Es una realidad: la gran mayoría de los millones de turistas que visitan Nueva York cada año solo salen de Manhattan para ir al aeropuerto; sin embargo, la inmensa “Babel de Hierro” es mucho más que Manhattan y al explorar los otros cuatro barrios neoyorquinos es posible comprender mejor la belleza de la urbe más famosa del mundo.

BOTÁNICA Y CERVEZA EN EL BRONX

Los lugareños saben que el Bronx aloja dos de los espacios naturales más bellos de toda la ciudad. El Jardín Botánico de Nueva York (NYBG), al que llegas por la línea D del metro o el ferrocarril Metro-Norte desde Grand Central, es una impresionante superficie de 101 hectáreas de orquídeas, rosas, helechos y más.

El jardín también trabaja con artistas visuales. Este año, el reconocido artista Dale Chihuly tiene obras a gran escala expuestas en todo el recinto, y se puede visitar por la noche para verlas iluminadas.

La otra joya al aire libre en el Bronx es Wave Hill, un jardín y un espacio cultural con vistas al río Hudson. Antiguamente una finca que los ricos neoyorquinos como Teddy Roosevelt alquilaban en el verano, el espacio fue donado a la ciudad de Nueva York y ahora alberga desde picnics comunitarios a paseos en la naturaleza y conciertos de jazz.

Los gastronautas deben dirigirse a City Island, una pequeña isla justo al lado del Bronx que ofrece algunos de los mejores mariscos de la Costa Este. Puedes empezar desde el extremo de la isla con las piñas coladas y el camarón frito de Johnny’s Famous Reef Restaurant, para después ir subiendo probando los locales de cangrejo.

La isla tiene una rica historia marítima -los barcos se construían allí para la armada naval durante la Segunda Guerra Mundial- así que haz una parada en el museo

Queens no es solo el distrito más grande de Nueva York, allí también se hablan el mayor número de idiomas en cualquier lugar de la tierra. Como resultado, el distrito considera el multiculturalismo un modo de vida, y su dinámica escena gastronómica es una prueba perfecta de eso.

Cada barrio es conocido por sus especialidades regionales, desde india y paquistaní en Jackson Heights hasta cocina filipina en Sunnyside. Para obtener el máximo provecho de tu dinero, ve a Flushing, el barrio chino de Queens que eclipsa a su primo de Manhattan en tamaño y alcance.

Es fácil llenar un día entero degustando todo tipo ‘dumplings’ -no te puedes equivocar con los de cangrejo y cerdo en Joe’s Shanghai, la versión dulce para el postre de Maxin Bakery y los dumplings personalizados de tres ingredientes en Tianjin Dumpling House.

También en Flushing está el parque Flushing Meadows-Corona Park, el más grande del distrito.

Es el hogar de la Unisphere, un enorme globo de plata que conmemora la Feria Mundial de 1964, está a poca distancia del estadio Citi Field, morada de los Mets, y del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King, sede del US Open cada verano. Pero esa no es la única manera de pasar tiempo paseando en Queens.

A veces es difícil ver esto en un mapa del metro, pero Queens rodea a Brooklyn, lo que significa que la playa Rockaway Beach -sí, la que cantaban los Ramones- está técnicamente en Queens.

Aunque Rockaway sufrió grandes daños a causa de la súper tormenta Sandy en 2012, la zona se ha recuperado muy bien. La arena de Rockaway ahora está llena de boutiques pop-up o efímeras y opciones de comida trendy como la taquería Tacoway Beach.

Si todavía te queda energía después de un día en la playa o el parque, toma el metro de regreso hacia Manhattan y para en Long Island City, el barrio justo al otro lado del río desde Midtown East.

El barrio te reserva varios locales de arte de primera clase, incluyendo el Museo Isamu Noguchi y el Socrates Sculpture Garden, pero no te pierdas el PS1, un sitio de avanzada del MoMA de Manhattan conocido por sus obras de vanguardia y la gran fiesta de baile que organiza el barrio cada fin de semana en los meses de verano.

Hay neoyorquinos de toda la vida que admiten que nunca han estado en Staten Island. No solo es el distrito más subestimado de la ciudad, llegar allí es parte de la diversión. El ferry de Staten Island sale regularmente cada día desde Lower Manhattan y es totalmente gratis, lo que lo convierte en la forma menos costosa de ver y sacarse selfies con la Estatua de la Libertad.

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En el camino a Staten Island, sube al nivel superior y colócate a la derecha para tener las mejores vistas de la Estatua de la Libertad, del puente Verrazano -que conecta Brooklyn y Staten Island– y de la isla Ellis. En el camino de regreso a Manhattan, invierte ese orden y colócate a la izquierda.

Pero no te vuelvas apenas llegar a Staten Island. Camina o toma el autobús S40 a Snug Harbor, que originalmente era la única casa de retiro en el país para los marineros y ahora es un impresionante jardín y lugar histórico.

La pieza central es el jardín Chinese Scholar’s Garden, el primer jardín tradicional chino en Estados Unidos. Si caminas por la ruta sombreada de árboles hacia el jardín de paredes blancas, te sentirá relajados, meditativo… y a miles de kilómetros de distancia del ajetreo y el bullicio de Manhattan.

En el camino de regreso a la terminal del ferry, haz una parada en el memorial del 11 de septiembre. Si miras la escultura de frente, enmarca la porción del centro de Manhattan que alguna vez ocuparon las Torres Gemelas; a los costados verás grabados de nombres de los isleños de Staten que perdieron sus vidas ese día.

PARQUES Y PIZZAS EN BROOKLYN

Una de las maneras más fáciles de ir de Manhattan a Brooklyn también es la más hermosa, un paseo a lo largo del puente de Brooklyn. Este puente que no permite automóviles fue terminado en 1883.

Mientras que algunos utilizan el puente para ir y volver del trabajo (los trenes no se permiten, pero las bicis sí), el puente es un icono de la cultura pop, figurando en toda clase de producciones, desde Sex and the City a Annie Hall, así que no te sorprendas si ves a la gente recreando su escena cinematográfica favorita.

De hecho, es probable que presencies una propuesta de matrimonio o dos en el puente.

Una vez en Brooklyn, te encontrarás en el barrio conocido como Dumbo (Down Under the Manhattan Bridge Overpass). Esta comunidad ribereña es causa de una de las rivalidades más feroces en Nueva York sobre un asunto que divide opiniones: la pizza.

Grimaldi es quizás la mejor pizzería conocida de Brooklyn, aglutinando filas de hasta una cuadra. Pero el escándalo se produjo cuando Patsy Grimaldi, quien originalmente fundó la pizzería y luego la vendió, dejó atrás la jubilación para abrir un lugar cercano llamado Juliana’s.

Varias pizzerías en Brooklyn aseguran ser las mejores, aunque Juliana’s hace más convincente su reclamo. No importa cuál elijas -sugerimos ambos, para que al final des tu veredicto– te espera una rebanada realmente suculenta.

El puente no es el único punto emblemático en Brooklyn. Coney Island, que ha inspirado al poeta Federico García Lorca hasta el programa de televisión Mr. Robot, es un éxito perenne con turistas y lugareños por igual.

Puedes pasar la tarde en Coney y subir a la rueda de la fortuna Wonder Wheel o a la montaña rusa The Cyclone, después llega por unos hot dogs a Nathan’s Famous y camina por el paseo marítimo.

Coney también ofrece una vida nocturna vibrante -a menudo puedes conseguir entradas para ver a los Ciclones de Brooklyn de la liga menor, que tienen aquí su estadio, y pasarte al lado por una cerveza en Coney Island Brewing Company.

Muchas de las ofertas cerveceras están inspiradas en clásicos tentempiés playeros, así que prueba la sorprendente Kettle Corn Cream Ale y la Cotton Candy Kolsch.

Por último, no querrás perderte el área verde de Prospect Park, la respuesta de Brooklyn al Central Park. La concha acústica del parque ofrece espectáculos de música en verano y proyecciones de películas, mientras que los aventureros disfrutarán de las millas de carril de bici que recorren todo el espacio verde.

Si entras al parque cerca de Grand Army Plaza, échale un vistazo al mercado, así como al Museo Brooklyn (gratis los viernes por la noche) y la rama principal de la Biblioteca Pública de Brooklyn. Pide una rebanada de pay de limón en el Four and Twenty Blackbirds y llévatela al parque para un picnic.