Por cuarta ocasión consecutiva, el campeón de la Copa Mundial de la FIFA será europeo, tras la eliminación de Uruguay y Brasil, los últimos representantes de Latinoamérica en Rusia 2018. Nunca antes en la historia casi centenaria del principal evento deportivo del fútbol los equipos del llamado “Viejo continente” habían tenido un dominio tan claro sobre el panorama futbolístico universal. ¿Qué pasó con las selecciones latinoamericanas? ¿Por qué ninguna pudo incluirse entre las semifinalistas? En PanamericanWorld tratamos de responder esas preguntas.

Latinoamérica tuvo ocho representantes en el Mundial de Rusia: cinco por Conmebol y tres por Concacaf. De ellos, cinco avanzaron a la segunda fase (Brasil, Argentina, Colombia, Uruguay y México) y tres quedaron eliminados (Perú, Costa Rica y Panamá). En esta etapa inicial podemos destacar la victoria de México sobre Alemania y la fortísima defensa uruguaya, que no permitió goles. El resto tuvo más sombras que luces. Argentina fue un caos permanente, Brasil no mostró nada del “jogo bonito” prometido y Colombia sufrió más de lo esperado para alcanzar su boleto. “Mejorarán en los octavos de final”, decíamos muchos; sin embargo, esto no sucedió.

Argentina fue el primero de los sobrevivientes en hacer las maletas. Perdió un gran partido ante Francia y el aluvión de críticas todavía no se ha detenido. Allá ya no saben a quién culpar, si al “innovador” Jorge Sampaoli, quien decidió no repetir nunca una alineación o a Lionel Messi, en modo “hibernación” durante todo el Mundial. Lo cierto fue que la “generación dorada” del fútbol argentino se retirará de la selección sin obtener un título importante. México fue de más a menos. “Imaginemos cosas chingonas”, dijo Javier “Chicharito” Hernández, tras la espectacular victoria ante un equipo germano que nada tuvo que ver con el campeón de 2014; pero el Tricolor volvió a quedarse sin el elusivo quinto partido, al caer frente a Brasil. Para el DT Juan Carlos Osorio, la causa de la derrota pareció centrarse únicamente en la capacidad histriónica de Neymar Jr.

Por último, cayó Colombia. La cabeza salvadora de Yerry Miná volvió a aparecer en un momento decisivo; sin embargo, en la lotería de los penales, cuando tuvieron ventaja, a los sudamericanos les falló la puntería. Diego Armando Maradona no tuvo pelos en la lengua—como es habitual en él—y logró enemistarse (un poco más) con los directivos de la FIFA, al considerar que la actuación del árbitro estadounidense había favorecido a los ingleses; pero, luego, tuvo que pedir disculpas. Si van a identificar a un culpable, mejor sería empezar por la incapacidad de los delanteros colombianos (con Radamel Falcao a la cabeza) para anotar, en los (pocos) momentos en que crearon peligro.

Solo dos latinoamericanos pudieron incluirse entre los ocho mejores y ambos cayeron en cuartos de final. Uruguay no era favorita ante Francia; pero dejó la sensación de que pudo hacer un poco más en ese duelo. Extrañamos la ausencia de la “garra charrúa”. Mientras, el que gran favorito para ganar la Copa, Brasil, fue eliminado por cuarta ocasión de manera consecutiva en esta fase.

¿Cuáles fueron las tres claves de la debacle latinoamericana en Rusia 2018?

ESTRELLAS APAGADAS

Las principales estrellas de los equipos latinoamericanos estuvieron lejos del nivel que muestran habitualmente en los clubes de Europa. Lionel Messi ha sido el principal señalado en el desastre argentino, no solo por su poca efectividad (apenas un gol), sino, sobre todo, por su actitud displicente. De cualquier forma, no faltan defensores para la “Pulga”, que alegan, con alta dosis de razón, que el resto del equipo hizo poco para ayudar al capitán.

Peor le fue a Neymar Jr. Después de más de tres meses alejado de los terrenos de juego, el 10 lógicamente no llegó en forma óptima al Mundial; pero el principal problema no estuvo en su falta de ritmo, sino en que las cámaras desenmascararon sus simulaciones, desde un penal inventado hasta caídas que nunca debieron ser tan estrepitosas. Es cierto que Neymar recibió un fuerte castigo por parte de los defensores rivales; pero los 14 minutos en que se mantuvo tirado en la cancha fueron una clara señal de que el talentoso futbolista exageró. Cuando más lo necesitó Brasil, en el momento decisivo, frente a Bélgica, el 10 falló las oportunidades que tuvo. Este tampoco fue su Mundial.

Otra estrella que, sin estar del todo “peleado” con la portería, no cumplió con las expectativas fue Luis Suárez. El delantero charrúa marcó dos goles en la fase eliminatoria y dio dos asistencias a Edinson Cavani en los octavos de final; sin embargo, los franceses lograron controlarlo por completo y su instinto goleador desapareció, en un momento en el que era imprescindible que sacara la “garra charrúa”.

KO POR LESIONES

Las lesiones incidieron notablemente en las posibilidades de colombianos y uruguayos en el Mundial. La ausencia de James Rodríguez en el partido contra Inglaterra fue clave en la manera en que el once sudamericano enfrentó a los europeos. Su presencia en el terreno hubiera dado nuevos bríos al ataque y, de seguro, James habría sido de los elegidos para lanzar en la tanda de penales. No pudo ser. Sus gestos desesperados y las lágrimas de frustración, desde el banquillo, quedan como un triste recuerdo de la eliminación colombiana.

Después de anotar dos goles espectaculares ante Portugal, Edinson Cavani sintió un pinchazo en el gemelo y tuvo que salir del terreno, apoyado en Cristiano Ronaldo. Ahora no parece arriesgado afirmar que ahí terminaron las esperanzas de Uruguay en el Mundial. Sin Cavani en la alineación titular, los defensores galos centraron toda la presión sobre Suárez y aplacaron, sin demasiados contratiempos, al ataque uruguayo. ¿Hubiera cambiado la historia con el “Caníbal” en la cancha? Probablemente el marcador final habría sido diferente.

PORTEROS ERRÁTICOS

Dos porteros latinoamericanos cometieron burdos errores que tuvieron un alto costo. El primero fue el argentino Willy Caballero. Argentina aguantaba, como podía, a una Croacia que lucía superior, pero que no había logrado marcar. Entonces, una pifia de Caballero sirvió el balón para que Ante Rebic abriera el marcador. De ahí en lo adelante fue un paseo croata que humilló a la selección albiceleste y mandó a Caballero al banquillo.

Todavía más grave fue lo que sucedió con Fernando Muslera. El arquero uruguayo con mayor cantidad de partidos en Copas Mundiales dejó muchísimo que desear en el duelo ante Francia. Los europeos dominaban, aunque solo por la mínima, así que los fanáticos charrúas esperaban que, en un chispazo de inspiración, Suárez o algún otro jugador igualara el desafío en el segundo tiempo. Esas esperanzas terminaron cuando Muslera dejó escapar un disparo fuerte, pero sin ningún efecto, de Antoine Griezmann.