Los visitantes a la XXXII edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), que nuevamente vuelve a celebrarse en Expocuba, un enorme recinto de 600 mil metros cuadrados, ubicado en las afueras de la capital, difícilmente pasen sin notar la señal que indica la cercanía del pabellón 11, donde se encuentran los stands de las empresas canadienses. La certeza en la afirmación anterior está dada por un hecho fortuito: casi al lado del cartel donde aparece la bandera con la hoja de arce están ubicados los cuatro nuevos modelos de automóviles que comenzarán a comercializarse en Cuba, entre ellos la muy llamativa Clase C de Mercedes Benz.

Diariamente miles de personas se detienen ante los autos—muchos incluso preguntan por los precios de venta—y, luego, no pocos optan por recorrer el pabellón canadiense, un país que es el principal emisor de turistas hacia Cuba y uno de los socios económicos más importantes de La Habana.

El intercambio comercial entre ambas naciones ha superado los mil millones de dólares anuales en más de una oportunidad y las empresas canadienses han invertido en sectores claves para la economía cubana, como la producción de níquel, la generación de energía eléctrica y la prospección petrolera. Mientras, Cuba exporta hacia Canadá tabaco, cigarros, café, chatarra de diferentes metales, camarones, langosta y ron, entre otros productos.

Los organizadores del evento decidieron dedicar la Feria de este año a la difusión de las oportunidades de proyectos de inversiones, especialmente en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), a partir de la entrada en vigor de la Ley 118 de la inversión extranjera.

De acuerdo con el Ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, la economía cubana—que apenas creció 0,6 % en el primer semestre de 2014—necesita índices de inversión foránea superiores al 20%  para que pueda crecer el Producto interno bruto (PIB).

Malmierca presentó a las delegaciones de las más de 60 naciones asistentes una actualización de la cartera de oportunidades de inversión en Cuba, que comprende 246 proyectos, valorados en casi 9 mil millones de dólares y que se encuentran esparcidos por todo el país. Las informaciones ofrecidas por las autoridades cubanas han sido seguidas con mucha atención por parte de los empresarios canadienses. En diálogo con PanamericanWorld, concordaron con que el país está en un proceso de cambios económicos muy importantes y que podrían abrirse nuevos caminos para que aumente la presencia de compañías norteñas en Cuba.

Cuando el visitante entra al pabellón de Canadá notará con rapidez el primer stand, ubicado a su izquierda, porque es uno de los más grandes. Allí está ubicada Corsan Marine, una empresa con sede central en Montreal y que lleva 21 años trabajando de manera ininterrumpida en Cuba. En el encuentro con la presidenta de la compañía, Moniereh Fargoodarzi, y con el vicepresidente de ventas y marketing, Aryan Mosaffa, conocimos que Corsan celebra en 2014 su 50 aniversario.

Moniereh Fargoodarzi, Presidenta de la canadiense Corsan Marine. Foto: F. Medina

“Gran parte de nuestro mercado primario está en Cuba. Comenzamos como una empresa de suministros marinos, desde un barco de carga hasta cualquier otro elemento que estuviera relacionado con la industria marítima. Con el paso de los años hemos evolucionado hacia otras industrias y lanzamos una línea de maquinarias para elaborar envases. Para cualquier cosa que necesite una bolsa, nosotros comercializamos la maquinaria que produce el envase”, aseguró Mosaffa.

Corsan es el distribuidor de los sistemas de empaque producidos por WeighPack, que es el fabricante e integrador de sistemas de empaque, con soluciones de alta calidad que incluyen el llenado, ensacado, transportación, fabricación de cajas y paletizado robótico.

“Creemos que Cuba tiene necesidad de maquinarias de empaque. Una de las cosas en las que se ha centrado la economía cubana es importar menos alimentos y elaborarlos aquí. Para hacer eso necesitan la maquinaria de la línea final del producto. De lo contrario, Cuba tendría que seguir importando más alimentos. Estamos muy involucrados con todo lo que sucede en Cuba y al tanto de la nueva Ley de inversión extranjera. Con cada nueva cosa que salga, queremos seguir involucrados”, expresó Mosaffa.

Fargoodarzi explicó que la empresa contaba con dos oficinas en Cuba, una en el Centro de Negocios de Miramar y otra en Moa, en el oriente del país. En la sede de La Habana tienen a siete empleados cubanos. “Son grandes profesionales, ingenieros, especialistas. Trabajamos diariamente con ellos”, concluyó Mosaffa.

No lejos del stand de Corsan Marine está el de Reiter Petroleum Inc, otra empresa con sede en Montreal y que desde 1986 ha ofrecido combustibles para usos marinos y lubricantes en diversos puertos del mundo. En Cuba, esta empresa importa productos relacionados con el transporte, la electrónica, la automatización de industrias y las minas.

Reiter Petroleum lleva 18 años trabajando en Cuba y la empresa piensa mantenerse en este mercado. “Hemos visto nuevas opciones a partir de la Ley de inversión extranjera y de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. Esta semana vamos a tener varios encuentros, para ganar en conocimiento, porque estamos interesados en tener un establecimiento no solo desde el punto de vista comercial. Queremos movernos hacia algo más productivo y tener una inversión directa”, aseguró Octavio Nodarse, consejero técnico de la empresa.

Uno de los stands más llamativos del pabellón canadiense es el que ocupa Paralink Copiers. Rodeado de diferentes máquinas impresoras y fotocopiadoras, de la prestigiosa marca Canon, nos recibió el presidente de la empresa, Ash Ashraf.

Paralink Copiers tiene una sede en Mississauga, Ontario y comercializa equipamientos de oficina, aunque también tiene equipos para diseñar.

“Queremos ayudar a la economía cubana, queremos crear más empleos para el pueblo cubano. Somos vecinos y, de alguna manera, quisiéramos traer el nivel de vida que tenemos en Canadá. En estas áreas Cuba está tecnológicamente atrasada y nos gustaría brindarle nuevas tecnologías. Como lo veo, tienen una calidad humana muy grande, son muy agradables; pero, tecnológicamente, se quedan un poco detrás. Nuestra empresa trabaja con tecnología de punta y quisiéramos ayudarlos, a pesar de las restricciones del gobierno de Estados Unidos.”

“Tengo negocios en Singapur, en Corea del Sur, en China, Hong Kong y queremos invertir en Cuba. También tenemos asociaciones con 3 compañías que ya están trabajando en Cuba, con diferentes proyectos. Tengo muchas expectativas. Me gustaría crear un centro de capacitación, donde las personas puedan aprender y logren familiarizarse más con la tecnología”, añadió Ashraf.

Según reconoció Ana Teresita Igarza, directora general de la Oficina reguladora de la ZEDM, Canadá es uno de los 36 países que ha solicitado invertir en el megaproyecto.

Más de 4500 expositores se han dado cita en FIHAV 2014. En la mayor feria comercial que se organiza en Cuba, las empresas canadienses también tienen un lugar. Algunas vinieron a explorar opciones, otras a consolidar y ampliar un camino recorrido. En un contexto de transformaciones económicas, invertir hoy en la Mayor de las Antillas parece una apuesta de futuro.