En 1985, Gabriel García Márquez tuvo un encuentro con el famoso cronista mexicano Carlos Monsiváis para ahondar en la que era su nueva obra Amor en tiempos de cólera.

El nobel de literatura colombiano le confesó al periodista que de todas las obras publicadas hasta entonces, esa novela era su favorita, incluso por encima de Cien años de soledad,  porque la había escrito desde las emociones, por encima del intelecto.

Quizá porque habían sido las historias de amor de sus propios padres Gabriel y Luisa, las que inspiraron a Gabo durante la creación de sus personajes primarios, a los que llamó Florentino Ariza y Fermina Daza.

El escritor le heredó a su protagonista masculino una vorágine infinita de amor por dos cosas: por Fermina y por el café. Y durante los 51 años y 9 meses que debió esperar a su amada, Florentino consoló su pena tomando hasta 30 tacitas de tinto diarias.

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Foodies Colombia
Foodies es una innovadora experiencia para disfrutar de la tradición gastronómica de Colombia. Foto: Procolombia

Menú literario en honor a Gabo

La bebida favorita de Florentino Daza es una de las tantas delicias colombianas que los turistas prueban en el paseo gastronómico Menú literario en honor a Gabo, el recorrido estrella de Foodies, una empresa turística creada por María Gutiérrez que ha cambiado la forma de hacer turismo culinario en Colombia.

Los viajeros que se adentran en esta experiencia prueban frutas, dulces, fritos y demás delicias de la costa colombiana, que Gabo cinceló con su realismo mágico; poniendo de manifiesto el mestizaje de sabores de nuestra cocina y los retratos de un pueblo que la celebra.

A María y a su papá les llevó varios meses de investigación poder construir la historia de la cocina del Caribe con los fragmentos de García Márquez. La ruta fue tan exitosa, que el año pasado fue premiada por los Travel & Hospitality Awards como la experiencia culinaria del año (Culinary experience of the year) y la Luxury Travel Guide, versión Americas, hizo lo propio al entregarle a Foodies el reconocimiento Culinary tour operator of the year.   

“Ese recorrido fresco y lleno de romanticismo, fue un antes y después para Foodies, ya que viajamos a varios encuentros, entre ellos Madrid Fusión, para compartir esa idea de los platos, bocados y bebidas de los personajes de Gabo con Cartagena y sus cocineros”, recordó la emprendedora cartagenera.

Foodies, una nueva manera de “comerse” Colombia

La propuesta de valor de Foodies va más allá de salir a comer a los sitios de moda. Gutiérrez expandió su visión: “Es hacer turismo cultural a través de la comida, que es una forma deliciosa de conocer un territorio, su cultura, su patrimonio y su gente”.

Foodies Colombia
El menú literario en honor a Gabriel García Márquez es el recorrido estrella dentro de las propuestas de Foodies.

Por eso, desde que fundó su emprendimiento en el 2014, han creado más de 30 tours en Bogotá y Cartagena, con paseos de cocina colombiana,  recorridos por restaurantes, clases de cocina y experiencias de grupos, con paradas que involucran a cocineros, baristas, sommeliers y propietarios, quienes relatan sus propias historias, experiencias y pasiones con la cocina. 

El año pasado atendieron más de 2000 clientes, 93% de ellos extranjeros, entre estadounidense, ingleses, franceses, mexicanos y brasileños. El otro 7% corresponde a clientes colombianos.

Con Cartagena street food sumergen a los comensales en las raíces étnicas de cada plato, en un ambiente relajado y muy caribeño, para que prueben carimañolas, patacones, los dulces preparados por las palenqueras, una cerveza local, entre otros bocados, mientras caminan por sitios históricos como la Plaza de la Paz, Plaza de San Pedro, Plaza de Bolívar y Plaza de la Proclamación.

Y en Bogotá, otro paseo de Foodies, titulado Savouring Paloquemao, fue incluido por el diario británico The Guardian, como uno de los 20 mejores tours del mundo.

En dicha reseña, alabaron las pirámides perfectas de frutas que son un reflejo de Colombia como segundo país con mayor biodiversidad del mundo. Panes, avenas, arepas, lechona, dulces y otras exquisiteces se cruzan en este atractivo paseo, con voces colmadas de anécdotas, historias y orgullo.

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Foodies Colombia
Los aromas y colores de la gastronomía colombiana, una tentación para los sentidos. Foto: Procolombia

Los dos fracasos que precedieron a Foodies en Colombia

María Gutiérrez es publicista, divorciada y madre de dos. Durante muchos años trabajó para una multinacional del entretenimiento. Un buen día se llenó de valor y emprendió. Con un socio abrió en Bogotá un restaurante de antojitos caribeños, enfocado más en frituras y jugos típicos. En menos de 12 meses el modelo se vino abajo.

En el 2013 lo intentó de nuevo. Esta vez con una distribuidora de productos de entretenimiento. Fracasó otra vez.

¿Qué aprendió de estos episodios?  “Cuando arrancas un emprendimiento en sociedad, a veces las decisiones recaen en ti, a veces no. Estos dos negocios me abrieron los ojos, me enseñaron a creer más en mí misma y que emprender en solitario era posible”.

Otra lección aprendida es que no todo debe ser perfecto al arrancar. Tampoco tenerlo todo. Y así lo analiza Gutiérrez: “En ambos negocios nos esforzamos por tener el super mobiliario, la mejor ubicación y hasta asistente. Y nada de eso sirvió para mantenerlos a flote en el mercado”.

Tras dos reveses y con fuertes deudas, el capital para Foodie, asegura, fue de tan solo 240 mil pesos (poco más de 75 dólares), necesarios para la inscripción de la empresa en la Cámara de Comercio de Bogotá.

Esta vez María veía la idea como algo pequeña, pero con los meses, fue dándose cuenta que era una idea de negocio sostenible en el tiempo.

“Lo primero que hice fue ofrecer un tour y al mes vendimos el primero. Luego la presencia digital con foodies.com.co, que ha sido nuestra plataforma para informar sobre lo que ofrecemos. Cada semana fueron aumentando las reservas. El modelo daba síntomas de que funcionaria”. 

En la actualidad, el trabajo offline de Foodies lo llevan de la mano con agencias de viajes y otros operadores turísticos. Hace tres meses abrieron su oficina en Cartagena y en Bogotá, el apartamento de María sirve de oficina para recibir a los clientes.

Foodies Bogotá
Bogotá es uno de los principales escenarios de las rutas gastronómicas. Foto Procolombia

Una red de colaboradores que hablan inglés y francés hacen parte de los anfitriones de Foodies. La gran meta para principios de 2020 es potenciar el sistema de reservas digitales y aventurarse a una experiencia más intuitiva para el usuario desde su plataforma digital.

El mayor triunfo de Foodies, además de contagiar de orgullo por la cocina tradicional colombiana a locales y turistas, es la sanidad de sus finanzas. “Es un negocio que tiene todo para crecer y que no tiene ataduras a nivel financiero. Había que fallar para volver a intentarlo”, reflexiona la emprendedora.

El valor real de ser un foodie en Colombia

En el 2014, cuando Foodies nació, el término era absolutamente desconocido en las plataformas digitales.

En ese entonces, a María le encantaba la palabra ya que reunía el amor por comer sin pretensiones. Y con adjetivos la define: “Foodie ofrece un universo más amplio, más democrático, muy aspiracional, pero no tan pretencioso como lo puede evocar la palabra gourmet”.

Foodies, en voz de María, se les llama a aquellos que aman comer, pero que les encanta ir al origen del plato y saber las historias detrás de cada preparación.

Tras cientos de experiencias con sus paseos guiados, la empresaria colombiana se enorgullece, porque cada comensal valora los producto no solo porque son deliciosos, “sino porque además interactúan con sus propios protagonistas y generar un respeto por nuestra cocina colombiana y que llevan consigo cuando vuelven a casa”.