BioCubaFarma es un gran grupo que concentra 31 empresas, en las que trabajan más de 20.000 personas. El holding suministra 800 productos al sistema de salud cubano, cuenta con 182 patentes y exporta más de 300 productos a cerca de 50 países. Además, maneja de conjunto 14 empresas en el extranjero, sobre todo en China, aunque también tiene presencia en España, Tailandia y Singapur.

En PanamericanWorld les proponemos acercarnos a cinco instituciones de BioCubaFarma de las que han salido medicamentos cubanos únicos en el mundo.

Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC)

Creado en 1965, este Centro es un precursor de la industria biofarmacéutica cubana. Sus proyectos de investigación están centrados en cuatro líneas: productos ozonizados, naturales, biológicos, equipos y servicios especializados.

De acuerdo con Rafael Gámez Menéndez, director comercial y de negocios del CNIC, en el mundo ha crecido la demanda de los productos naturales, lo cual representa una oportunidad que el CNIC ha sabido aprovechar.

“Lo que pretendemos es que los productos naturales no sean un sustituto a, sino una opción más. No es que tú lo uses porque no tienes otra cosa, sino por lo bueno que es y porque va a resolver un problema de salud”, aseguró Sarahí Mendoza Castaño, directora de Investigación, Desarrollo e Innovación.

El producto estrella es el Policosanol (PPG), un fármaco producido a partir de la cera de la caña de azúcar y que ayuda a la disminución del colesterol, además de ser un antioxidante, por lo que se utiliza para el tratamiento de enfermedades vasculares.

El PPG está registrado en una treintena de países, entre ellos Japón. “En los últimos cinco años ha aumentado significativamente la demanda de este producto”, aseguró Gámez Menéndez.

Otros dos productos del CNIC que se comercializan internacionalmente son el Abexol (un extracto natural de cera de abejas que se utiliza como suplemento nutricional) y el Vasoactol (elaborado a partir de la cera de la caña de azúcar). Este último, “había sido utilizado en Cuba en los deportistas de alto rendimiento, porque es un producto que incrementa la capacidad física de la persona y a finales del año pasado se introdujo por primera vez en la red de farmacias de Cuba”, aclaró Gámez Menéndez.

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Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB)

El CIGB es considerada una de las principales empresas exportadoras de bienes de Cuba. En su cartera de productos cuenta con medicamentos cubanos únicos en el mundo, entre ellos el Heberprot-P.

Este fármaco se aplica directamente en los tejidos ulcerados de los diabéticos y ayuda a sanar las lesiones, por lo que contribuye a reducir notablemente los riesgos de amputación. En la actualidad, este producto cuenta con registro sanitario en más de 20 países y se ha utilizado en más de 300 mil pacientes.

En la amplia cartera de productos del CIGB también sobresale la vacuna recombinante contra el virus de la hepatitis B y el HeberFERON, otro medicamento cubano único en el mundo, empleado en el tratamiento del cáncer de piel no melanoma.

Centro de Inmunología Molecular (CIM)

Cuba tiene dos vacunas terapéuticas para el cáncer de pulmón avanzado: CIMAvax EGF y VAXIRA, ambas creadas por especialistas del Centro de Inmunología Molecular (CIM), una de las instituciones científicas cubanas con más prestigio internacional.

CIMAvax-EGF detiene el crecimiento del carcinoma y ayuda a aumentar la supervivencia y la mejoría de la calidad de vida de los pacientes; además, no provoca efectos secundarios fuertes, como sí sucede con la quimio y radioterapia.

Esta vacuna ha pasado por varios ensayos clínicos, en diferentes instituciones de Europa, Asia y también en Estados Unidos, gracias a un acuerdo de colaboración entre el CIM y el Roswell Park Cancer Institute, de Nueva York.

La agencia comercializadora de este Centro, CIMAB, exporta en más de 30 países, cuenta con tres empresas mixtas, en China, Argentina y Singapur.

Centro de Inmunoensayo (CIE)

Esta compañía biotecnológica tiene más de tres décadas de experiencia en la producción de tecnología de avanzada. Sus científicos crearon SUMA, una serie de equipos que se utilizan para el pesquisaje neonatal, la vigilancia epidemiológica, la transmisión vertical de VIH y hepatitis C, la pesquisa de cáncer de Próstata y la certificación de sangre.

Mediante unas goticas de sangre de un niño recién nacido, recogidas en papel de filtro, la tecnología SUMA es capaz de detectar seis enfermedades: hipotiroidismo congénito, fenilcetonuria, déficit de biotinidasa, hiperplasia adrenal congénita, galactosemia y fibrosis quística.

Otra tecnología muy útil, producida en el CIE, es SUMASOHF, una prueba rápida que permite detectar hemoglobina humana oculta en las heces fecales y que se utiliza para detectar la probable presencia de cáncer colorrectal y otros padecimientos del tracto digestivo.

Los investigadores del CIE trabajaron para crear un grupo de cuatro test diagnosticadores, basados en la técnica de inmunoensayo ELISA, que se emplean en el seguimiento y detección de la COVID-19 y permiten conocer en cuál momento de la enfermedad se encuentra el paciente.

Instituto Finlay de Vacunas

Este Instituto se ha especializado en la investigación y producción de vacunas. Dentro de sus creaciones más destacadas está la vacuna VA-MENGOC-BC que ha demostrado ser muy efectiva contra la enfermedad meningocócica. En Latinoamérica se han aplicado más de 60 millones de dosis de este medicamento cubano.

Además, el Instituto cuenta con vacunas contra la leptospirosis (vax-SPIRAL), antitetánicas (vax-TET) y antidiftérica-tetánica.