Enrique Hidalgo es un boliviano enamorado de Cuba desde la primera vez que la visitó en los años 90. Le encanta su gente, su musica, su ambiente, la posibilidad de caminar por la calle sin sentirse asfixiado por el smog de los autos. Treinta años después, el fuerte vínculo que lo ata a la isla se ha materializado en la startup Bambooleo Shop, una tienda virtual de absorbentes hechos completamente de bambú.

Aunque en el año 2011 Enrique comenzó a producir los absorbentes de bambú, no fue hasta inicios de la pandemia, en marzo de 2020, cuando comenzaron a tener una salida real en el mercado. Esto fue posible gracias Sandra Duarte y David Chepet, encargados de promoción y venta de los productos.

«Todo comenzó en grupo de WhatsApp donde Enrique los estaba proponiendo para vender. Nosotros le propusimos crearle una tienda virtual para que la gente accediera a ella e hiciera su compra como en cualquier sitio web donde se compran productos o servicios. A él le encantó esa idea y nos encargó además la distribución», explica David.

Absorbentes de bambú hechos con la especie Tibisí

Desde ambos lados había una vocación muy arraigada por el ecologismo. Enrique, graduado de Economía Agraria y Antropología, ha desarrollado desde hace más de veinte años diferentes prácticas amigables con el medio ambiente y de respeto por la tierra. Sandra es bióloga y desde hacía dos años proyectaba un emprendimiento similar al de los absorbentes de bambú. «En mi grupo de trabajo siempre hemos promovido este tipo de prácticas eco-amigables y vimos esa posibilidad porque desde 2018 los hoteles de la cadena Meliá no utilizan absorbentes de plástico pero tampoco presentan otras alternativas».

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David Chepet, pareja de Sandra, es especialista en marketing digital y servicios de mensajería. Él fue quien notó que en la sincronía entre la labor ecológica de su esposa y de Enrique había una oportunidad de negocio.

Para hacer la tienda virtual, Sandra y Enrique aprovecharon la inteligencia artificial del servicio de mensajería para generar una conversación interactiva con los usuarios que creara la sensación de estar hablando con un humano y brindara información automática las 24 horas.

«La tienda virtual funciona como cualquier sitio web. Tiene fotos, vídeos, recopilación de datos de los clientes, envio de catálogos, herramientas para la compra electrónica, posibilidad de agregar y eliminar productos del carrito, étc.» , afirma David. Las redes sociales que utilizamos para la promoción son Facebook e  Instagram«, agrega.

Hasta el momento están en venta tres tipos de paquetes: uno de 25 absorbentes de bambú con un costo de 7 dólares; uno de 50 que cuesta 13 dólares y uno de 100 que cuesta 25. «Hemos vendido tanto personas que no tienen negocios como a restaurantes. Algunos nos han hecho compras importantes como Juanky‘s Pan, Amarillo B&B y 5 Esquinas. Estamos negociando para establecer contratos a largo plazo, valorando la salida que tenga el producto y cuánto tiempo esa cantidad entregada les dura», explica David.

Un modelo de negocio eco-amigable de principio a fin

Todo el proceso de producción y venta de los absorbentes de bambú está concebido para ser ecológico. «Nosotros tenemos un sistema donde todo se reutiliza. Los gajitos que quedan luego del corte de la planta se brindan para el forraje de los animales y también se hacen camas de hierbas para que vuelvan todos los nutrientes al suelo. Los dos estuches que contienen los absorbentes son de papel reciclado y la distribución la hacemos en patinetas o bicicletas eléctricas», informa Sandra.

Sandra es bióloga de profesión y desde hace varios años promueve prácticas ecoamigables en Cuba. Foto: Amalia Echemendía/PanamericanWorld-La Habana

Para ella, una de las particularidades que distingue este emprendimiento de otros es la reducción al mínimo de las importaciones: todo es de producción nacional menos los esterilizadores y el horno donde se seca el bambú.

«En Fábrica de Arte me dijeron que comprar los absorbentes biodegradables de plástico es más barato. Yo les expliqué que se debe pensar en la cantidad de combustibles fósiles que se utilizan para transportar ese absorbente y que es mejor apoyar a la gente que está haciendo cosas buenas aquí, en su propia tierra. Hay que desterrar la mentalidad de que lo importado es lo mejor», afirma Enrique.

Desafíos y perspectivas de una startup naciente

El principal desafío al que se han enfrentado es la cuestión de la mentalidad de las personas, «el tema de la educación al respecto de la importancia del producto, la necesidad de la migración desde los absorbentes de plástico hasta los absorbentes de bambú. La gente lo veía demasiado caro. Si bien hemos avanzado, es muy incipiente lo que hemos logrado», asegura Sandra.

Aun así, los gestores del proyecto tiene perspectivas ambiciosas para cuando el país vuelva a la normalidad post Covid-19. Desde el 2011, el gobierno cubano implementa una serie de medidas de orden económico en relación con la ampliación de oportunidades a los negocios privados. Esto posibilita que emprendimientos como la tienda virtual Bambooleo Shop, se expanda más allá de bares y restaurantes.

«Tenemos la pretensión de comercializar en el mercado hotelero y ya hemos dado pasos en ese sentido. Ahora mismo contamos con todos los recursos para asumir de forma estable la cantidad de absorbentes que se consumen en un hotel y los productos que utilizamos para la esterilización de los absorbentes están certificados por la FDA», asegura David.

«También queremos implementar un sistema de identificación de los lugares que utilizan absorbentes de bambú. Eso permitiría que a la hora de escoger lugares para comer en directorios virtuales como CubaPaladar o AlaMesa, los clientes sepan cuales restaurantes tiene una actitud ecorresponsable.» , agrega David.