Solo tres países latinoamericanos han ganado al menos una presea en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y ya está prendida la alarma en las delegaciones de México y Cuba; pero el problema todavía es más grave, porque varias de las esperanzas de la región, individuales y colectivas, quedaron muy por debajo de lo esperado en esta cita estival.
En el listado de decepciones, el primer lugar es para la selección mexicana de fútbol, campeona en los Juegos de Londres, en 2012, y ahora eliminada en la primera fase del torneo.
“No puedes estar conforme, el equipo hizo bien las cosas, pero esto es de goles, si no eres efectivo es complicado. Ellos tuvieron una y la metieron”, dijo el entrenador mexicano, Raúl Gutiérrez, tras perder el partido decisivo frente a Corea del Sur.
El “Tri” era una de los candidatos más fuertes de la delegación mexicana; pero el equipo no logró marcar en los momentos claves y se despidió con solo cuatro puntos (una victoria, un empate y un revés). En el pobre rendimiento influyeron también las lesiones sufridas por el delantero Oribe Peralta y al volante Rodolfo Pizarro.
Otra gran decepción latinoamericana fue el equipo masculino de fútbol de Argentina que, al igual que México, no pasó de la fase de grupos. Este “papelazo olímpico”, como lo consideró la prensa especializada, no ocurría desde los Juegos de Tokio, en 1964, ya que, desde esa fecha, los albicelestes siempre habían avanzado al menos hasta la segunda ronda.
No pocos consideraron a los sudamericanos entre los favoritos para ganar el certamen, por su historial olímpico (dos títulos consecutivos, en 2004 y 2008), pero lo cierto fue que ese equipo arrancó mal y terminó peor. Las serias discrepancias existentes en la Asociación nacional, la negativa de los clubes europeos, como la Juventus y el Inter de Milán, a ceder a futbolistas menores de 23 años, como Dybala e Icardi, las reticencias de Boca Juniors y River Plate para prestar por algunos días a jugadores colmaron la paciencia de Gerardo “Tata” Martino, quien renunció intempestivamente a la dirección de la selección.
Sin un liderazgo claro, aunque con talento en la nómina, los albicelestes perdieron en Río dos desafíos, ante Portugal y Honduras, y regresaron temprano a casa.
El equipo de fútbol de Brasil se salvó por muy poco de encabezar el listado de decepciones, pues tras los dos empates a cero, los locales apabullaron a Dinamarca, 4-0, y garantizaron un boleto a cuartos de final. No obstante, ni siquiera esta victoria borró la pésima imagen dejada por un once que, liderado por Neymar, busca el único título que falta en las vitrinas del fútbol brasileño.
En el recorrido por las decepciones colectivas no puede quedar fuera la selección femenina brasileña de baloncesto, ni el equipo masculino cubano de voleibol. Las locales han perdido sus tres partidos y están eliminadas; mientras, los caribeños tuvieron que presentar un plantel juvenil, porque los principales jugadores siguen encarcelados en Finlandia, donde afrontan un juicio por una presunta agresión sexual a una mujer.
Los mexicanos confiaban en el fútbol y también en los clavados; pero ambas modalidades fallaron estrepitosamente. En la plataforma sincronizada a 10 metros, Germán Sánchez e Iván García no pudieron repetir su presea plateada de Londres y algo similar ocurrió con Paola Espinosa y Alejandra Orozco, quienes terminaron en el sexto lugar en esa misma prueba.
Venezuela también lamentó la rápida eliminación de uno de sus atletas con más posibilidades: el esgrimista Rubén Limardo, campeón en Londres. En la espada, el venezolano, de 31 años, cedió frente al egipcio Ayman Fayez, por 15 toques a 5 y, luego, pidió disculpas al país. “Rubén Limardo no termina aquí, seguiré preparándome para los próximos olímpicos”, dijo, aunque difícilmente, por su edad, llegue a la próxima cita estival.
Entre las causas del revés, el espadista mencionó que se recuperó hace poco de una lesión en la columna y no tuvo tiempo suficiente de preparación.
Otro país que no ha tenido buenas actuaciones en Río es Cuba. Muchos esperaban que, una semana después de comenzados los Juegos, ya este país tuviera al menos una presea; pero las dos judocas que llegaron al combate por la medalla de bronce (Dayaris Mestre y Yalennis Castillo) cedieron y, para complicar todavía más la situación, dos atletas con opciones, como el gimnasta Manrique Larduet y el saltador de triple, Pedro Pablo Pichardo, han sufrido lesiones que impedirían cualquier acercamiento real al podio de premiaciones.
¿Podrá revertir Latinoamérica esta primera mala semana en los Juegos de Río? Cuba, sobre todo con el boxeo, donde ya tiene aseguradas varias preseas, entrará en la tabla de medallas y sostendrá una fuerte porfía con Brasil por liderar a los países de la región; mientras, México tratará de no irse en blanco, para así extender su racha de citas estivales consecutivas con al menos una medalla.