Por estas mismas fechas pero en 2015, la actriz cubana Yordanka Ariosa apareció en titulares de numerosos medios de comunicación a nivel internacional. Acontecía la 63 edición del Festival de Cine de San Sebastián y ella era premiada con la Concha de Plata por su protagónico en El rey de La Habana, del director español Agustí Villaronga. Con ese premio, se perpetuaba en la misma lista de estrellas que Ava Gardner, Audrey Hepburn y Mia Farrow, por solo citar a algunas de esas grandes.

Ariosa, con todavía poco que reseñar en el cine pero con una carrera notable en el teatro, ha estado nominada al Goya como actriz revelación y a los Premios Platino del Cine Iberoamericano.  En enero último, fue una de las tres artistas que bajo la dirección de Osvaldo Doimeadiós y por iniciativa de Monse Duany interpretó Vaginas, una adaptación a las circunstancias cubanas del conocido texto escrito por la estadounidense Eve Ensler.

Esa reescritura de la obra tuvo una significación especial porque, como expresó Duany “además de la vagina se traía a escena otro tabú, a tres buenas actrices bien negras, para hacer un paralelismo interesante”. Definitivamente, el trío entre Monse Duany, Yordanka Ariosa y Linnett Hernández, repercutió.

A propósito de esta última mujer, hace un tiempo, el joven y respetado dramaturgo Rogelio Orizondo, confesó haberse quedado “atónito” en un ensayo de Antigonón, un Contingente Épico, cuando Linnett Hernández leyó uno de sus monólogos parada en el tabloncillo. “Nunca antes había visto a una actriz defender, con tanta verdad, un texto mío tan rápido (…) cuando se puso los tacones de mujer de la manigua y dijo aquel texto, sabía que dejaría una huella enorme en mí y en todo aquel que la escuchara. Linnett es una negra con mucha suerte y mucho trabajo”.

Hernández ha tenido la oportunidad, con algunos de sus personajes, de trascender el estereotipo, a veces pautado en el arte cubano en general, donde buena parte de los roles escritos para féminas negras son pensados como prostitutas, esclavas o marginales.  En Caballos (2015), la ópera prima de Fabián Suárez, interpreta a Galaxia y se recuerda además su dramático rol en Kangamba (2008), de Rogelio París.

Estas mujeres, sus conflictos y talentos, nos animan a pensar en algunas de las actrices afrocubanas más reconocidas actualmente tanto de las tablas, como de la pequeña y la gran pantalla cubanas. Además de las tres ya mencionadas y otras que quedarán fuera de esta clasificación subjetiva y siempre imperfecta, otra joven nos ocupa la atención. Claudia Muñiz ha aparecido en varios trabajos del director Kiki Álvarez, con Venecia obtuvo premio a Mejor Actriz en los festivales de cine de Guadalajara (2015) y Gramado (2015) y su actuación se ha visto en otras dos conocidas cintas: Los dioses rotos (2008) y 7 días en La Habana (2012).

En esta suerte de enumeración inexacta, no podría quedar fuera la carrera ya consagrada de Luisa María Jiménez; La Tojosa, de Sol de BateyNiña Lala, en Tierra Brava, actriz en películas de directores como Belkis Vega (Santa Camila de la Habana Vieja, 2002), Juan Carlos Cremata (Viva Cuba, 2005) y Humberto Solás (Barrio Cuba, 2005).

Por otra parte, con Aurora Basnuevo puede decirse que la radio moldeó a una artista y al mismo tiempo, esta mujer, con su trabajo, dotó al medio de un legado sustancial. Estervina, como también se le conoce por su papel en el programa Alegrías de sobremesa, hace más de 50 años es respetada por todos los cubanos.

Esta selección, que no responde a patrones específicos, de ninguna manera podría prescindir de apuntar a Alicia Bustamante, porque con ella estamos ante una mujer que ha vivido la magia del cine en más de una docena de largometrajes. Con una sólida carrera en el teatro, la versatilidad de esta mujer la convierte en una de las necesarias.

Si bien Irela Bravo no ostenta una obra memorable en el cine o en dramatizados, merece un lugar en esta relación. Como intérprete de María Silvia, en Elpidio Valdés, su voz en Vampiros en La Habana, la conducción del programa Entre tú y yo y su aparición, cada lunes, como Cachita, en el humorístico Vivir del cuento, la acercan al reconocimiento del público.

Habría que mencionar también a dos jóvenes, identificadas sobre todo por su aparición, con diferentes roles, en la televisión cubana. Una de ellas, Ariana Álvarez, que por su capacidad para desdoblarse en diversos roles se ha agenciado una creciente popularidad. Y, de otra parte, Edenis Sánchez, presentadora actual del programa musical Piso 6a quien también se le estima por su papel en el gustado policiaco Tras la Huella.

Estas diez artistas solo son una muestra de esas grandes mujeres afrocubanas, porque en el listado de las inmortales del cine, la televisión y el teatro cubano de todos los tiempos no pueden faltar Asenneh Rodríguez, Adela Legrá y Alina Rodríguez.

Por Jennifer Veliz Gutierrez / PanamericanWorld – La Habana