«Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión», canta polaco Goyeneche en Balada para un loco. Ese espíritu de contemplar la ciudad desde las alturas -como dice el tango- quedó plasmado en un circuito turístico de miradores que permite acceder a los pisos superiores de históricos edificios y gozar de una panorámica tan espectacular como poco convencional.

Desde las nubes, vas a poder observar el Obelisco y la avenida 9 de Julio en toda su extensión como nunca antes la viste; contemplar la lejanía de la costa uruguaya o repasar la rica arquitectura de rascacielos y cúpulas con una vista de 360 grados. Prepara tu cámara fotográfica: PanamericanWorld te propone descubrir esos pasajes porteños ocultos y recovecos imposibles que pocos conocen.

Galería Güemes: entre peatonales comerciales y cúpulas

El edificio es de 1915 y fue durante años el más alto de la Ciudad. Con sus 70 metros de altura, es famoso por su ornamentación y por sus personajes que lo visitaron. Gardel cantó en el subsuelo y Antoine de Saint-Exupéry -el autor del Principito-, escribió allí «vuelo nocturno». Su mirador es uno de los más imponentes de la ciudad. Es el único que permite una panorámica de 360º de la Ciudad de Buenos Aires.

Desde él, pueden avistarse los cuatro puntos cardinales, distinguiendo las históricas cúpulas de la Ciudad, el Palacio Barolo, el Congreso de la Nación, la histórica Plaza de Mayo, el Río de la Plata y hasta la costa uruguaya: chiquita, en el fondo, aparece la ciudad de Colonia. También se observa la parte de atrás de la Catedral donde Jorge Bergoglio daba misa antes de convertirse en el Papa Francisco. Asoman también las cúpulas de la antigua galería Harrod’s y el recorrido completo de la multicultural peatonal Florida dónde miles de porteños y turistas la caminan de punta a punta. Si buscas obtener una radiografía del microcentro porteño, estás sin dudas en el lugar indicado.

Hotel Panamericano: donde laten los íconos porteños

El balcón terraza del moderno hotel es uno de los más conocidos de la ciudad y está ubicado en el corazón de la escena cultural, comercial y financiera. Prepará tu cámara fotográfica, porque desde el piso 23 puedes realmente capturar el alma de Buenos Aires. Se destaca desde estas alturas el célebre Obelisco y el esplendor del Teatro Colón por dónde pasaron figuras internacionales como Enrico Caruso, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, entre muchos otros. Cabe acá hacer una recomendación: la postal de día es un imperdible como la de noche.

La vista panorámica de la avenida 9 de Julio permite apreciar su trazado hasta que se pierde en el infinito, con sus cientos de miles de autos que la atraviesan diariamente y marcan el trajín laboral cotidiano. También la identificación de los barrios porteños de Recoleta, Palermo, Retiro y San Nicolás con sus torres hacia el noreste y edificaciones más bajas de Montserrat, La Boca (si sos futbolero, ajustá la lente y llevate una foto de La Bombonera), Barracas y Constitución hacia el suroeste. En el fondo, el mural de Eva Perón realizado en hierro se eleva junto a las cúpulas y puntas de los edificios. En la otra dirección, el mirador nos permite observar la magnitud del Río de la Plata y su entorno.

Basílica Santa Rosa de Lima: imagen de una ciudad europea del medioevo

La cúpula de la Iglesia Santa Rosa de Lima es una de las más grandes junto a la del Congreso de la Nación y la “redonda” del barrio de Belgrano. Ubicada en la esquina de Avenida Belgrano y Pasco, brinda una panorámica de la arquitectura de la Ciudad. Allí se puede apreciar las 18 columnas de mármol que terminan en una linterna en forma de torre que provee de luz al templo. Un verdadero espectáculo.

Fue obra del arquitecto Alejandro Christophersen, quien le dio un estilo que él catalogó como «románico-bizantino de Perigord» habiéndose inspirado en la Catedral de Saint Front en Perigueux, Francia. El recorrido por la altura de sus techos y cúpulas permite acceder a un patrimonio histórico cultural que por lo general permanecen vedados al público o sólo son abiertos en ocasiones puntuales. Atención: es el único recorrido del circuito que se suspende por lluvia.

Automóvil Club Argentino: contemplar el Río de la Plata

El lugar regala el perfil más verde de la ciudad porteña. Desde los ventanales del edificio ubicado en la avenida del Libertador se logra una maravillosa vista de los famosos bosques de Palermo y sus lagos. El mirador permite apreciar cómo las terrazas de los edificios compiten con las copas verdes de los árboles. Es una oportunidad única para fotografiar el desarrollo portuario de la ciudad, el estilo neoclásico de la facultad de Derecho con sus enormes columnas dóricas, el exclusivo Barrio Parque y todo el barrio de Palermo. Consejo: zoom a fondo con tu cámara para lograr una imagen distinta del Río de la Plata.