La Copa Mundial de la FIFA 2026 está a la vuelta de la esquina, y México se prepara para hacer historia como el primer país en acoger este torneo en tres ocasiones. Con el Estadio Azteca como epicentro inaugural el 11 de junio, los organizadores trabajan a contrarreloj para garantizar una experiencia inolvidable tanto para los aficionados como para los equipos participantes.

La cuenta regresiva hacia un Mundial histórico

México tiene una gran experiencia como sede de Copas del Mundo. En 1970 y 1986, el país dejó una huella imborrable en la historia del fútbol, con momentos icónicos como el “Gol del Siglo” de Diego Maradona y la consagración de Pelé como tricampeón mundial. Sin embargo, el Mundial de 2026 será diferente. La ampliación a 48 equipos y la colaboración con dos naciones vecinas implican un reto logístico nunca antes visto. México albergará 13 partidos en tres ciudades: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, y el objetivo es claro: estar a la altura de las expectativas globales.

Desde el anuncio oficial de la sede en 2018, el gobierno mexicano, la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) y las autoridades locales han trazado un plan ambicioso. A poco más de un año de la inauguración, los preparativos avanzan en múltiples frentes, desde la modernización de estadios hasta la mejora de la conectividad y la promoción turística.

Infraestructura: estadios y más allá

El corazón del Mundial en México será el Estadio Azteca, un coloso con capacidad para más de 87,000 espectadores que se convertirá en el primer recinto en albergar tres inauguraciones mundialistas. Actualmente, el estadio está en plena remodelación para cumplir con los estándares de la FIFA. Las obras incluyen mejoras en accesibilidad, modernización de las gradas y la instalación de tecnología de punta para transmisiones y seguridad. Sin embargo, los plazos ajustados y las expectativas de los aficionados han generado debates sobre si las renovaciones estarán listas a tiempo.

Por su parte, Guadalajara y Monterrey también se alistan. El Estadio Akron, hogar de las Chivas, y el Estadio BBVA, base de los Rayados, recibirán partidos de la fase de grupos y rondas eliminatorias. Ambos recintos han sido elogiados por su modernidad, pero se están realizando ajustes específicos, como la ampliación de zonas de prensa y la mejora de vestuarios. Además, la FIFA ha solicitado campos de entrenamiento adicionales, y ciudades como Zapopan podrían sumarse como sedes de práctica, con el Estadio 3 de Marzo en la mira para una remodelación significativa.

Más allá de los estadios, la infraestructura de transporte es clave. El gobierno de la Ciudad de México ha anunciado una inversión de miles de millones de pesos para conectar el Estadio Azteca con los aeropuertos internacionales y zonas turísticas. Proyectos como el Tren Interurbano y la ampliación de líneas de transporte público buscan facilitar el traslado de los 6 millones de visitantes esperados durante el torneo.

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Seguridad, un desafío prioritario

Organizar un evento de esta magnitud requiere garantizar la seguridad de jugadores, aficionados y delegaciones. México ha enfrentado críticas por problemas de inseguridad en el pasado, pero las autoridades están decididas a cambiar esa percepción. En enero, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, instaló el Comité de la Copa Mundial 2026, destacando un plan integral que incluye mayor presencia policial, instalación de videocámaras y coordinación con fuerzas federales.

La Secretaría de Gobernación (SEGOB), liderada por Rosa Icela Rodríguez, también ha tomado un rol activo. En reuniones recientes, se han delineado estrategias para blindar las sedes y las rutas turísticas, inspirándose en el modelo de seguridad observado durante el Mundial de Qatar 2022. La Guardia Nacional jugará un papel crucial, mientras que la colaboración con Estados Unidos y Canadá permitirá un intercambio de inteligencia para prevenir incidentes.

Una oportunidad para mostrar lo mejor de México

El Mundial no solo es una oportunidad deportiva, sino también una vitrina para el turismo mexicano. Con un crecimiento constante, México busca aprovechar el torneo para consolidarse como un destino global. Las tres ciudades sedes ofrecen una mezcla única de cultura, gastronomía y modernidad. Ciudad de México, con su riqueza histórica y vibrante vida urbana; Guadalajara, cuna del mariachi y el tequila; y Monterrey, con su pujante industria y paisajes montañosos, están listas para recibir a los hinchas.

La Secretaría de Turismo ha lanzado campañas como “Un Mundo en Sí Mismo”, que resaltan la diversidad del país. Se espera que los aficionados no solo asistan a los partidos, sino que exploren destinos cercanos como Puebla, Querétaro o San Miguel de Allende. Además, se están ampliando hoteles y servicios para atender la demanda, con un enfoque en la sostenibilidad y la hospitalidad que caracteriza a México.

El legado futbolístico y la Selección Mexicana

El Mundial 2026 también es una oportunidad para que la Selección Mexicana recupere su protagonismo. Bajo la dirección de Javier Aguirre, el “Tri” tiene un calendario ambicioso en 2025, con amistosos ante potencias como Suiza y Turquía, además de la Copa Oro y la Nations League. Al estar clasificados automáticamente como anfitriones, el enfoque está en construir un equipo competitivo que pueda superar la barrera de los cuartos de final, un sueño esquivo desde 1986.

Retos y expectativas

A pesar del optimismo, los retos son evidentes. La coordinación entre tres países exige una sincronía perfecta, en momento de grandes tensiones geopolíticas entre esas naciones. Las obras del Estadio Azteca han generado incertidumbre entre los aficionados, especialmente los palcohabientes, quienes temen perder sus espacios históricos. Además, la inflación y los costos asociados podrían complicar las inversiones previstas.

Sin embargo, la pasión futbolística de México es un activo invaluable. Desde las calles de los barrios hasta los estadios, el país respira fútbol. La afición, conocida por su entrega y colorido, promete convertir cada partido en una fiesta inolvidable.

La Copa Mundial de la FIFA 2026 no solo será un evento deportivo, sino un catalizador para el desarrollo de México. Las mejoras en infraestructura, la proyección turística y el impulso al fútbol local podrían transformar al país en los próximos años. A 500 días del silbatazo inicial, el reloj sigue corriendo, pero el compromiso es claro: México quiere ser un anfitrión ejemplar y demostrar que está listo para el mundo.