Es cierto que un viaje a Estados Unidos puede ser imbatible si se elige uno (o varios) de los destinos de siempre, los clásicos que, más allá de la estación, no decepcionan nunca: Nueva York, Miami, Los Ángeles, San Francisco, Orlando o Las Vegas.

Pero para los inquietos en busca de una experiencia original, convencidos sin remedio de que en el abanico turístico occidental sólo valen los viajes a rincones alternativos de Europa o América Latina, acá va una guía de destinos diferentes en Estados Unidos.

LAS CUATRO ESTACIONES EN ASPEN

Para muchos, el mundo del esquí encierra sólo un deporte complejo y algo de glamour. Pero importa mucho el dónde, y en Aspen (Colorado) hay una historia y una agenda cultural para descubrir.

La zona, ex campo minero durante la época del “boom de la plata” estadounidense, se erigió como centro de esquí tras la Segunda Guerra Mundial. Y hoy, además de la vida nocturna, llama la atención el despliegue cultural que todo el año muestra el pueblo.

A las varias tiendas y restaurantes se suman las propuestas del Aspen Ideas, que van desde danza y teatro hasta gastronomía, jazz y música clásica.

Desde ya que los fuertes son el esquí y el snowboard, pero fuera del invierno convocan las salidas de rafting, paseos en bici y el senderismo en espacios naturales protegidos como el Maroon Bells-Snowmass Wilderness.

​LA VIDA EN EL GRAN CAÑÓN

Unos 2.000 millones años le llevó al río Colorado socavar el Gran Cañón, de los mayores atractivos naturales que ofrece la Costa Oeste de Estados Unidos y, sin dudas, el mayor del estado de Arizona.

La visita convencional, que suele ser al borde sur, permite apreciar vistas increíbles a más de 2.100 metros sobre el nivel del mar. Lo vale.

Pero los más aventureros pueden bajar a los ríos en distintas excursiones, incluyendo salidas de rafting que suelen durar seis días. Y lo que enloquece a viajeros de todo el mundo, sobrevolar el Cañón en helicóptero, saliendo desde Las Vegas.

¿Un verdadero imperdible? Desde la reserva Hualapai, caminar a 1.200 metros sobre la altitud del fondo del mítico Cañón, sobre la pasarela con suelo de vidrio Skywalk.

EN CHARLESTON, CASITAS COLOR PASTEL

Este sí que es un destino poco frecuentado por el turismo: Charleston, uno de los mayores puertos comerciales del mundo después de Hong Kong.

Para llegar a la ciudad habrá que viajar a Carolina del Sur. Y dicen que Charleston es ideal para quienes sufren estrés. Con su encantadora arquitectura de posguerra, las playas y las influencias de la cultura africana gullah le dan un aire especial.

También es especial el Spoleto Festival USA, un clásico de Charleston que se hace en cada primavera boreal desde fines de los 70.

Tampoco faltan iglesias para visitar (están en todas partes) y uno de los paseos más lindos y apacibles se hace siguiendo la línea de casas color pastel en la zona de Rainbow Row. Un estilo ciertamente sureño.

DÍA DE PLAYA EN GALVESTON

No es Miami Beach: su agua no es tan azul ni la arena tan blanca. Pero por su forma alargada, siguiendo la línea de la costa, podría encontrarse un parentesco.

Y para quienes viajen en el verano del hemisferio norte, Gavelston puede resolver una interesante opción de playa. Eso sí, se ubica en el estado de Texas, puntualmente en una isla del Golfo de México, a sólo 80 kilómetros de Houston.

Esta es una de esas ciudades estadounidenses donde se respira un toque folk, con sus casas de estilo victoriano, restaurantes pintorescos y comercios para pasear.

Y cabe resaltar el intenso despliegue cultural en recintos cerrados: tiene catorce museos y nada menos que veinte galerías de arte.

OXFORD, CIUDAD LITERARIA

No es la famosa ciudad británica sino la del estado de Mississippi. Y ahí donde haya una universidad más o menos importante está la promesa de una buena movida nocturna y cultural, como pasa en esta versión estadounidense de Oxford. Con total convicción la oficina de Turismo la promueve como “la meca cultural del sur”.

Dos grandes imperdibles son el Salón de Música Lírica y Rowan Oak, la inmensa casa (inserta en un entorno natural precioso) de uno de los mayores escritores de Estados Unidos: William Faulkner.

La inyección de turistas que este escritor y su casa le han dado históricamente a la ciudad va in crescendo. Pero también otros narradores y poetas sintieron que en Oxford había un algo inspirador. Entre otros, allí residieron John Grisham, Jonathan Miles y Larry Brown. Gracias a este legado, sumado al espíritu juvenil de la Universidad de Mississippi, la grilla de recitales, muestras de arte y otras performances culturales es un fuerte de la ciudad.