Yessica Borroto Peryman es la naturalidad y el desenfado, la fuerza. Impone bastante en cualquier pose. Si se le ve caminando a 30 pasos de distancia por el medio de una calle habanera, podría parecer que es el paisaje quien camina tras ella. Es la sencillez que absorbe la vista y no pierde el glamour. Y es, como principio de tantas cualidades, portadora de una estética de reivindicación de lo afro que da cuenta de su propia búsqueda de la identidad. La sinergia entre todas estas cualidades ha convertido a Yessica Borroto Perryman en una actriz y modelo de talla mundial.
Los inicios en la pantalla de Yessica Borroto
Yessica es una de esas artistas versátiles capaces de desdoblarse en varias plataformas de la industria: ha sido actriz de dos series de Netflix; modelo de Channel, Puma, Lambertz, Dey y de reconocidas marcas cubanas como Clandestina y Prietos‘ Style. Su rostro resulta cada vez más recurrente en teleseries y videoclips cubanos. Según la revista Vistar, es una de las modelos más solicitadas de la industria cubana. En esta conversación con PanamericanWorld, Yessica nos habla de sus inicios, su carrera y los proyectos en los que está participando.
Artículo relacionado: Bailar en Cuba, el sublime arte de cinco compañías de fama mundial
«Yo me gradué de actuación en la Escuela Nacional de Arte y luego ingresé al Instituto Superior de Arte. En ese momento no tenía muchas oportunidades de trabajo y mi situación económica era regular, hasta que un amigo me avisó para ir a un casting de modelos en la agencia ACTUAR. Agarré unos tacones, me fui para allá y tuve la suerte de entrar.»
Después de un año en la agencia, la carrera de Yessica como modelo se consolidó con sus apariciones en todas las Semanas de la Moda en Cuba en donde lucía el vestuario de importantes diseñadores de la isla. En el mundo de la actuación debutó con el personaje de Cuqui en la serie de Netflix Cuatro Estaciones en La Habana. En esta producción trabajó con grandes actores cubanos como Luis Alberto García, Jorge Perrugorría y Mario Guerra.
Pero ésta no ha sido su única inmersión de relevancia en la pequeña pantalla. Yessica interpreta al personaje de Martha en la tercera temporada de la popular serie Narcos, también de Netflix.
El primer gran momento en la carrera de Yessica Borroto llegó de forma inesperada. En 2016, la marca Channel iba a presentar su colección Crucero 2016-2017 en el icónico Prado habanero. Ella se presentó a un casting que se realizó por fotos de las modelos, pero para sorpresa de muchos no quedó entre las finalistas.
«Para mí había que estar de alguna forma en ese momento histórico del modelaje en Cuba, así que aunque no quedé entre las finalistas me presenté al casting para azafatas, las modelos que reciben a los invitados del evento. Para ese puesto sí me aceptaron. Cuando me vieron caminar, la directora del evento que trabajaba con Karl Lagerfeld, me preguntó si quería entrar en el desfile y finalmente lo hice. Al principio estaba muy nerviosa, aquello era un sueño para mí, pero Karl habló conmigo, me dijo que me relajara y que simplemente caminara como una cubana camina en el Prado».
Según Yessica, el desfile de Channel le abrió las puertas a muchas marcas cubanas con las que luego ella trabajó como Clandestina y Prieto´s Style. Su carrera se consolidó aun más, pues también modeló para Puma, Dey, Brownsshoes y Lambertz.
El estilo de Yessica Borroto
«Todo el mundo sabe que mi estilo de caminar es bastante relajado. Camino por la pasarela como si no me importara nada y además está la seguridad al modelar, uno de mis sellos».
Pero también está su imagen. Yessica ha dicho en varias ocasiones que su apariencia y la de otras modelos afrodescendientes ha sido rupturista respecto al canon de la industria de la moda en Cuba. Su imagen actual es el resultado de un proceso de reflexión y búsqueda interior.
«Yo tuve una adolescencia muy dura por mis complejos. Caminar en Cuba siendo tan delgada es difícil y en la escuela estaba rodeada de mujeres blancas. Tenia demasiados tabúes y cosas en mi cabeza hasta que empecé a encontrarme conmigo misma. Me dije: ¿por qué tengo que parecerme a los blancos?, ¿por qué el pelo lacio?, ¿por qué sacarme las cejas?. Me solté el pelo y dije basta, vamos arriba, estas son mis raíces, de donde yo vengo. Cuando lo hice había poca gente en Cuba que lo tenía y tuve que luchar con directoras que veían ese cabello afro como algo grosero. Pero el mundo del modelaje me ha dado mucho confianza en mí misma. En quererme como soy y defender mi afrodescendencia».
Cuando Yessica asumió sus rizos apretados y su talle delgado se creó lo que ella define como «un mecanismo de defensa», que en la mirada de un observador aleatorio, es la seguridad desbordante de una mujer que camina en la calle como si todo el recorrido desde La Habana a París fuera su pasarela.
En las entrevistas siempre hablan de su «autoestima nivel dios» y nunca del pasado lleno de desencuentros con el mismo cuerpo que hoy viste prendas exclusivas. Pero ella quiere que la conozcan en toda su extensión: como la que desanda altiva en cualquier lugar, la de la risa histriónica y grotesca que se baja la mascarilla para que vea bien su rostro y como la que estuvo años luchando contra los prejuicios.
«Algunas personas me dicen que lo del pelo afro es solo una moda. Para mí no importa, así ya lo estás defendiendo. Perteneces a una grupo de marginados, entiéndase esto como los que están al margen de los estereotipos de la sociedad. Cuentas como de mi parte y lo aplaudo
El reto de ser actriz
Yessica ha tenido que luchar por su reconocimiento actoral. Su estrellato en las pasarelas hace pensar al público que la actuación vino después de Channel, pero es actriz desde muy joven y es la labor a la que quiere dedicarse de lleno.
«Yo soy actriz de formación -señala-, de muchas horas de estudio y de pruebas, de hasta ver como se me caía el pelo por el estrés. Hubo un momento en que yo tuve que decir que no a los trabajos de modelo porque no se me reconocía como actriz. La carrera de modelaje aparte de ser efímera, es complicada. Yo siempre aposté por llevar las cosas a la par hasta que decidí enfocarme en lo de la actuación».
Yessica Borroto Perryman no piensa en el futuro. Su enfoque es trabajar todos los días, agradecer lo que la llevó hasta donde está, seguir con la naturalidad con la que vive y ser humilde.
«Yo no tengo aspiraciones, me conformo con trabajar. Es difícil que una persona con mis características mujer, negra, latina, tenga trabajo en esto. No me importa si es un papel grande o pequeño, teatro, cine, televisión o radio. Yo solo quiero trabajar», afirma.