Por tercera vez en su historia —y por primera bajo el nombre oficial de Copa América de Béisbol—, Panamá se prepara para recibir a las mejores selecciones del continente. Del 13 al 22 de noviembre, el país canalero se convertirá en el corazón del béisbol americano, con un torneo que reúne a doce equipos y que servirá, además, como clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2026 y los Juegos Panamericanos de 2027.
La decisión de concentrar todo el evento en Panamá se tomó luego de que Venezuela, inicialmente designada para acoger el Grupo A, no pudiera asumir como sede por razones logísticas. La WBSC Américas, entidad organizadora, optó entonces por centralizar la competición en dos escenarios panameños: el Estadio Juan Demóstenes Arosemena, en la Ciudad de Panamá, y el Estadio Mariano Rivera, en La Chorrera.
El Estadio Juan Demóstenes Arosemena, con capacidad para 7.500 espectadores, acogerá los juegos del Grupo A, donde estarán Venezuela, México, República Dominicana, Cuba, Nicaragua y Curazao. Por su parte, el moderno Estadio Mariano Rivera, con aforo para 10.000 aficionados, será la sede del Grupo B, integrado por Panamá, Puerto Rico, Canadá, Colombia, Brasil y Argentina.
En este último escenario se jugarán también la Súper Ronda y los partidos por las medallas. La organización estima una asistencia superior a los 200.000 fanáticos a lo largo del torneo, con una boletería completamente digital y medidas de control para evitar falsificaciones, un detalle que subraya el salto tecnológico del evento.
El formato: equilibrio entre tradición y modernidad
El sistema competitivo mantiene el espíritu clásico del béisbol internacional, pero con un diseño más dinámico y justo.
Cada grupo disputará una ronda inicial todos contra todos, con tres partidos diarios por sede entre el 13 y el 17 de noviembre. Los tres mejores equipos de cada grupo avanzarán a la Súper Ronda, que se jugará del 19 al 21 de noviembre, enfrentándose entre sí los clasificados de ambos grupos.
Las estadísticas acumuladas de la fase anterior se mantendrán entre los equipos que avanzan, un detalle técnico que puede resultar decisivo para definir los boletos a la gran final.
Finalmente, el 22 de noviembre se disputarán los dos juegos de cierre: el partido por la medalla de bronce, entre los equipos que ocupen el tercer y cuarto lugar de la Súper Ronda, y la final por el oro, reservada para los dos mejores del certamen.
El peso deportivo de la Copa América
Aunque el torneo es nuevo bajo este formato, su genealogía es larga: proviene de los antiguos Campeonatos Panamericanos de Béisbol, celebrados desde 1985, y se convierte en la primera edición oficial bajo la denominación Copa América.
Su importancia trasciende lo simbólico. La WBSC Américas ha confirmado que los resultados tendrán impacto directo en el ranking mundial y servirán como referencia clasificatoria hacia los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
En otras palabras, lo que ocurra en Panamá será un punto de inflexión para la elite del béisbol continental.
El Grupo A: el bloque del poder
Si el Grupo B es el escaparate del anfitrión, el Grupo A promete ser un volcán competitivo. Allí se encuentran Venezuela, México, República Dominicana y Cuba, cuatro de las naciones con mayor tradición beisbolera del planeta.
A ellos se suman Nicaragua y Curazao, dos equipos en pleno crecimiento, con jugadores que comienzan a destacar en ligas profesionales de América y Europa.
Cuba abrirá el torneo enfrentando a Nicaragua el 13 de noviembre, un partido que marcará el debut del equipo dirigido por Germán Mesa, leyenda de los 90 reconvertido en estratega.
La nómina cubana mezcla experiencia y juventud: figuran nombres como Alfredo Despaigne, Yoelkis Guibert, Roel Santos, Yoennis Yera y Erisbel Arruebarruena, todos con experiencia internacional. El cuerpo técnico, que incluye a Pedro Luis Lazo (pitcheo) y Omar Linares (ofensiva), busca reconstruir la identidad competitiva del béisbol cubano en un contexto cada vez más globalizado.
México llega con un plantel potente, al igual que Venezuela, cuyo béisbol atraviesa una edad dorada tanto en Grandes Ligas como en su liga invernal. República Dominicana, siempre peligrosa, completa un grupo en el que cada juego será una batalla por la supervivencia.
El Grupo B: la ilusión del anfitrión
El Grupo B combina tradición, novedad y emoción local. Panamá, que jugará todos sus partidos nocturnos en el Mariano Rivera Stadium, abrirá el torneo ante Canadá y cerrará frente a Puerto Rico.
La selección canalera se prepara con un enfoque total. Su cuerpo técnico ha trabajado con jugadores provenientes de ligas independientes, del béisbol invernal y de organizaciones de MLB, buscando equilibrio entre poder ofensivo y velocidad defensiva.
En este grupo destacan también Colombia, con una generación que brilla en las Grandes Ligas, y Puerto Rico, siempre protagonista en torneos internacionales. Canadá, bajo la dirección del veterano Ernie Whitt, presentará un equipo de amplio recorrido, con nombres conocidos en el circuito de las Ligas Menores y algunos exgrandesligas.
Los menos experimentados, Brasil y Argentina, buscarán aprovechar el torneo para consolidar su progreso. Que Argentina haya reemplazado a Estados Unidos en la lista final de participantes es una muestra del crecimiento del béisbol del Cono Sur, un fenómeno que la WBSC Américas busca fomentar.
Más que un torneo, una plataforma de proyección
La Copa América no solo premiará a los mejores, sino que también abrirá oportunidades para las selecciones emergentes.
Para países como Brasil o Argentina, participar en un evento de este nivel representa acceso a visibilidad mediática, ranking internacional y roce competitivo.
A nivel de organización, Panamá está apostando por un modelo de evento sostenible y rentable. El comité organizador, integrado por PANDEPORTES, WBSC Américas y OISEV, prevé un impacto económico positivo en turismo deportivo, hotelería y comercio local.
En paralelo, se impulsa una estrategia digital moderna: venta de boletos online, transmisiones en streaming y una cobertura social multiplataforma que busca acercar el béisbol a las nuevas generaciones.
El resurgir panameño
Más allá de la infraestructura, Panamá busca consolidar un mensaje: su regreso al mapa grande del béisbol internacional.
Después de haber albergado con éxito los torneos continentales de 2000 y 2003, el país vuelve a ser sede con un estadio que lleva el nombre de su ícono más universal, Mariano Rivera.
La apuesta es simbólica. Rivera, el mejor cerrador de todos los tiempos y miembro del Salón de la Fama, representa el espíritu de excelencia que la organización quiere transmitir: orden, humildad y grandeza.
El país canalero no solo será anfitrión, sino protagonista. Su selección ha mostrado progreso sostenido, y con el público de su lado, aspira a clasificarse entre los tres mejores del grupo y pelear por medalla en casa.
El nuevo mapa del béisbol americano
La Copa América 2025 llega en un momento clave para el béisbol del continente. El éxito del Clásico Mundial, el crecimiento de las academias juveniles y el regreso de torneos regionales de alto nivel confirman que el deporte vive una nueva etapa de expansión.
Con doce selecciones en competencia, la diversidad geográfica es un valor añadido: del Caribe al Cono Sur, pasando por Norteamérica, la Copa mostrará que el béisbol ya no es dominio exclusivo de unos pocos países.
Además, la coexistencia de jugadores provenientes de diferentes ligas —MLB, NPB, LMB, Serie Nacional Cubana, LVBP, CPBL— ofrece un espectáculo que combina estilos, ritmos y filosofías del juego.
Lo que está en juego
Más allá del título continental, los equipos buscan posicionarse en el ranking WBSC, ganar prestigio y asegurar presencia en los próximos torneos internacionales.
En un calendario donde los grandes eventos como el Premier12, los Panamericanos y los Juegos Olímpicos están cada vez más interconectados, la Copa América funciona como termómetro competitivo y vitrina de talento.
Por eso, cada inning contará. Los técnicos afinan sus rotaciones, los cazatalentos observan con lupa, y los fanáticos ya palpitan la emoción de un torneo que promete combinar historia, pasión y futuro.

