El legado de Selena sigue vigente cuando se van a cumplir 25 años de su desaparición, el 31 de marzo de 1995. La artista de origen mexicano se convirtió en un mito por su temprana y trágica muerte. Han pasado los años pero sus canciones y su imagen icónica siguen generando el mismo entusiasmo entre sus seguidores, que crecen y se renuevan de generación en generación.
Estaba claro que el 25 aniversario de su desaparición iba a ser una fecha marcada en rojo para miles de aficionados. Cada 31 de marzo se repite la misma liturgia de dolor y recuerdo por la cantante asesinada a tiros por Yolanda Saldívar, la presidenta de su club de fans y administradora de parte de sus negocios.
En el momento de cumplirse la cifra redonda de los 25 años, ya se han anunciado grandes eventos para conmemorar a la desaparición de la carismática artista. La familia de Selena y su empresa de entretenimiento “Q Productions”, han anunciado la celebración de un concierto tributo “Selena XXV – Veinticinco Años” en honor a su legado, que se realizará el próximo 9 de mayo en el “Alamodome” en San Antonio.
Un concierto para remarcar la influencia de Selena
El concierto y la lista de artistas que participarán quieren mostrar la influencia que Selena tuvo y continúa teniendo en los artistas latinos. «En los últimos 25 años, su influencia y relevancia no han dejado de crecer a través de las generaciones», dijo en un comunicado de prensa Suzette Quintanilla, hermana de Selena, y CEO de Q Productions.
Ya han anunciado su participación la estrella de reggaeton y productor discográfico, Pitbull; el hermano de Selena, A.B. Quintanilla III y “Los Kumbia All Starz”; la compositora y actriz Becky G y “Los Tucanes de Tijuana”, la primera banda norteña en tocar en Coachella.
También contará con las actuaciones de Elida y Avante; “El Gato Negro”, Rubén Ramos, Pete Astudillo, quien fue cantante y bailarín de respaldo para la banda Selena y los Dinos; el múltiple ganador del Grammy y productor de música tejana, Gilbert Velásquez, el cantante y ex líder de “La Diferenzia”, Ricardo Castillón, el ex miembro de la “Quinta Armonía” y cantante Ally Brooke; Isabel Marie, que interpretó canciones de Selena en otros conciertos, incluso con la Sinfónica de San Antonio y el grupo de baile “The Lab”.
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Selena y el orgullo mexicano
Selena Quintanilla se convirtió a principios de la década de los 90 del pasado siglo en “la reina del tex-mex”, una mujer que condensaba perfectamente el universo cultural y estético de millones de mexicanos que habían crecido en Estados Unidos sin renunciar a sus señas de identidad.
Después de Gloria Estefan, se convirtió en la artista latina que más discos vendía en el mundo de habla hispana y preparaba su desembarco en el mercado anglosajón con el disco “Dreaming of You”, un álbum en el que por primera vez iba a cantar en inglés.
Sus comienzos fueron realmente humildes. Sus primeras giras en la furgoneta destartalada de su padre, quien dirigió con mano firme casi toda su trayectoria musical. Pese a que tuvo que enfrentarse al machismo de una sociedad que no aceptaba los nuevos códigos estéticos que Selena imponía en sus conciertos, incluso le negaron conciertos por ser mujer, se convirtió en la primera artista de estilo musical tejano en ganar un Grammy.
El disco se acabaría publicando pero de forma póstuma el 18 de julio de 1995, pocos meses después de ser asesinada por Yolanda Saldívar, la presidenta de su club de fans y administradora de su exitosa cadena de boutiques que había abierto como parte de su estrategia de construcción de su marca artística.
El final trágico y el inicio del mito
Aquel 31 de marzo Selena y Saldivar tuvieron un encuentro en el que supuestamente la artista iba despedirla. La familia Quintanilla había observado movimientos sospechosos en las cuentas bancarias que gestionaba la administradora, que también se había convertido en la confidente y mano derecha de la artista. Aquella confianza se resquebrajó y Selena había decidido romper la relación.
Aquella reunión en el hotel Hotel Days Inn de Corpus Christi se torció de forma dramática. Selena le exigía unos extractos bancarios que Saldivar le negaba porque eran la prueba evidente de su delito. Finalmente accedió a entregárselos pero cuando la artista se dio la vuelta para abandonar la habitación su administradora le pegó un tiro por la espalda.
Huyó pidiendo auxilio y se dirigió, con las pocas fuerzas que le quedaban, hasta la recepción del hotel, dejando un reguero de sangre tras su paso. Sus últimas palabras fueron: ‘Yolanda Saldívar, habitación 158′, luego se desvaneció. Los servicios médicos hicieron acto de presencia pocos minutos después, pero tan pronto su cuerpo llegó al Hospital Corpus Christi Memorial ya estaba clínicamente muerta.
Saldívar se atrincheró en su camioneta durante nueve horas amenazando con que se suicidaría. Finalmente fue detenida y condenada a cadena perpetua.
El trágico final convirtió de inmediato a Selena en un mito que reunía todos los elementos del drama clásico: una historia de superación y éxito y un desenlace trágico.
Aunque en el momento de su desaparición no era tan conocida entre la población blanca de EE. UU., Selena ya tenía ganado el estatus de superestrella en la comunidad latina de EE. UU. Cuando Jennifer López interpretó a Selena en el biopic lanzado en 1997 ocurrió un efecto imprevisto: la artista fallecida alcanzó la categoría de leyenda mainstream y López impulsó definitivamente su carrera hasta convertirla en una de las artistas más universales. López siempre ha confesado que ese papel fue el que definitivamente le catapultó a la fama y le permitió desarrollar su exitosa carrera.
Como explicaba la revista Forbes, “Selena está en las estrategias de mercadotecnia para alcanzar el mainstream de Shakira y Ricky Martin, y está en el espectáculo corporal de Jennifer López y Cristina Aguilera. Selena está en este disco de Santos, las colaboraciones de Pharrell y J Balvin y también en las de Luis Fonsi y Justin Bieber, está en la mente de David Byrne y en el corazón de Drake”.