Faltaban apenas nueve meses para los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando el decatlonista canadiense Damian Warner recibió una terrible noticia: las instalaciones donde entrenaba, en la Universidad de Western Ontario, quedaban cerradas, por la pandemia de la Covid-19. Además, tampoco podía viajar a entrenar a Estados Unidos, por la misma causa. El tres veces medallista mundial y tercer lugar en los Juegos Olímpicos de Río 2016 se vio en una situación límite; pero, como tantas veces ha hecho en su vida, no se dio por vencido y su perseverancia tuvo el mejor premio posible: ahora es campeón y recordista olímpico en Tokio 2020.

Génesis del mejor decatlonista de Canadá de todos los tiempos

Warner comenzó a competir en el decatlón desde muy joven. En 2012, con 23 años, participó en su primera cita estival, en Londres. Allí culminó en la quinta posición, con 8442 puntos, y demostró que tenía talento suficiente para codearse con los mejores del mundo en esta exigente prueba.

En el siguiente cuatrienio logró dos medallas en los Mundiales de Moscú (bronce) y Beijing (plata), siempre a la sombra de otra leyenda del decatlón, el estadounidense Ashton Eaton. En los Juegos de Río 2016 estuvo cerca de la presea de plata; pero el francés Kevin Mayer repuntó de manera impresionante y dejó al canadiense en la tercera posición. De cualquier forma, Damian Warner entró en la historia deportiva de su país, al convertirse en el segundo decatlonista canadiense en subir a un podio olímpico, tras Dave Steen, quien también fue bronce, en Seúl 1988.

Las cosas no salieron bien para Damian Warner entre 2017 y 2019, ya que se fue sin medallas en el Mundial de Londres y los Juegos de la Mancomunidad británica. Recuperó algo su forma y conquistó el título en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, pero apenas fue tercero, en el Mundial de Doha.

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El Team Warner antes de Tokio

Damian Warner soñaba con otra presea olímpica en Tokio; pero esa aspiración casi quedó frustrada por la pandemia. Desesperado, su entrenador Gar Leyshon se reunió con las autoridades de Londres, en Ontario, y logró los permisos necesarios para convertir una vieja instalación, la Farquharson Arena, con más de medio siglo de existencia, en un área de entrenamiento para Warner.

El antiguo edificio no tenía ni remotamente las mejores condiciones. Warner apenas podía correr, ya que el recinto solo medía 55 metros; además, el frío era intenso. Pero nada de esto detuvo los entrenamientos del atleta. Además, cinco meses antes de Tokio, Warner y su pareja, Jen Cotten, recibieron a su primer hijo, al que nombraron Theo.

El ascenso del atleta más completo de los Juegos Olímpicos Tokio 2020

En los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912, el rey Gustavo de Suecia, admirado ante los formidables resultados en el decatlón de Jim Thorpe, le dijo “señor, usted es el mejor atleta del mundo”. A partir de esa fecha, los campeones olímpicos del decatlón han recibido ese título no oficial.

En Tokio, Damian Warner fue el atleta más completo, con una actuación formidable. En la primera prueba, los 100 metros planos, hizo 10,12 segundos, con lo que igualó su mejor tiempo en esa distancia.

Luego, en el salto largo, asombró a todos al llegar hasta los 8,24 metros, un nuevo récord olímpico en esa modalidad en el decatlón. Un dato curioso: con ese estirón habría obtenido la medalla de bronce en el salto de longitud del atletismo en Tokio.

Más adelante, en la impulsión de la bala alcanzó los 14,80 metros, la mejor marca del año; pero perdió terreno con sus rivales, al saltar alto solo sobre los 2,02 metros, mientras su principal oponente, el francés Mayer, sobrepasó los 2,08 metros. En el cierre del primer día, Warner corrió los 400 metros planos en 47,48 segundos. Por tanto, el canadiense concluyó la jornada inicial con 81 puntos de ventaja sobre el australiano Ashley Moloney.

En el segundo día, Warner comenzó impetuoso, pues marcó 13,46 segundos en los 110 metros con vallas, su tercer récord olímpico en Tokio. Después, en el lanzamiento del disco llevó el implemento hasta los 48,67 metros, la tercera mejor marca entre todos los competidores. El oro se decidió en el salto con pértiga.

Esta ha sido la modalidad más débil de Warner históricamente; pero, en Tokio, logró 4,90 metros y con esto mantuvo la diferencia sobre sus rivales. En el lanzamiento de la jabalina marcó 63,44 metros y así selló su victoria. La despedida fue en los 1500 metros y aquí el canadiense entró en la novena posición, pero con buen tiempo, para totalizar ¡9018 puntos, un nuevo récord olímpico!

Solo cuatro atletas del decatlón han logrado sobrepasar la barrera de los 9000 puntos y Damian Warner es uno de ellos. Su brillante resultado fue muy celebrado en Canadá y lo convirtió en el abanderado de la delegación en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos.

A sus 31 años, Warner cree que todavía tiene nuevos retos por delante, así que aseguró que piensa competir en los próximos Juegos Olímpicos, en París 2024.