San Andrés es una isla colombiana en el mar Caribe que enamora a quienes la visitan. Con sus playas de arenas blancas y aguas turquesas, ofrece un paisaje paradisíaco. Pero más allá de su belleza natural, San Andrés destaca por su rica cultura, producto del mestizaje de influencias europeas, indígenas y africanas. Esta se refleja en su música, gastronomía y forma de vida relajada.

Un caleidoscopio de colores da la bienvenida desde la ventana del avión y logra enamorar a primera vista a todo aquel que visita San Andrés por primera vez. La segunda reserva coralina más grande del Caribe, perfecta para los amantes del buceo, una deliciosa gastronomía a base de langosta y caracol, y la amabilidad de su gente que recibe a todos con una sonrisa, logran causar el mismo efecto una vez en tierra.

San Andrés es la más grande de las tres islas que forman el archipiélago insular de Colombia, que en ubicación está más cerca de Nicaragua; Providencia y Santa Catalina son sus islas hermanas. Además de una infraestructura a base de casas de madera y coloridas fachadas típicas del Caribe, sobresalen grandes cocoteros que custodian sus doradas playas y una gran zona de compras libre de impuestos.

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Una cultura vibrante y mestiza

Holandeses, ingleses, españoles, esclavos africanos y piratas han poblado esta isla, otorgándole a sus habitantes una mezcla cultural única y exótica; una que se mueve al ritmo del reggae, el calipso y el soka; una que ha sabido usar el turismo como principal vía de sustento económico, desarrollando un sin fin de actividades que harán sentir a cualquiera en el paraíso. Aunque las familias se encontrarán a gusto, San Andrés tiene un especial enfoque en parejas, con infinidad de planes para dos.

Sus aguas, cristalinas cálidas y repletas de tesoros que se ven a simple vista, son unas de las más apetecidas del continente para el buceo. La isla cuenta con más de 40 escuelas certificadas, que ofrecen cursos de iniciación hasta inmersiones avanzadas, incluso nocturnas. La belleza del suelo marino en el que se pueden ver langostas, mantarrayas, tiburones y barcos hundidos, hacen de éste, uno de los planes perfectos para parejas. Y quienes no saben bucear ni quieren aprender a hacerlo, el snorkel es una buena opción que incluso puede llegar a ser más romántica.

No te preocupes si el fondo del agua no es lo tuyo, las playas de ensueño ofrecen espectaculares atardeceres que no querrás perderte. Restaurantes como La Regatta, uno de los más famosos de la isla, sirven cenas a orillas del mar, donde no solo el sol cautivará tus sentidos, también lo harán sus deliciosos platos. Carpaccio de pulpo, el autóctono caracol pala en salsa de coco o la langosta regatta, son algunos de sus más famosos, y siempre con mariscos frescos.

Vida nocturna y tradiciones isleñas

Con toda la herencia caribeña no puede faltar una buena fiesta en la playa acompañada del cóctel local, el coco loco (ron, piña colada y granadina, servido dentro de la corteza del coco). Johnny Cay, a tan solo 1,5 kilómetros en lancha desde la costa sanandresana, es ideal para empezar a mover las caderas y para mezclarse un poco con los locales, pues es uno de sus lugares favoritos para el fin de semana.

Si quieres tener una auténtica aproximación a la cultura isleña, puedes hospedarte en posadas nativas, impulsadas por el gobierno. Pero si eres más de hoteles cinco estrellas con habitaciones de lujo y programas todo incluido, el Decameron Isleño, ubicado en el sector de San Luis, es ideal. San Andrés es para todos.

Foto de portada: Depositphotos