Para contar acerca de cómo Mango pretende “simplificar los pagos online y mobile en Latinoamérica” Pablo Sánchez, CEO y fundador de la compañía junto con Juan RossiJonathan La Banca e Ignacio Ricci recurre a las analogías: “Cuando en US PayPal reinaba en todo lo que es pagos online -obviamente sigue reinando en lo que es pagos entre personas- al segmento de compañías y organizaciones le faltaba otro set de soluciones. Con ese marco nacieron compañías como WePay o Stripe, entre otros; hacia allí nos dirigimos, queremos ser la punta de lanza de ese proceso en América Latina” señala.

Lanzado oficialmente el primero de diciembre del pasado año en Argentina y en modo beta en Brasil y Colombia, Mango se define como un conjunto de servicios y herramientas tecnológicas que permiten que compañías y organizaciones puedan aceptar pagos online de una manera alternativa a los jugadores ya consolidados en la región como MercadoPago o DineroMail.

Previamente, el equipo de Mango trabajó durante casi cuatro años en desarrollo de plataformas y aplicaciones para terceros, hasta que detectaron el nicho:

“Después de casi cuatro años de trabajar para clientes decidimos desarrollar nuestro propio producto para ofrecerlo a compañías y organizaciones de Latam. Dimos un giro completo en septiembre de 2013 y nos pusimos a trabajar. Había que hacer mucho research a nivel de la región, identificar qué soluciones había y qué posibilidades se abrían. A fines de 2013 cerramos una ronda pequeña de inversión con familiares y ángeles inversores de San Francisco y Europa que fue lo que nos permitió trabajar durante todo este tiempo para lanzar el producto” cuenta Sánchez.

El CEO analiza el escenario de los pagos online en la región y señala que en América Latina hay diferentes estadios en los que están las compañías con relación a los pagos online.

“Tienes compañías que recién comienzan y están con su primera experiencia en lo que son los pagos online, no tienen volumen ni gran cantidad de transacciones y sin un conocimiento acabado de cómo funciona todo el circuito. Para ellas es mucho más fácil utilizar servicios como DineroMail o MercadoPago que son agregadores, compañías que tienen un paraguas gigante por el cual pasan millones de transacciones de diferente índole” señala.

Según Sánchez, después de un tiempo, esas compañías empiezan a tener cierta maduración en lo que a su negocio online respecta y surgen necesidades particulares. Es tiempo de medir cómo funciona su negocio online, qué nivel de conversiones alcanza y cómo se comporta su cliente.

“Las compañías que están en este segmento se dan cuenta que utilizar herramientas de terceros que se entrometen o que rompen la experiencia del proceso de pagos va en detrimento de las ventas, fundamentalmente porque los usuarios ven una tercer marca que no conocen y que está en el medio. En esa instancia les da miedo transaccionar porque la desconocen o porque a pesar que la conocen, no quieren tener ninguna clase de contacto con esa tercera marca” indica.

Un segundo problema sobreviene a propósito de la imagen.

“Con los agregadores, a veces uno quita al usuario del sitio donde está comprando y le aparece todo un look and feel nuevo, para muchos usuarios eso es psicológicamente una suerte de una alerta porque lo están direccionando a un lugar diferente” completa.

Desde Mango identificaron que este segmento de compañías buscaba una herramienta que se ajustara un poco más a sus necesidades. En ese punto, las alternativas aparecen poco flexibles.

Alguno de los miembros de Mango. El primero por la izquierda es Pablo Sánchez, CEO y fundador de la compañía junto con Juan RossiJonathan La Banca e Ignacio Ricci.

“Se preocupan más por generar un branding propio y no tanto por la necesidad que tiene el comercio a nivel experiencia. También están las demandas más duras (que el sistema pueda soportar una gran cantidad de transacciones en un mismo momento, que la infraestructura sea poderosa para el sistema está disponible todo el tiempo, seguridad, etc.). A veces optan por seguir con herramientas que les hacen fácil las cosas al principio o entienden que necesitan otras que los acompañen en el crecimiento y así se desliguen de un tema engorroso como lo es el pago online” comentan.

¿No podrían optar estas empresas por comprar o desarrollar un sistema de pagos online ad hoc? Si bien esta puede ser una oportuna pregunta para quien conozca el mercado, Sánchez se apura a responder.

“Implementar otras soluciones que hay en el mercado te puede llevar 3 o 4 meses de trabajo, y utilizando Mango lo puedes tener en 30 minutos implementado, si es un desarrollo más complejo, hablamos de días, una semana, dos semanas. La diferencia es abismal. Hay una tendencia de quienes lideran los departamentos tecnológicos de pensar que implementar cualquier cosa les va a llevar meses (de 6 meses a un año). Para implementar un CRM quizás sí, pero una solución como la nuestra no. Queremos erradicar un poco esa visión” enfatiza.

Del lado técnico, Mango se define como una REST API, un conjunto de módulos programáticos que permiten que los desarrolladores puedan implementar de manera fácil y con pocas líneas de programación el sistema para aceptar pagos en su sitio web o aplicación mobile.

“REST API significa que uno lo puede implementar de manera transparente. El usuario final que utiliza el sistema nunca sale de la aplicación o el sitio en cuestión, el desarrollador lo único que hace es enviarnos mediante código los datos necesarios para hacer la transacción y nada más. No es que el cliente tiene que hacerse una cuenta en Mango para poder pagar, ni es direccionado a nuestro sitio, es una suerte de marca blanca que evita que aparezcan intermediarios además de asegurarse robustez técnica” puntualiza Sánchez.

Del lado de servicios, la herramienta apunta a asistir en todo al modelo administrativo detrás de los pagos online.

“Implica todo el proceso que le lleva a una compañía el poder ser apto para operar, esto es obtener un número de comercio para poder operar con cada una de las tarjetas de crédito, tener en orden los papeles y requisito legales que las tarjetas piden para operar, etc” agrega.

Sánchez y el resto del equipo explican que han trabajado tanto en el desarrollo del producto como en una en la obtención de una certificación internacional que avala la eficiencia y la seguridad del proceso de pagos.

“La norma es PCI (Security Standards Council), validada por un council en US y por todas las tarjetas de crédito. Lo que hace es certificar que tu compañía maneja de manera segura los datos de tarjetas de crédito de los clientes. Es muy complicada de obtener y pocas empresas en Argentina lo tienen. Es un orgullo para nosotros” afirma.

A poco tiempo de lanzar, los frutos del trabajo están a la vista, sobre todo con mucha buena repercusión en Brasil y Colombia.

“En muy poco tiempo tenemos cientos de usuarios creados en la plataforma, desarrolladores, clientes de ecommerce, turismo, seguros, etc. sobre todo en Argentina. Nos llamó la atención la cantidad de empresas de Brasil y Colombia que nos contactaron, muchos emprendedores colombianos nos manifestaban que esperaban en la región soluciones similares a las que hoy hay en US en términos de pagos, sin duda la receptividad sobrepasó nuestras expectativas en esos países. Buscamos seguir ampliando los prospectos de empresas de todo calibre y también entidades” concluye Sánchez.