En una economía marcada por una fortísima crisis, sanciones y restricciones financieras, Cuba explora en la blockchain una alternativa para modernizar sus transacciones y expandir su margen de maniobra en el sistema global. Recientemente, dos hechos han llamado la atención: la licencia otorgada a una empresa lituana para operar con criptoactivos en el país y la iniciativa de QvaPay para integrar el peso cubano en la blockchain.
Ebioro, una empresa lituana en Cuba
En febrero, el Banco Central de Cuba (BCC) emitió una resolución, publicada en la Gaceta Oficial, que otorga a Ebioro UAB, una empresa registrada en Lituania, una licencia para operar como proveedor de servicios de activos virtuales. Esta autorización, válida por un año con posibilidad de renovación, permite a Ebioro facilitar operaciones de cambio, cobro y pago con criptomonedas, así como gestionar monederos digitales. Según el BCC, esta medida experimental busca explorar nuevas formas de captar divisas y adaptarse a las dinámicas del comercio global.
Orígenes y propósito de Ebioro
Ebioro UAB fue fundada en enero de 2022 en Vilnius, Lituania, por Yulexi Matienzo Carcasés, un ingeniero cubano egresado de la Universidad Tecnológica de La Habana (CUJAE) y con estudios en Países Bajos. Con un capital inicial de 148,630 euros, Matienzo creó la empresa con el objetivo de facilitar las remesas y las transacciones financieras para los cubanos, tanto en la isla como en la diáspora.
La elección de Lituania como sede podría responder a su marco regulatorio favorable para las criptomonedas y su posición dentro de la Unión Europea, lo que permite a Ebioro operar con mayor flexibilidad frente a las sanciones que afectan a Cuba.
La licencia se enmarca en las regulaciones establecidas por el BCC desde 2021, que buscan controlar el uso de criptoactivos en el país. Ebioro promete agilizar las remesas, un flujo vital para la economía cubana, especialmente tras la salida de Western Union este año, debido a sanciones impuestas por la Administración Trump.
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Retos de implementación
A pesar de su potencial, la operación de Ebioro en Cuba enfrenta obstáculos. La falta de educación financiera sobre criptomonedas podría restringir su alcance. Además, la dependencia de una empresa extranjera plantea preguntas sobre la autonomía económica en un país históricamente centrado en el control estatal.
QvaPay y el peso cubano en la Blockchain
Paralelamente, QvaPay, una plataforma cubana lanzada en 2021 por Erich García, está explorando formas de integrar el peso cubano en la blockchain. Esta pasarela de pagos, basada en tecnología descentralizada, permite a los usuarios realizar transacciones internacionales con una amplia variedad de criptomonedas.
García diseñó QvaPay para conectar a los cubanos con el comercio global. La plataforma opera como un sistema peer-to-peer (P2P), permitiendo a los usuarios fondear sus cuentas con criptomonedas y luego transferir fondos a diferentes destinos. Desde su lanzamiento, QvaPay ha procesado miles de operaciones, enfocándose en la simplicidad y la accesibilidad.
CUPT-TON: el peso cubano digitalizado
Un avance notable de QvaPay es su iniciativa para llevar el peso cubano a la blockchain mediante el token CUPT-TON, basado en la red TON (The Open Network). Según un artículo publicado en el blog oficial de QvaPay, este token permite a los usuarios recibir pagos en pesos cubanos digitalizados a través de la billetera Tonkeeper.
El proceso implica agregar CUPT-TON como un token personalizado en Tonkeeper, utilizando una dirección específica proporcionada por QvaPay. Una vez configurado, los usuarios pueden retirar fondos desde su cuenta QvaPay hacia Tonkeeper, donde el saldo se refleja como CUPT-TON, vinculado al valor del peso cubano. Este sistema busca ofrecer una alternativa digital al peso cubano físico, facilitando transacciones rápidas y seguras sin depender de bancos tradicionales.
Limitaciones y perspectivas
Aunque innovadora, esta iniciativa tiene limitaciones. La red TON, conocida por su velocidad y bajas tarifas, requiere un nivel mínimo de conectividad y conocimientos técnicos que no todos los cubanos poseen. Además, el peso cubano, devaluado significativamente en los últimos años, enfrenta desafíos para ganar tracción como activo digital en un mercado dominado por monedas extranjeras como el dólar. La infraestructura eléctrica y de internet en Cuba, a menudo inestable, también podría obstaculizar su adopción masiva.
Criptomonedas en Cuba, un camino en construcción
La licencia a Ebioro y el proyecto CUPT-TON de QvaPay representan dos enfoques complementarios. Sin embargo, ambos enfrentan un entorno económico y tecnológico complejo. La combinación de sanciones, una economía centralizada y una población con acceso limitado a herramientas digitales plantea interrogantes sobre la viabilidad a gran escala de estas soluciones.
No obstante, el carácter descentralizado de las criptomonedas ofrece una ventaja clave para los cubanos: la posibilidad de realizar transacciones sin depender de bancos tradicionales controlados por el gobierno ni de intermediarios sujetos a sanciones o restricciones externas. Esta independencia financiera podría abrir nuevas oportunidades para los ciudadanos y emprendedores de la isla, facilitando el acceso a mercados globales y modernizando el flujo de remesas.
Si bien aún existen desafíos en términos de educación digital, conectividad y regulación, el auge de estos proyectos indica que los cubanos están explorando alternativas más flexibles e inclusivas en un contexto económico muy adverso.