas y esto, combinado con la decoración artística, elevó su valor. En 2013 la subasta recaudó 1,1 millones de dólares y ahora la  cifra fue similar, 1 102 210 dólares. Todo este dinero será entregado al sistema cubano de salud pública.

El Lote No.1 fue de H.Upmman y estuvo integrado por un humidor H.Upmann y una lámpara de estilo, obra del artesano Neury Alberto Santana, con 350 habanos de esta marca, en nueve bandejas.

El 2 fue el Humidor Hoyo de Monterrey (350 habanos), más vajilla del propio nombre en porcelana de Sagadelos, pieza creada por el diseñador industrial cubano Luis Ramírez Jiménez. El tercer loto, con 380 habanos dentro, fue un Humidor Romeo y Julieta de los artistas Marlene Silvera y Moisés González; mientras, el cuarto fue un Humidor Partagás (con 350 habanos), también obra de Neury Alberto.

En el quinto lote se subastó el Humidor Montecristo (con 360 habanos) del grupo de Artesanos y Artistas Humidores Habana y, por último, un Humidor Cohiba, también del mismo grupo, con 550 habanos de esa marca.

La XVI edición del Festival del Habano tuvo un toque de glamour, con la presencia del veterano artista Tom Jones, de 73 años. En años anteriores asistieron personalidades del cine y la música, como Jeremy Irons, Jim Belushi, Boris Becker, Joseph Fiennes y Danny Glover. Esta vez le correspondió al Caballero de la Corona Británica, desde 2006, ser la figura mediática central. En la clausura interpretó algunas de sus obras más conocidas, junto a un grupo de artistas cubanos.

El belga Ben Vinken alcanzó el Premio Habano del Año en la categoría de Comunicación; mientras, en Negocios el galardón fue para el suizo Urs Portmann y en Producción lo recibió el Maestro ligador de la Fábrica Partagás, el cubano Arnaldo Vichot.

Los organizadores aprovecharon la despedida para lanzar la convocatoria a la XVII versión del Festival, previsto para 2015. En doce meses muchos de los seguidores de los mejores puros del mundo volverán a hacer las maletas para trasladarse hasta la capital cubana y comprobar aquí, una vez más, la “buena salud” de los habanos.