El turismo deportivo ha dejado de ser un nicho especializado para convertirse en una de las industrias más prometedoras a nivel global. Con proyecciones de crecimiento impresionantes, que apuntan a alcanzar un valor de 1.8 billones de dólares en 2030, el turismo vinculado al deporte no solo es una fuente de entretenimiento, sino también un catalizador económico. La Copa Mundial de la FIFA 2026, que se llevará a cabo en Canadá, México y Estados Unidos, promete ser un ejemplo paradigmático del impacto positivo que estos eventos tienen en las economías locales y regionales.
Un mercado en constante crecimiento
El turismo deportivo no solo ha crecido en volumen, sino también en sofisticación y alcance. Este mercado se ha consolidado como un segmento esencial dentro de la industria del turismo global, atrayendo no solo a aficionados sino también a inversores y gobiernos que ven en él una herramienta de desarrollo económico. Los eventos deportivos de alto perfil han evolucionado de ser simplemente competencias atléticas a convertirse en complejos ecosistemas de interacción social, consumo y cultura.
La modernización de infraestructuras, el aumento de la conectividad global y la innovación en experiencias para los visitantes han sido claves en este crecimiento. En particular, el auge de la tecnología ha permitido la creación de paquetes turísticos personalizados, plataformas de venta de entradas digitales y la transmisión en vivo, que generan mayor interés y accesibilidad a los eventos. Esto, combinado con estrategias de marketing más inclusivas y dirigidas a audiencias diversas, ha expandido el alcance del turismo deportivo a segmentos de la población que antes no participaban activamente.
La industria del turismo deportivo ha experimentado un crecimiento sostenido durante las últimas décadas, impulsada por el creciente interés de los aficionados en eventos internacionales de gran escala. Desde el Mundial de la FIFA hasta los Juegos Olímpicos, estos encuentros atraen a millones de visitantes que no solo asisten a los estadios, sino que también exploran las ciudades anfitrionas, consumen productos locales y generan empleos.
La Copa Mundial de la FIFA 2026: tres países, un solo evento
La edición 2026 de la Copa Mundial de la FIFA marcará un hito histórico al ser la primera en realizarse en tres países: Canadá, México y Estados Unidos. Este formato no solo aumenta la escala del torneo, con 48 equipos y 104 partidos, sino también amplía su impacto económico al distribuir los beneficios en múltiples regiones.
Impacto económico en Canadá
Canadá se prepara para ser uno de los principales beneficiarios de la Copa Mundial de la FIFA 2026, con un impacto económico que va mucho más allá del día de los partidos. Las proyecciones estiman que el evento aportará hasta 3.8 mil millones de dólares canadienses a su economía, distribuidos entre ingresos fiscales, aumentos en las rentas del trabajo y una inyección significativa al Producto Interno Bruto (PIB). Este crecimiento económico será impulsado principalmente por el gasto de turistas, la creación de empleos y las inversiones en infraestructura.
Por cada dólar canadiense invertido en el evento, se espera un retorno de 1.09 dólares al PIB, un indicador que refleja la eficiencia económica de este tipo de actividades. Además, se prevé la creación de más de 24,000 empleos en sectores como hotelería, transporte, comercio minorista y servicios relacionados con el turismo. Estos puestos de trabajo no solo beneficiarán a las grandes ciudades, sino también a comunidades locales que participarán indirectamente en la organización y ejecución del torneo.
Toronto, una de las principales ciudades anfitrionas, está implementando medidas innovadoras para maximizar el impacto económico del Mundial. Entre estas destaca el aumento temporal del impuesto hotelero, una medida destinada a cubrir parte de los costos operativos del evento. Aunque esta decisión ha generado cierta resistencia por parte de los operadores hoteleros, las autoridades confían en que la alta demanda de alojamiento durante el torneo mitigará cualquier impacto negativo.
Más allá de los números, el Mundial también representa una oportunidad para fortalecer la imagen internacional de Canadá como un destino turístico y cultural de primer nivel. Las ciudades anfitrionas tendrán la oportunidad de exhibir su infraestructura moderna, su diversidad cultural y su hospitalidad, dejando una impresión duradera en millones de visitantes internacionales.
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La Ciudad de México y su legado cultural
La Ciudad de México, con su rica historia y vibrante escena cultural, se prepara para ser un epicentro del turismo deportivo durante la Copa Mundial de la FIFA 2026. Se espera que alrededor de 5.5 millones de turistas lleguen a la capital mexicana, no solo para disfrutar de los partidos en el icónico Estadio Azteca, sino también para sumergirse en una experiencia cultural única.

Más allá de los cinco encuentros que se celebrarán en el estadio, las 16 alcaldías de la ciudad han desarrollado un plan integral de actividades paralelas. Estas incluirán zonas festivas donde los aficionados podrán reunirse para ver los partidos en pantallas gigantes, disfrutar de conciertos, probar la gastronomía local y participar en eventos interactivos. Estas zonas festivas buscan integrar a la comunidad local y a los visitantes en un entorno de celebración compartida.
Entre las iniciativas más destacadas se encuentra la creación de un Museo del Fútbol, que estaría ubicado idealmente en el Estadio Azteca.
El impacto económico del evento se extenderá más allá de la capital. Estados cercanos se beneficiarán de la llegada de turistas que buscan explorar más allá de los límites de la ciudad, ampliando el alcance de la derrama económica. Adicionalmente, las mejoras en infraestructura, como el transporte público y la capacidad hotelera, no solo cumplirán con las demandas del torneo, sino que también fortalecerán la posición de la Ciudad de México como un destino turístico global en los años venideros.
Seattle, un ejemplo de integración comunitaria
Seattle se destaca como un modelo de integración comunitaria en el marco de la Copa Mundial de la FIFA 2026. Con una proyección de ingresos económicos de 929 millones de dólares, la ciudad no solo se enfoca en maximizar los beneficios financieros, sino también en garantizar que estos se distribuyan equitativamente entre las comunidades locales. Esto incluye un enfoque particular en las pequeñas empresas y los sindicatos locales, que desempeñan un papel fundamental en la economía regional.
Uno de los aspectos más destacados de la preparación de Seattle es la remodelación de barrios cercanos a los estadios, como Pioneer Square y el Distrito Internacional de Chinatown. Estas mejoras no solo embellecen la ciudad, sino que también fortalecen la infraestructura local, haciendo que las áreas sean más atractivas para los visitantes y más funcionales para los residentes.
La ciudad también ha establecido asociaciones con sindicatos locales para asegurar que los trabajadores reciban beneficios directos del evento. Esta colaboración incluye garantizar condiciones laborales justas y oportunidades de empleo relacionadas con la organización y ejecución del torneo. Además, se han creado espacios específicos para eventos alternativos, como festivales de fanáticos y actividades comunitarias, que permiten a los residentes y turistas disfrutar de la Copa Mundial más allá de los estadios.
Seattle también está utilizando el evento como una oportunidad para mostrar sus avances en transporte público y sostenibilidad. Con expansiones en su sistema de transporte ligero y mejoras en el aeropuerto SEA, la ciudad asegura que la movilidad sea eficiente y amigable con el medio ambiente durante y después del torneo. Estas iniciativas refuerzan la reputación de Seattle como una ciudad progresista que equilibra el crecimiento económico con el bienestar social y ambiental.
Infraestructura como catalizador de desarrollo
Uno de los factores clave en el éxito del turismo deportivo es la inversión en infraestructura. La construcción y modernización de estadios, sistemas de transporte y alojamientos no solo satisfacen las demandas del evento, sino que también dejan un legado duradero para las ciudades anfitrionas.
En Toronto, por ejemplo, el BMO Field será expandido para cumplir con los requisitos de capacidad mínima de la FIFA. Estas mejoras no solo benefician a los asistentes al Mundial, sino también a los equipos locales y a los residentes que utilizarán estas instalaciones en el futuro.

En México, las autoridades trabajan en planes de movilidad que incluyan mejores conexiones de transporte público y mayor capacidad hotelera. Este enfoque holístico asegura que los beneficios del evento se extiendan a diversos sectores económicos.
Un legado duradero
La Copa Mundial de la FIFA 2026 no es solo un evento deportivo; es una oportunidad para transformar ciudades, fortalecer economías y conectar comunidades a través del deporte. Con una planificación estratégica y colaboración entre gobiernos, empresas y comunidades locales, el torneo promete dejar un legado duradero que irá más allá del último silbatazo.
En un mundo cada vez más interconectado, el turismo deportivo se consolida como un puente entre culturas y un motor de desarrollo económico sostenible. La Copa Mundial de la FIFA 2026 será, sin duda, un capítulo memorable en esta historia de crecimiento y oportunidades.