Las luces de neón estuvieron ausentes de los bares y restaurantes en La Habana durante un largo tiempo. Anochecía y la ciudad quedaba mayormente a oscuras, con un alumbrado eléctrico obsoleto que arrojaba todavía más sombras; pero ese escenario ha ido cambiando paulatinamente.
Nuevos bares y restaurantes han abierto sus puertas en diferentes puntos de la capital cubana y, por tanto, ha aumentado la diversidad y la competencia; aunque los precios continúan siendo prohibitivos para la gran mayoría de los cubanos.
¿Dónde tomar un trago en La Habana? Esa pregunta afortunadamente tiene ahora más posibilidades de respuesta. Muchos—especialmente los turistas— prefieren visitar los bares de más tradición, algunos con fama mundial como La Bodeguita del Medio, El Floridita y el Sloppy Joe´s; mientras otros optan por probar lo “nuevo”, al acercarse a los bares privados.
PanamericanWorld les propone un recorrido por tres bares de La Habana que atraen por la historia y singularidad de sus ofertas.
SLOPPY JOE’S
Este emblemático bar fue fundado en 1917 y alcanzó una gran notoriedad entre los años treinta y cincuenta del siglo pasado. Grandes figuras como Gary Cooper, John Wayne, Babe Ruth y Ernest Hemingway pasaron por allí para degustar diversos tragos, entre ellos el vodka con crema de cacao.
El Sloppy Joe´s está en una posición envidiable: en la calle Zulueta, entre Ánimas y Virtudes, en el corazón del Parque Central, en plena Habana Vieja. El olvido cayó sobre este lugar por muchísimo tiempo, pero una millonaria inversión de la Oficina del Historiador de la Ciudad logró revivir el emblemático sitio.
En la reconstrucción se mantuvo exacta la vajilla, sus servilletas y, especialmente, el menú que dio celebridad al bar, compuesto por más de 30 cócteles. Uno de sus elementos más llamativos es la impresionante barra de caoba negra, de 18 metros de largo, hecha de un único tronco de árbol.
LA BODEGUITA DEL MEDIO
Este peculiar sitio abrió sus puertas en 1942. El llamativo nombre se explica porque el local estaba situado en el centro de la calle Empedrado, cerca de la Plaza de la Catedral. El periodista Leandro García tuvo la idea de escribir su nombre en una pared de la Bodeguita; luego otros lo imitaron y esa tradición se ha mantenido hasta la actualidad, por lo que las paredes están repletas de rúbricas de “famosos y desconocidos”.
Entre las firmas más visibles aparecen las de Pablo Neruda, Agustín Lara, Brigitte Bardot, Ignacio Villa, conocido como “Bola de Nieve”, Salvador Allende y Ernest Hemingway, quien escribió una célebre frase: “My mojito in La Bodeguita, My daiquiri in El Floridita”. Precisamente el “mojito”—que se prepara con ron, azúcar, limón, hierba buena y agua mineralizada—es el trago que identifica a La Bodeguita, que ya es una marca con establecimientos en países como Colombia, México, Argentina, Bolivia, Alemania, España y el Reino Unido.
FÁBRICA DE ARTE
En el Vedado, en la calle 11, número 61, esquina 26, en una antigua fábrica de aceite, tiene su sede un proyecto cultural muy interesante: la Fábrica de Arte, liderada por el músico X Alfonso. Allí es posible combinar los tragos con las más diversas manifestaciones artísticas.
El lugar cuenta con una terraza para conciertos, una zona de danza, teatro y cine y una sala para exponer arte digital. En poco tiempo, la Fábrica ha captado la atención de los jóvenes cubanos, por su atractiva propuesta musical, la amplitud de un lugar que puede recibir hasta 1200 personas de manera simultánea y también por la manera sui géneris de marcar los productos consumidos: en la copia de una “libreta de abastecimiento” —cartilla que regula la entrega mensual de alimentos subsidiados en Cuba—que desde los años sesenta es uno de los símbolos más venerados y criticados del proceso revolucionario.
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