Hay cifras que no nos sorprenden, cómo que consecutivamente desde el 2011 el estado más al sur de la Unión Americana, Florida, rompe sus propios récords de llegada de turistas.

Esta península de inimaginables costas, de sabor latino, de múltiples negocios, es hace mucho tiempo un refugio perfecto para el extremo frío de Canadá y para los siempre extremos asuntos políticos o económicos del sur.  A veces no es refugio, sino simplemente diversión.

Lo que sí sorprende a muchos es descubrir que Florida tiene otros encantos más allá del sol  y la arena, o los famosos centros de compras.

Florida tiene una interesante vida cultural e historia.  En este viaje visitamos dos de los museos más representativos del sur del Sunshine State.

El Museo Ringling de Arte

Ubicado en Sarasota, una ciudad a unas 3 horas y media de Miami, que posee también el aeropuerto de Bradenton para vuelos nacionales, se encuentra una joya el John and Mable Ringling Museum of Art.

Un espacio para perderse, que tiene locaciones para todos los miembros de la familia, amado por los turistas canadienses, que lo colman en invierno.

Realmente se trata de un complejo cultural que alberga, el museo de arte, el museo de circo, un teatro, los jardines y la famosa mansión de John y Mable Ringling frente a la bahía, además de los terrenos de la Florida State University.  Y todos coinciden en aseverar que es la más importante Pinacoteca de Estados Unidos, con una colección que a cargo de la universidad ha seguido creciendo, unas 16 mil piezas, con los maestros del arte Barroco del siglo XVII.

Leonardo Venta comenta en su blog, “El palacio Cà d’Zan -Recientemente remodelado- ostenta muchos detalles y acabados arquitectónicos, no sólo en los muros y fachadas, con sus gárgolas y capiteles, sino también en el interior donde sobresalen los colores ocres que complementan la ambientación de un espacio sobrio y acogedor. Los visitantes que acuden al Museo tienen acceso a varias habitaciones que recrean la Edad de Oro, una época de esplendor en todos los ámbitos».

Este museo forma parte del The North American Reciprocal Museum (NARM), por lo que intercambia descuentos, pases de cortesía y otras bondades con los miembros activos y afiliados a otros museos de Estados Unidos, Canadá y México.

Ha sido una suerte para Sarasota, y para sus visitantes que los prósperos dueños del Circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey, invirtieran parte de su riqueza en esta costa de Florida, pero lo mejor es que tuvieran buen gusto y lo que les permitió en sus viajes adquirir tan magníficas piezas.

Barbara Weibel, cronista de viajes comparte: “Con la gran fortuna amasada a través de su circo, John y Mabel Ringling viajaron extensamente por toda Europa. En Italia, sobre todo, se desarrolló una pasión por el arte, lo que llevó a John a convertirse en un habitual de las  subastas de arte en la década de 1920, tanto en Nueva York como en Londres. Él compró obras maestras de Rubens, Tiziano, Velázquez, Hals, Van Dyck, y Gainesborough, así como una colección chipriota, antigüedades griegas y romanas del Museo Metropolitano de Arte. Para 1931, Ringling había construido un museo diseñado después de los palacios y museos renacentistas y barrocos de Italia para albergar su creciente colección”.

El Museo de Circo no deja de sorprender, no sólo por lo exhaustivo y cuidado de la curaduría, sino por la infinidad de sensaciones que logran evocar.  Para los padres es una excelente manera de atraer a los chicos,  a un día diferente.  El entretenimiento tuvo en el circo de comienzos del siglo XX, una industria inmensa, es una historia fascinante de mirar a través de la réplica en miniatura

Los jardines, y el castillo están llenos de esculturas, el famoso jardín de rosas de la señora Ringling, y el evocar toda esa vida mirando desde la mansión hacia la fabulosa vista del Golfo de México.

Es una experiencia enriquecedora, en la que los costos pueden ser muy manejables.

MUSEO DE DALÍ DE ST. PETERSBURG

Nuestra ruta continuaba bordeando la costa, unos 50 minutos más al norte otra vista paradisíaca con clima tropical invitaba al disfrute, lo mejor siguen siendo las múltiples ofertas, que en este caso una ciudad en plena expansión como St. Petersburg puede dar, tradicional zona de retiro, hoy en día está atrayendo otros intereses, otras inversiones y otras edades.  Un turismo selectivo, emotivo o de experiencia, se desarrolla aquí.

Nos recibió el maravilloso Sunshine Skyway Bridge, que atraviesa el Skyway Fishing Pier State Park. Alojamientos de todos los precios, y todos muy cercanos a nuestro destino: The Dalí Museum.

Salvador Dalí, es de esos artistas universales, atemporales, que se han fijado totalmente en el inconsciente colectivo. La sola idea de que esta ciudad albergue este museo nos emocionaba, la estructura del museo es un homenaje en sí mismo.

El diseño corresponde a Yann Weymouth de HOK. Relata la reseña del museo que este edificio es una combinación de lo racional y lo fantástico, “…un simple rectángulo con paredes a prueba de huracanes de espesor de 18 pulgadas fuera de las cuales entra en erupción una forma libre de la burbuja de cristal grande geodésica conocida como el «enigma» . El «enigma» , que se compone de 1.062 piezas triangulares de cristal. En el interior, el Dalí Museum alberga otra característica arquitectónica única – una escalera helicoidal – recordando la obsesión de Dalí con los espirales y la forma de doble hélice de la molécula de ADN”.

Inevitable la foto en el jardín con la recreación de los relojes blandos, el laberinto o la explicación matemática de las proporciones perfectas.

Luego la maravillosa colección, con obras que muestran toda la vida artística del “maestro de sueños” y surrealista más importante de todos los tiempos (1904-1989). La colección perteneció a Reynolds y Eleanor Morse, quienes como los anteriores mecenas, escogieron la Florida como maravilloso refugio del arte. En la tercera planta están estás salas, una dedicada a Dalí y otra para las exposiciones itinerantes, que para el momento de nuestra visita tenía el pop art de Andy Warhol como invitado principal, destacando las conexiones entre éste y Dalí.

Los Morse dejaron la más completa colección de Dalí en Estados Unidos, que posteriormente el museo ha aumentado, para llegar a 96 óleos, muchos dibujos originales, libretas de trabajo, grabados, esculturas, fotografías, manuscritos y un amplio archivo de documentos.

“Nature Morte Vivante”

Desde el 11 de enero de 2011, funciona este museo, es un lugar de belleza como es el arte de Dalí, dedicado a la comprensión y a la transformación, desde PanamericanWorld recomendamos este recorrido de una Florida que nos dejó un muy buen sabor.