“Un pueblo que se niega a sí mismo está en trance de suicidio”, escribió el sabio Don Fernando Ortiz en el prólogo a uno de los libros imprescindibles para entender la cultura afrocubana: “Cuentos Negros de Cuba”, de Lydia Cabrera. 

A lo largo de más de un siglo, diferentes generaciones de escritores han contribuido a evitar ese suicidio, al plasmar en sus libros toda la riqueza de las culturas que, combinadas, conforman el núcleo mestizo de Cuba.

En PanamericanWorld les proponemos acercarnos a diez libros que, como Elegguá, el orisha que abre y cierra caminos y tiene dos rostros, han mirado al pasado y avizorado el futuro de la cultura afrocubana.

“El Monte” de Lydia Cabrera

Esta monumental obra es considerada la “biblia” de las religiones afrocubanas. Su autora fue una discípula de Don Fernando Ortiz y dejó notables aportes para la etnología y la antropología en Cuba. “El Monte”, de 1954, es un texto que resulta atractivo para creyentes y no creyentes.

De acuerdo con Cabrera, el principal mérito de su texto radicó en que fueron los mismos negros de Cuba los que hicieron la obra. Ella recorrió el país y logró recopilar información muy valiosa sobre mitos y rituales que eran poco conocidos, ya que únicamente se transmitían de forma oral entre los creyentes.

“Ha sido mi propósito ofrecer a los especialistas, con toda modestia y la mayor fidelidad, un material que no ha pasado por el filtro peligroso de la interpretación, y de enfrentarlos con los documentos vivos que he tenido la suerte de encontrar”, reconoció.

“Los negros brujos (apuntes para un estudio de etnología criminal)”, de Fernando Ortiz

En este libro de 1906, Don Fernando Ortiz mostró sus estudios sobre los grupos marginales habaneros, así como las costumbres y supervivencias africanas en la sociedad cubana de principios del siglo XX.

“Los orishas de Cuba” de Natalia Bolívar

En este libro de 1991, la reconocida etnóloga cuenta las leyendas y los poderes de las principales divinidades afrocubanas. Al leer esta obra podemos comprender mejor el sincretismo religioso logrado entre los cultos de los esclavos africanos que llegaron a Cuba y el santoral católico.

Natalia Bolivar

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“Motivos de son” de Nicolás Guillén

Los ocho poemas de Nicolás Guillén, publicados en el Diario de la Marina, el 20 de abril de 1930, convirtieron a este notable escritor en el principal representante de la llamada “poesía negra”. En esta obra literaria, el Poeta Nacional de Cuba utilizó, como vehículo de expresión, el son, uno de los géneros musicales más populares del país.

Guillén reconoció que trató de incorporar “a la literatura cubana – no como simple motivo musical, sino como elemento de verdadera poesía – lo que pudiera llamarse poema-son.”

“Biografía de un cimarrón” de Miguel Barnet

De los diálogos que sostuvo Miguel Barnet con Esteban Montejo surgió esta novela testimonial. En primera persona, Montejo cuenta su vida, desde la época en que era esclavo y escapó para convertirse en cimarrón hasta su participación en la Guerra de Independencia y, luego, su vida en la República.

Esta es una obra maestra de Barnet, en la que logró combinar la ficción, propia de todo texto novelado, con el testimonio de un hombre que vivió varias etapas del desarrollo histórico de la nación.

“Cuentos negros de Cuba” de Lydia Cabrera

No es casual que Lydia Cabrera tenga dos textos en nuestra selección. Sus “Cuentos negros de Cuba” fueron publicados primero en Francia y, luego, en 1940, en Cuba. Según Fernando Ortiz, este libro constituyó un “rico aporte a la literatura folklórica de Cuba”. No son relatos esencialmente religiosos, porque en ellos predomina la fábula de animales y la recreación de mitos inmemoriales, con la presencia de personajes del panteón yoruba  como Obaogó, Oshún y Ochosi.

Lydia Cabrera

“¡Ecue-Yamba-O !” de Alejo Carpentier

Esta fue la primera novela de Carpentier, publicada en 1933. El Premio Cervantes nunca quedó conforme con la obra y durante mucho tiempo se opuso a su reimpresión; pero lo cierto es que la narración de la vida del negro cubano Menegildo Cue, es un texto de necesaria consulta para comprender la cultura afrocubana.

“Poesía yoruba” de Rogelio Martínez Furé

El escritor, folklorista, etnólogo e investigador Martínez Furé hizo importantes aportes a los estudios de las religiones, músicas, danzas y literaturas africanas y afrocubanas. Su “Poesía yoruba”, publicada por Ediciones El Puente, en 1963, “nos brinda un amplio diapasón de ejemplos que demuestran que la Santería es más que una religión y que proviene de una cultura clásica”, aseveró Inés María Martiatu, en el prólogo del libro “Cimarrón de palabras”.

Rogelio Martínez Furé, Premio Nacional de Literatura, en 2016. Foto: Roberto Jesús Hernández

“¡Oh mío Yemayá!” de Rómulo Lachatañeré

Lachatañeré, de ascendencia francohaitiana, solo vivió 43 años, pero tuvo una vida intensa, en la que se involucró en las luchas políticas de los años treinta en Cuba y participó en la Segunda Guerra Mundial. Sus textos aparecieron en diferentes periódicos cubanos y revistas, como “Estudios afrocubanos”. En 1938 publicó “Oh mío Yemayá”, una obra en la que recogió 20 leyendas mitológicas yoruba, de las que conoció al recorrer diversos lugares donde se celebraban ritos santeros en La Habana y Santiago de Cuba.

Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales de Daysi Rubiera e Inés María Martiatu

Este libro, publicado en 2011, es una recopilación de ensayos y artículos que analizan temas poco abordados de la cultura nacional, donde las protagonistas son las mujeres negras y mestizas cubanas.

Una de las compiladoras, Daysi Rubiera, reconoció en una entrevista que las afrocubanas eran “mujeres que articularon un discurso diferente al de las blancas desde el siglo XIX, para así concretar ideas, definir actitudes, fijar puntos de vista, reclamar su espacio en la sociedad que les tocó vivir, poniendo siempre en ello el orgullo racial.”