Bailar en Cuba es un placer. El baile está inscrito en el código genético de los cubanos, como legado de la fusión de la cultura africana con la española. Bailamos para todo y todo el tiempo. Es nuestro lenguaje realmente universal. Dicen que hasta caminamos con un “ritmo especial”.

En este archipiélago caribeño donde se baila tanto tenemos varias compañías de renombre mundial. En PanamericanWorld les proponemos acercarnos a las historias de instituciones como el Ballet Nacional de Cuba y otras con menos historia, pero que cuentan con gran prestigio internacional.

Ballet Nacional de Cuba

Esta es una de las más prestigiosas compañías danzarias del mundo. Fundada en 1948 por Alicia Alonso, Fernando y Alberto Alonso, el Ballet Nacional de Cuba (BNC) ha mostrado lo mejor del arte cubano en países de América Latina y el Caribe, Estados Unidos, Asia, África y Europa.

Durante siete décadas, la compañía fue conducida por la Prima Ballerina Assoluta, Alicia Alonso, hasta su muerte, en 2019. En ese momento asumió la dirección otra gran bailarina cubana, Viengsay Valdés.

La compañía es considerada, desde 2018, como “Patrimonio Cultura de la Nación” y con ello se le reconoce como “la máxima expresión de la escuela cubana de ballet, que ha logrado una fisonomía propia donde se funde la tradición de la danza teatral con los rasgos esenciales de la Cultura Nacional”.

Por sus filas han pasado los mejores bailarines de Cuba. Las llamadas “Cuatro joyas del ballet cubano” (Loipa Araújo, Josefina Méndez, Mirta Plá y Aurora Bosch) brillaron durante décadas con el BNC. Hoy, el BNC sigue contando con un sólido cuerpo de baile, donde resaltan los bailarines principales Sadaise Arencibia, Anette Delgado, Grettel Morejón, Dani Hernández y Rafael Qenedit, bajo la dirección general de Viengsay Valdés.

Danza Contemporánea de Cuba

La compañía se ha mantenido activa durante seis décadas. Fundada por el maestro Ramiro Guerra, por allí han pasado grandes bailarines y coreógrafos cubanos, todos Premios Nacionales de la Danza como Santiago Alfonso, Eduardo Rivero, Rosario Cárdenas y su actual director, Miguel Iglesias.

Danza Contemporánea de Cuba se ha presentado en escenarios de más de 90 países, de Asia, África, Europa y América. Además, ha intervenido en los festivales más prestigiosos del planeta.

Sus actuaciones han recibido el elogio de figuras importantes del mundo danzario como Antonio Gades, Cristina Hoyos y Mijaíl Barishnikov.

Dirigida hace 30 años por el maestro Iglesias, la compañía sigue apostando por bailar en Cuba e incorporar talentosos bailarines formados en las escuelas de arte. En sus espectáculos podemos apreciar un diálogo entre las tendencias más contemporáneas del mundo con lo mejor de la danza cubana.

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Lizt Alfonso Dance Cuba

Creada en 1991, por la maestra Lizt Alfonso, esta compañía se ha presentado en prestigios escenarios como el City Center (Nueva York) y el New Victory Theater (Broadway), en el Shanghai Oriental Art Center (China); el Oude Luxor Theater de Rotterdam (Países Bajos) y el Thalia, de Hamburgo (Alemania),  el Teatro de la Ópera del Cairo (Egipto); el Place de Arts de Montreal, el Royal Alexandra Theatre y el Gran Teatro de Quebec (Canadá).

Entre sus espectáculos más aclamados están Fuerza y compás, Elementos, Alas, Vida, Amigas, y ¡Cuba vi.bra! En todos ellos, interpretados con música en vivo, es posible apreciar una extraordinaria fusión entre ballet, contemporáneo, flamenco, bailes populares cubanos y afrocubanos.

Lizt Alfonso Dance Cuba fue la primera agrupación danzaria cubana que se presentó en los premios Grammy Latinos, en 2015, acompañando la interpretación del tema musical «Bailando», de Enrique Iglesias, Descemer Bueno y Gente de Zona.

Entre sus premios resaltamos el International Spotlight Award by the USA President’s Committee on the Arts and the Humanities (2016), entregado en la Casa Blanca por Michelle Obama.

PanamericanWorld visitó la sede de la compañía en 2018 y pudimos conversar con la maestra Lizt Alfonso. Ella nos aseguró que se sentía feliz de enseñarles algo valioso a los más de 1200 niños que cada año pasan por la compañía. “Eso me hace sentir como una Maestra de Vida”, confesó.

Acosta Danza

Carlos Acosta ha sido considerado como uno de los mejores bailarines de todos los tiempos. Tras su retiro de los escenarios, el otrora primera bailarín del Royal Ballet de Londres decidió crear su propia compañía. La llamó Acosta Danza. Cinco años después de aquel paso inicial, su agrupación se ha consolidado como una de las más renovadoras en el panorama danzario contemporáneo en Cuba.

En Acosta Danza es posible bailar en Cuba en su máxima expresión. Allí no existen distinciones dentro del cuerpo de baile. No hay un primer bailarín o bailarín principal, como sucede en gran parte de las compañías en el mundo, sino que todos reciben la posibilidad de asumir diferentes roles. Los más talentosos y capaces obtienen los papeles más importantes.

Acosta ha logrado reunir a talentosos bailarines egresados de las escuelas de arte y, con el apoyo de profesores y coreógrafos, los ha ido formando. El resultado de este proceso ha sido espectacular. En cada presentación de Acosta Danza podemos apreciar una conjugación de diferentes estilos, desde el ballet clásico hasta coreografías más contemporáneas.

Conjunto Folklórico Nacional de Cuba

Durante casi seis décadas, esta agrupación ha contribuido al rescate de las raíces danzarias y musicales afrocubanas. Entre sus fundadores estuvo el destacado etnólogo, escritor y poeta Rogelio Martínez Furé. En la primera generación de artistas de la agrupación sobresalieron los bailarines y cantantes Lázaro Ross, Nieves Fresneda y Zenaida Armenteros.

El Conjunto ha presentado su arte en diferentes escenarios de países de África, Europa, Latinoamérica y el Caribe. Para la doctora Isabel Monal, una reconocida intelectual cubana, esta compañía “contribuye a salvar y permite la permanencia de un hermoso legado, logra un desempeño artístico creador y enriquecedor de la cultura, enaltece a Cuba y a su arte en el exterior, ayuda a un pueblo entero a reconocerse más plenamente a sí mismo, contribuye al crecimiento de la conciencia social del pueblo y a su unidad, y alcanza a trasmitirle a las nuevas generaciones una riqueza que ellas puedan a su vez atesorar y desarrollar”.