Latinoamérica está perdiendo atractivo para nuevas inversiones mineras según el reciente informe elaborado por el Instituto Fraser, un centro de investigación canadiense que desde 1997 realiza una encuesta anual sobre el sector. El objetivo del estudio es, según los investigadores: “crear un reporte que los gobiernos puedan usar para mejorar sus políticas relacionadas con la minería”.
Aunque América Latina se presenta en el informe como un área prolífica para la minería (28 de las 112 zonas evaluadas están en la región), los datos por país no son tan alentadores: varias zonas están entre las peores para la inversión –caso de Argentina y Venezuela-, y aquellas que mejor se posicionan históricamente, como Chile, han caído posiciones.
La encuesta se realiza a cientos de ejecutivos de la industria minera y el mundo se divide en jurisdicciones. Para que una jurisdicción pueda ser agregada al índice tiene que contar con al menos 10 respuestas.
Los datos. Los tres principales índices que miden el relevamiento son: la Percepción Política (marcos políticos estables para la inversión), el Potencial Minero (basado exclusivamente en condiciones geológicas) y una combinación de ambos índices denominada Atractivo de Inversiones.
En la Percepción Política, la encuesta evalúa todas las políticas públicas (regulaciones, marco jurídico, legislación ambiental etc.) que puede favorecer o repeler una inversión minera. Así, entre las 10 zonas menos atractivas figuran Venezuela, penúltima, Argentina La Rioja (el país sudamericano está dividido 11 jurisdicciones) y Argentina Mendoza. Venezuela ya estaba entre las peores zonas en 2012 mientras que las áreas de Argentina cayeron varios puestos este año.
Canadá tiene a las jurisdicciones de Alberta, Yukon y New Brunswick entre las mejores 10 del índice, que encabeza Suecia. Los ejecutivos consultados consideran que por su potencial minero, asumiendo que las políticas de esa zona eran las mejores posibles, Uruguay, Honduras, Guinea Francesa y Suriname están entre las 10 peores. En esta lista Alaska figura como la zona con mayor potencial minero en 2013.
Cuando se combinan ambos índices, con un peso de 40% para la percepción política y un 60% para el potencial minero, nuevamente varias zonas latinas están en el fondo de la tabla: Uruguay, Honduras, Venezuela, y tres áreas de Argentina (La Rioja, Rio Negro y Nequen).
Por Paises. Alana Wilson, Economista senior del Instituto Fraser y encargada de la elaboración del informe 2013, ha profundizado sobre los países latinos. “Venezuela es la jurisdicción mas baja de America Latina y ha estado en los últimos puestos de la encuesta desde hace al menos cinco años”, comenta.
Chile fue el primer país de la región en ingresar a la medición en 1998 y es el mejor representante de Latinoamerica en la posición número 30 del ranking. Sin embargo, su estatus ha venido en caída en los últimos años después de mantenerse durante un tiempo entre los primeros 10 lugares para invertir en minería y ostentar el privilegiado primer puesto en 2001.
México, Perú, Argentina, Bolivia y Brasil fueron agregados a la encuesta entre 1999 y el 2001. Todos tienen una clasificación peor hoy en día que en aquel momento. Para Wilson esto sugiere que estas zonas hoy son ¨menos atractivas¨ para la inversión minera.
Colombia fue agregada en 2006; tuvo cinco años de mejora constante en la encuesta llegando a su mejor posición en 2011. Desde ese año ha venido cayendo en el ranking. Entre los países que han mejorado se encuentran Guatemala (con crecimiento sostenido en los últimos tres años) y Panamá, este ultimo alcanzando su mejor posición en el ranking en 2013.
“Incertidumbre” Las compañías mineras “buscan lugares con políticas públicas estables transparentes y predecibles. Las jurisdicciones que quieran incrementar la inversión minera en su zona deberían enfocarse en proveer este tipo de ambiente”, dijo Wilson.
“La principal causa para que una región sea catalogada negativamente en la encuesta es la incertidumbre. La minería es un negocio inherentemente riesgoso con un proceso largo y costoso entre el descubrimiento y las ganancias. En este lapso decenas de millones de dólares son invertidos y para ello los inversores deben estar confiados en esa jurisdicción”, agregó.
Como consejo, Wilson sostuvo que por ser la minería un negocio internacional, los países “tienen que estar preparados para competir en una base de globalización para atraer la inversión minera y generar actividad económica” en sus zonas.