El joven emprendedor panameño Mayer Mizrachi, de 28 años, sueña con levantar la industria digital latinoamericana y uno de los puntos por los que apuesta es en una mayor privacidad de las comunicaciones.

Por eso su startup Criptext creó un servicio que se encarga de darle al usuario la oportunidad de enviar correos electrónicos que se borrarán automáticamente, luego de que el receptor lo vea, en el tiempo que el emisor lo estipule.

Este tipo de herramienta pudo evitar errores garrafales como correos electrónicos filtrados que han derivado en conflictos como el “hackeo” de Sony o confusiones en la Bolsa de Valores de Nueva York.

Pero Criptext, que ahora ha conseguido un capital de apoyo de 500 mil dólares, no nació un día cualquiera, Mizrachi tiene años trabajando del lado de la tecnología y los servicios que refuercen la privacidad.

Este joven, que se crió entre Panamá y Londres y está graduado de finanzas y economía de la American University en Washington D.C., en Estados Unidos, inició el desarrollo de Criptext Messenger, una herramienta que cumplía las mismas funciones que el correo electrónico, pero en una mensajería de texto.

Aunque hoy día Mizrachi dirige a Criptext desde las oficinas de Wework en “la capital del mundo”, está muy comprometido con el movimiento tecnológico en la región: “No levantamos capital en EE.UU., somos muy orgullosos de Latinoamérica y queremos verla crecer”, dijo.

Para este emprendedor, reconocido por la iniciativa ‘Idear Soluciones’ del Banco Interamericano de Desarrollo en 2014, ser una startup latinoamericana en Estados Unidos tiene sus ventajas, pues sabe que uno de los retos más grandes está precisamente en ser exitoso allí.

Mizrachi asegura que su intención es ayudar a crecer la industria digital latinoamericana, más que levantar capitales en Estados Unidos, puesto que confía en que la región cuenta con grandes cerebros, y que lo único que le falta es que los inversionistas crean en los proyectos del sector digital.

“La diferencia entre el latinoamericano y el norteamericano es que el primero tiene las probabilidades en contra, pero viniendo de Latinoamérica nosotros vemos el reto más grande de lo que es, por lo tanto nos esforzamos más allá de lo que realmente se requiere y termina pasando que terminas creciendo más rápido que una startup estadounidense”, sostuvo.

Hoy día, Criptext cuenta con un personal de alrededor de 20 personas, quienes en su mayoría son latinoamericanos provenientes de Ecuador, de donde también provienen dos de sus socios.

El emprendedor, a pesar de que no trabaja en nuevos proyectos, participa en otros desarrollos digitales como directivo o como inversionista.

Uno de los nombres que se une a las filas de sus emprendimientos es Shippify, un servicio que funciona al estilo de los taxis de Uber, pero que en vez de personas, transportan paquetes.

En Shippify cualquier persona puede recoger un paquete y trasladarlo a su destino final, recibiendo una remuneración por su trabajo.

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