El fútbol tiene una importancia incalculable en todo el mundo. Cada cuatro años, la Copa Mundial de la FIFA cautiva a millones de aficionados, quienes siguen con pasión los partidos y vibran con cada gol. En 2026, Canadá, junto con Estados Unidos y México, tendrá el honor de ser anfitrión de este evento deportivo de renombre global. Sin embargo, más allá del entusiasmo futbolístico, surge una interrogante crucial: ¿será un buen negocio para Canadá este evento?

Las cifras en juego

Cuando se habla de organizar una Copa Mundial de fútbol, las cifras involucradas son astronómicas. Toronto, una de las ciudades anfitrionas canadienses, ha estimado un costo de alrededor de 380 millones de dólares para acoger seis partidos. Por su parte, Vancouver, que recibirá siete encuentros, aún no ha revelado una cifra actualizada, pero su estimación inicial de 230 millones de dólares de seguro crecerá, debido a la adición de dos partidos más.

Estas cifras abrumadoras no son exclusivas de Canadá. Otras ciudades anfitrionas de la Copa Mundial de 2026, como Seattle y Santa Clara, han enfrentado desafíos similares al tratar de cuantificar los costos asociados con la organización del certamen. Desde la construcción y renovación de estadios hasta la seguridad y los servicios esenciales, los gastos se acumulan rápidamente.

Los beneficios económicos proyectados con la Copa Mundial 2026

A pesar de los altos costos, las ciudades anfitrionas también prevén beneficios económicos sustanciales. Toronto espera un impulso de 392 millones de dólares en su Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la provincia de Ontario podría ver un aumento adicional de 456 millones de dólares. Además, se estima que el evento generará más de 3,500 empleos y atraerá a más de 300,000 visitantes a la ciudad.

El BMO Field de Toronto será una de las sedes de la Copa Mundial 2026

Vancouver, por su parte, confía en que los siete partidos que albergará traerán mayores oportunidades de ingresos provenientes de patrocinadores comerciales y ventas el día del partido. Sin embargo, los expertos advierten que las proyecciones económicas suelen ser demasiado optimistas y que los beneficios reales podrían ser menores.

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El impacto en la infraestructura y los servicios

Más allá de los costos directos y los beneficios económicos proyectados, albergar la Copa Mundial de la FIFA 2026 también implica desafíos en términos de infraestructura y servicios. Tanto Toronto como Vancouver están llevando a cabo importantes renovaciones en sus estadios, incluyendo la construcción de nuevos palcos para VIP, áreas de hospitalidad, concesiones de alimentos y baños.

Vancouver acogerá siete partidos de la Copa Mundial 2026 de la FIFA

En Vancouver, el B.C. Place Stadium, que cumplió 40 años en 2023, requerirá la instalación de nuevos ascensores y una modernización integral para cumplir con los estándares de la FIFA. Estas renovaciones no solo son costosas, sino que también requieren una coordinación logística y una planificación meticulosa para no interrumpir las operaciones habituales.

Voces a favor y en contra de organizar la Copa Mundial 2026

Como era de esperarse, la decisión de albergar la Copa Mundial de la FIFA 2026 ha generado un intenso debate en Canadá. Los defensores del evento resaltan los beneficios económicos y el impulso al turismo que traerá consigo. Además, argumentan que acoger un evento de tal envergadura colocará a Canadá en el mapa mundial y promoverá el desarrollo de infraestructuras deportivas de primera clase.

Por otro lado, los críticos han expresado su preocupación por los costos elevados y la posibilidad de que los beneficios económicos no compensen los gastos. Algunos expertos incluso han sugerido que los eventos deportivos masivos tienden a desplazar a los turistas habituales, lo que podría contrarrestar los beneficios esperados.

Además, existe inquietud sobre la transparencia y la rendición de cuentas en torno a los costos y contratos relacionados con el evento. En algunos casos, las autoridades han sido acusadas de ocultar información clave al público, citando intereses comerciales y confidencialidad.

El papel de los gobiernos provinciales y federal

Otro aspecto crucial es el papel que desempeñarán los gobiernos provinciales y federal en la financiación del evento. Ontario ha anunciado una contribución condicional de 97 millones de dólares para Toronto, mientras que el gobierno federal aún no ha confirmado su nivel de apoyo financiero. Sin embargo, ambos niveles de gobierno han enfatizado la importancia de limitar la inversión pública y evitar déficits.

Esta situación ha generado tensiones entre las autoridades municipales y las provinciales, ya que las ciudades anfitrionas buscan garantías de apoyo financiero para cubrir los crecientes costos y mitigar los riesgos asociados con la organización del evento.

Lecciones aprendidas y decisiones futuras

A medida que se acerca la Copa Mundial de la FIFA 2026, Canadá se enfrenta a una decisión crucial: ¿vale la pena asumir los riesgos financieros y logísticos de albergar un evento de tal magnitud? Las lecciones aprendidas de otros eventos deportivos masivos, como los Juegos Olímpicos, sugieren que los costos suelen exceder las estimaciones iniciales, mientras que los beneficios económicos pueden ser más modestos de lo previsto.

Mitigación de riesgos y planificación estratégica

Para maximizar las oportunidades y minimizar los riesgos, será fundamental que las autoridades canadienses adopten un enfoque estratégico y realista. Esto implica una planificación meticulosa, una gestión eficiente de los recursos y la búsqueda de fuentes de financiamiento alternativas, como patrocinios privados y asociaciones público-privadas.

Además, será crucial fomentar la transparencia y la rendición de cuentas en todo el proceso, involucrando a las comunidades locales y garantizando que los beneficios del evento se distribuyan equitativamente.

Independientemente del resultado final, la experiencia de albergar la Copa Mundial de la FIFA 2026 brindará valiosas lecciones para Canadá. Estas podrán aplicarse en futuras oportunidades de organizar eventos deportivos o culturales de gran escala, lo cual permitirá al país capitalizar mejor los beneficios y mitigar los riesgos.

En última instancia, la decisión de albergar la Copa Mundial de la FIFA 2026 no es solo una cuestión de cifras y proyecciones económicas, sino también de orgullo nacional, legado cultural y posicionamiento global. Canadá tendrá la oportunidad de demostrar su capacidad para organizar eventos de talla mundial y dejar una huella en el corazón de los aficionados al fútbol.

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