El Mundial de 2026 marcará un antes y un después en la historia del fútbol. Por primera vez, la Copa del Mundo contará con 48 equipos en lugar de los tradicionales 32, lo que supone una expansión significativa tanto en la cantidad de selecciones participantes como en la duración del torneo. Esta edición también será especial porque se disputará en tres países: Estados Unidos, México y Canadá. Pero, más allá del atractivo de un Mundial ampliado, la pregunta clave es: ¿Cómo afecta este nuevo formato a las selecciones de CONMEBOL y CONCACAF?

El cambio estructural: más equipos, más partidos

La FIFA ha diseñado un formato en el que los 48 equipos se dividirán en 12 grupos de cuatro selecciones cada uno. Los dos mejores de cada grupo, junto con los ocho mejores terceros, avanzarán a una fase de dieciseisavos de final. Esto incrementa la cantidad de partidos de 64 a 104 y permite que más países puedan competir en la fase final.

Para Sudamérica (CONMEBOL) y Norte, Centroamérica y el Caribe (CONCACAF), este cambio implica ajustes significativos tanto en la clasificación como en las expectativas competitivas.

Impacto en CONMEBOL: un camino más accesible

Históricamente, Sudamérica ha contado con una de las eliminatorias más exigentes del mundo. Con solo 10 selecciones disputándose cuatro o cinco plazas para el Mundial, la clasificación era un proceso arduo. Sin embargo, con la ampliación a 48 equipos, CONMEBOL ahora tendrá seis cupos directos y un boleto adicional a la repesca intercontinental.

Esto significa que el 60% de las selecciones sudamericanas se clasificarán de manera directa, reduciendo considerablemente la presión sobre equipos tradicionalmente fuertes como Argentina, Brasil y Uruguay. Además, selecciones que en ediciones anteriores han quedado fuera por poco margen, como Colombia, Chile o Paraguay, ahora tienen una mayor oportunidad de regresar a la Copa del Mundo. Mientras, Venezuela sueña con debutar en un Mundial.

No obstante, este formato también podría afectar la competitividad de la clasificatoria, ya que las selecciones grandes podrían asegurar su pase con mayor facilidad, restando dramatismo a la fase eliminatoria.

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Impacto en CONCACAF: crecimiento y oportunidad

Para la región de CONCACAF, la expansión del torneo representa un cambio aún más drástico. Tradicionalmente, esta confederación contaba con 3.5 cupos (tres directos y uno a repesca). En 2026, al ser la anfitriona del torneo, tendrá un mínimo de seis boletos asegurados, sin contar la posibilidad de obtener otro a través de la repesca.

Esto significa que países centroamericanos y caribeños, con menos historial en Mundiales, podrían tener su mejor oportunidad en décadas para llegar a la fase final. La inclusión de más selecciones también podría ayudar al desarrollo del fútbol en países con menor infraestructura, al darles la posibilidad de competir en el escenario más grande del mundo.

Sin embargo, un posible reto es la preparación de las selecciones menos experimentadas. La disparidad de nivel entre los equipos podría resultar en partidos menos competitivos en la fase de grupos, afectando la calidad general del torneo.

¿Mejor o peor para el fútbol?

La expansión del Mundial ha generado opiniones divididas. Por un lado, aumenta la representación global y permite que más países participen. Para CONMEBOL, significa que más selecciones podrán acceder al torneo con menos dificultades. Para CONCACAF, representa un avance en la competitividad de la región y una oportunidad sin precedentes para equipos tradicionalmente marginados.

Por otro lado, algunos críticos consideran que el nuevo formato podría afectar la calidad del torneo, al incluir selecciones menos preparadas que podrían sufrir derrotas abultadas. Además, el aumento de partidos podría generar fatiga en los jugadores y saturar el calendario futbolístico internacional.

Un Mundial de oportunidades y desafíos

El Mundial de 2026 promete ser un evento histórico no solo por su expansión a 48 equipos y su realización en tres países, sino también por las implicaciones que tendrá en cada confederación.

Solo el tiempo dirá si este nuevo formato eleva el nivel competitivo del torneo o si, por el contrario, diluye la calidad del espectáculo futbolístico que millones de aficionados esperan cada cuatro años.