Canadá, y en especial Toronto, han extendido una alfombra roja a los trabajadores tecnológicos de alta cualificación que están encontrando cada vez más problemas legales para desarrollar su profesión en Estados Unidos.

Como titulaba recientemente de manera gráfica la revista especializada en el sector, Wired, los profesionales tecnológicos están viviendo el sueño americano… pero en Canadá.

Desde 2013 el número de empleos tecnológicos en Toronto se ha disparado de 148.000 a 228.000, lo que supone un aumento del 54%. Este dato completa otro que explica todavía mejor la singularidad de la capital de Ontario: en 2016 el 25% de la fuerza laboral de Canadá era inmigrantes. Y en el espacio tecnológico, ese número es aún mayor: 40% o 350.000 trabajadores. Casi el 50% de todos los residentes nacieron fuera del país.

«Yo lo llamo nuestra salsa secreta», dice Humera Malik, fundadora de Canvass Analytics, startup que ayuda a las fábricas a monitorear su maquinaria y procesos mediante Inteligencia Artificil. Malik, que es de Pakistán, contrató a más de las tres cuartas partes de los ingenieros de su empresa en el extranjero, incluidos Irán, Singapur e India.

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Toronto atrae el talento mundial

En 2017 Toronto agregó más empleos de tecnología que Seattle, el área de la Bahía de San Francisco y Washington DC, combinados; en 2018 (el año más reciente para el que hay cifras disponibles), la ciudad ocupó el segundo lugar después de San Francisco en nuevos empleos tecnológicos.

El ecosistema de negocios de Toronto, y en especial el relacionado con la industria tecnológica, refleja mejor que ningún otro la importancia de tener una mirada global y unos objetivos más allá de las fronteras nacionales.

En un mundo hiperconectado en el que el talento se puede localizar en cualquier rincón del planeta, la clave estaba en eliminar las fronteras –las físicas y las legales-, para atraer a las mentes más brillantes, sin importar donde se encontraran.

Canadá y Toronto lo entendieron pronto y además se dio una circunstancia imprevista que contribuyó a impulsar definitivamente ese propósito: Donald Trump ganó las elecciones de 2016 y su idea de “América primero” causó un efecto nefasto en determinados sectores de la economía del país, como el tecnológico.

La trasnochada idea de Trump sobre el sistema productivo de su país, basada en sectores en decadencia o definitivamente deslocalizados, dejó a un lado a pujantes ámbitos de la economía como el tecnológico, que dependen para ser competitivos de la contratación de trabajadores internacionales.

El factor Donald Trump

Como consecuencia de esa obtusa mirada, en junio el presidente Donald Trump suspendió temporalmente las visas conocidas como H-1B, que se otorgan a miles de trabajadores inmigrantes cualificados cada año.

El gigante canadiense del comercio electrónico Shopify, por ejemplo, se apresuró a aprovechar la oportunidad. Tras el anuncio de Trump, el director ejecutivo Tobias Lutke – él mismo es un inmigrante alemán- tuiteó: «Si esto afecta sus planes, considere la posibilidad de venir a Canadá».

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«Tenemos más de 100.000 personas que emigran a la región de Toronto cada año, que es el doble que el área de la Bahía de San Francisco», ha señalado recientemente Jason Goldlist, cofundador de TechToronto.

No es solo una cuestión de número sino también de cualificación profesional: una quinta parte de estos inmigrantes ya tiene un título STEM antes de llegar aquí.

Por ello Canadá está tratando de atraer a profesionales extranjeros altamente calificados a través de programas de visas como Global Talent Stream, lanzado en 2017. Los expertos en inmigración dicen que es como el programa H-1B estadounidense, «pero mucho mejor».

Una consecuencia de esta política es que decenas de miles de trabajadores tecnológicos inmigrantes han acudido en masa a Toronto en los últimos años, convirtiéndolo en el centro tecnológico de más rápido crecimiento en América del Norte.

Toronto es más barata y más accesible

Así lo recoge la compañía estadounidense de capital inmobiliario CBRE en su reciente informe Tech Talent para 2020, que revela que Toronto es ahora el cuarto mercado principal de talento tecnológico de América del Norte, cayendo un lugar en comparación con el año pasado.

Según el informe, la ciudad fue líder en América del Norte en el crecimiento del empleo tecnológico en el atípico escenario previo a la pandemia de COVID-19, lo que ayudó a fortalecer el estatus de Toronto como uno de los principales centros tecnológicos del mundo.

Otras destacadas ciudades canadienses incluidas en el informe han sido Vancouver, que se mantuvo en el puesto 12; Ottawa, que subió cinco posiciones hasta el 14, por delante de Montreal, que cayó al número 16. Calgary también hizo su primera aparición en la lista, debutando en el puesto 34.

“La demanda online y el sector tecnológico en general se han acelerado desde la aparición de COVID-19″, señala el informe, que aventura también que las ciudades que lideran este ranking se beneficiarán probablemente más en un futuro de este escenario. «Y Toronto sigue estando al frente de un grupo muy competitivo ”, dijo el vicepresidente de CBRE Canadá, Paul Morassutti, en un comunicado.

Foto: Juan Rojas en Unsplash

Toronto en la vanguardia de la Inteligencia Artificial

Hay otros factores que también están ayudando a la explosión tecnológica de Toronto. Uno de ellos, analizado con profundidad, es que Silicon valley ha muerto de éxito y se ha convertido en un lugar inaccesible para muchos profesionales. El coste de la vida se ha disparado de tal manera que ha dejado de ser atractivo para miles de trabajadores tecnológicos. Toronto es más barato, su calidad de vida es alabada en numerosos estudios y su dinamismo cultural y económico ya no envidia al de las grandes urbes del mundo.

La ciudad se ha convertido además en un centro global de inteligencia artificial porque es el hogar de pioneros del aprendizaje profundo como Geoff Hinton en la Universidad de Toronto, Y «la brillantez atrae a la brillantez», señala Garth Gibson, director del Vector Institute de la ciudad.

Nitin Alabur es un desarrollador de iOS de India que vivía en los EE. UU. y soñaba con crear una startup tecnológica. Recientemente señalaba a la revista WIRED que descubrió, para su deleite, que Canadá emitía permisos de trabajo a inmigrantes altamente cualificados en tan solo unas semanas y la residencia permanente, el equivalente a una tarjeta verde, en menos de seis meses.

A fines de 2018, él y su esposa se convirtieron en residentes permanentes del país y ahora están construyendo una nueva empresa de servicios financieros en Toronto. Advierte con seriedad a otros jóvenes ingenieros y estudiantes indios: no tiene sentido mudarse a los Estados Unidos. En su lugar, dirígete hacia el norte. El verdadero sueño americano quizá es mas frío pero también más promisorio.