Murió Diego Armando Maradona. Esta vez no es un rumor, sino un hecho dolorosamente cierto. El Pelusa, que tantas gambetas hizo con esa mágica pierna zurda, no pudo esquivar esta vez las complicaciones posteriores derivadas de la operación cerebral a la que fue sometido hace escasas semanas.

Su partida ha conmocionado al planeta fútbol que lo reconoce como uno de sus mejores jugadores de todos los tiempos si no el mejor. «La pelota no se mancha», dijo Diego, en una de sus frases más icónicas y ese amor al fútbol lo acompañó hasta el final.

Las notas sobre su muerte resaltarán sus éxitos deportivos, que no fueron pocos. Diego salió de la más aterradora pobreza en su natal Villa Fiorito, en la provincia de Buenos Aires, para convertirse en un ídolo de millones. Debutó en Primera División con Argentinos Juniors y desde los primeros toques al balón para todos quedó claro que aquel bajito era especial. De Boca Juniors saltó a Europa, hasta Barcelona y de ahí a Nápoles, donde lo idolatrarán por siempre.

En la capital del sur miserable italiano, donde la pobreza alimentaba el negocio de las mafias, el argentino se convirtió en lo más cercano a una divinidad carnal. El Nápoles, un equipo de medio pelo, ganó dos Scudettos y una Copa de la UEFA gracias al fútbol grandioso de un futbolista inigualable. En aquellos días de vino y rosas Maradona dio al fútbol el mayor de sus argumentos redentores: da esperanza al pueblo, le hace soñar a los más humildes, iguala a ricos y pobres.

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Con la selección nacional de Argentina Diego hizo de todo. En cierta medida, fue un reflejo de su propia vida; con momentos de gloria, episodios bochornosos, locura y exceso, mentiras y engaños, pasión y llanto.

Su Mundial de México, en 1986, fue mágico. Probablemente nunca antes un jugador tuvo tanto protagonismo en el triunfo de un equipo como el de Diego en aquella Copa. Y nunca nadie más lo tuvo. Enfureció a los ingleses con su “mano de Dios” y los dejó atónitos con su galopada desde el centro del terreno en lo que, al menos en esto sí puede haber consenso, ha sido el gol más espectacular en la historia de los Mundiales. Los soldados argentinos lloraban emocionados la venganza de las Malvinas, el país recuperaba el orgullo mancillado.

Aquel «barrilete cósmico» bautizado en el estadio Azteca por el locutor Víctor Hugo Morales, subió para siempre a un olimpo que a veces fue gloria y demasiadas infierno.

Después, en Italia, en 1990, soportó golpes por todas partes; pero pudo llevar a su Argentina otra vez a la final, ante Alemania, el mismo rival que cuatro años atrás, ahora reunificado. Diego lloró al recibir la medalla de plata y siempre creyó —y en esto tampoco estuvo solo— que el árbitro mexicano Edgardo Codesal inventó aquel penal que anotó Andreas Brehme. Historias y polémicas que alimentan los misterios enrevesados del fútbol.

Argentina ilusionó en el Mundial de Estados Unidos, en 1994; pero entonces vino la prueba antidoping positiva por efedrina y con ella las esperanzas arruinadas de los seguidores de la albiceleste. También se derrumbó Diego, incapaz ya de esconder la magnitud de su declive personal y futbolístico.

Las notas periodísticas por su muerte no pasarán por alto los problemas de Maradona. Alcohol y drogas fueron un cóctel del que no pudo escapar, o no quiso. O no supo. Pagó muy caro ese descontrol, porque su magia futbolera se fue apagando. Los continuos pleitos familiares nos mostraron a un ídolo con muchos millones en su cuenta bancaria, pero a veces terriblemente solo entre tantas multitudes.

El entorno, ese dichoso entorno tóxico y letal, nunca fue capaz de enseñarle las reglas de la vida: Maradona conocía bien las del futbol pero se extraviaba cada vez que salia del cesped, cuando su leyenda se transformaba en errática sordidez.

Pero Diego fue mucho más que goles, títulos, drogas y excesos. No tuvo pelos en la boca para decir lo que sentía. Para bien, y para mal. Defendió aquello en lo que creyó y se ganó grandes amigos y no pocos enemigos. Si algo nos queda claro es que Maradona no dejó indiferente a nadie. Tenía 60 años. Su cuerpo desgastado no pudo resistir más. El planeta fútbol ha perdido a una de sus mayores leyendas. Se fue El Pibe, El Pelusa. Nos queda Diego.

Todos los títulos de Diego Armando Maradona como futbolista

  • 1979: Mundial sub 19 en Japón – Selección Argentina
  • 1981: Torneo Metropolitano/Argentina – Boca Juniors
  • 1983: Copa del Rey/España – Barcelona
  • 1983: Copa de la Liga/España – Barcelona
  • 1984: Supercopa/España – Barcelona
  • 1986: Mundial de México’86 – Selección Argentina
  • 1987: Liga/Italia – Nápoles
  • 1987: Copa de Italia – Nápoles
  • 1989: Copa UEFA – Nápoles
  • 1990: Liga/Italia – Nápoles
  • 1990: Supercopa/Italia – Nápoles
  • 1993: Copa Artemio Franchi – Selección Argentina

Premios recibidos por Diego Armando Maradona

  • Máximo goleador del torneo Metropolitano argentino en 1978, 79 y 80.
  • Mejor jugador del Mundial sub 19 en Japón’79.
  • Máximo goleador del Campeonato Nacional argentino en 1979 y 80.
  • Olimpia de Oro al Mejor Deportista Argentino, otorgado por el según el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires en 1979, 80 y 86.
  • Olimpia de Plata al Mejor Deportista Argentino en 1979, 80, 81 y 86.
  • Balón de Oro al Mejor Futbolista del año, otorgado por el Centro de Periodistas Acreditados en la AFA en 1979, 80 y 81.
  • Mejor Futbolista de América. Encuesta del diario El Mundo, de Caracas, en 1979, 80, 86, 89, 90 y 92.
  • Balón de Oro del Mundial de 1986, otorgado por la FIFA en 1986.
  • Máximo goleador de la Liga italiana en 1987.
  • Máximo goleador de la Copa de Italia en 1988.
  • Balón de Bronce del Mundial de Italia’90, otorgado por la FIFA.
  • Elegido mejor futbolista argentino de todos los tiempos por la AFA en 1993.
  • Maestro Inspirador de Sueños por la Universidad de Oxford, Inglaterra en 1995.
  • Balón de Oro Honorífico por su trayectoria, de la revista France Football en 1995.
  • Elegido Segundo Mejor Jugador del Mundo de todos los Tiempos en una votación efectuada por los ganadores del Balón de Oro en 1999.
  • Elegido autor del Mejor Gol de la Historia del Fútbol en 1999.
  • Olimpia de Platino al Deportista Argentino del siglo XX, otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires en 1999.
  • Elegido Mejor jugador de todos los tiempos («Fifa Internet Award»), en una encuesta de la FIFA en el año 2000.
  • Galardonado como uno de los «FIFA 100» por la FIFA en 2004.
  • El club Argentinos Juniors impone a su estadio el nombre de Diego Armando Maradona en 2004.
  • Imponen el nombre de Diego Armando Maradona a una calle de la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, en agosto de 2005.