Toda búsqueda de una nueva ronda de inversión debe  ir entre dos hitos de crecimiento de la empresa. En un ciclo de esfuerzo y recompensa, la búsqueda de capital debe iniciar una vez que el equipo emprendedor ha alcanzado una meta de crecimiento o desarrollo del producto  para que el dinero lo ayude a acelerar la consolidación o expansión de la empresa.

Si hace poco hablábamos de grandes de empresas de valuaciones impresionantes logradas en poco tiempo, ahora las empresas pensadas a mediano y largo plazo, que sean sólidas, y no por ellos gigantes, son atractivas para el inversor regional.

No importa de qué estadio estemos hablando, sea fondo semilla o su grupo próximo de FFF, subsidios o fondos institucionales; los recursos deben estar anclados a una contra entrega del producto. Los hitos deben ser medibles y vitales para la startup.

Algo de lo que no muchos hablan, sobre este timing en la búsqueda de recursos, es el trabajo anterior que conlleva estar en el radar de los inversionistas indicados para su empresa. La reputación del equipo emprendedor, dar a conocer el producto y que aquellos que saben de ese mercado puedan identificarlos, es un trabajo previo que quien busca dinero debe realizar de forma anticipada.

Esta network de contactos, debe ser realizada de forma eficiente. Tener al fundador de la empresa, dedicado a concurrir a cuanto evento emprendedor se ofrece o participar en concursos, si bien ayuda a generar valor de marca, no equivale a generar la red indicada para buscar inversión.

El emprendedor debe en desarrollar un perfil de inversor ideal para su negocio, respondiendo las preguntas sobre: quien es el inversor, en qué empresas de mi sector ha invertido y qué contactos o negocios puede traer a la mesa.

Errores comunes. Además de tener suficientes “horas de vuelo” perfeccionando el elevator pitch de su empresa, el emprendedor debe tener datos muy consistentes sobre su propuesta de valor, el momento del mercado y una valuación acorde.

No son pocas las veces que me he encontrado con casos en los que el emprendedor no tiene una idea real de cómo su empresa va a generar dinero.

Si bien puede no ser la forma en la que finalmente la empresa genera recursos, ese trabajo debe estar hecho al ser una de las piedras angulares de la valuación de la compañía.

No proponer una forma de generación de recursos factible hace imposible que la empresa tenga un roadmap de crecimiento viable  y  empuja a un error recurrente: la sobrevaluaciones de productos que aún no están consolidados y no disponen de números reales.  Se da un efecto de “venta inconsciente” del startup.

Más fondos, mayor sofisticación. Varios países de América Latina están apostando al crecimiento de sus pequeñas y medianas empresas a través de marcos legales más flexibles y la creación de fondos de inversión, así como subsidios; solo en Argentina, el gobierno ha anunciado que creará 10 fondos de inversión en los próximos 4 años.

Sin embargo los emprendedores  tienen que estar conscientes que tras el boom de los startups, ahora enfrentan un panorama más selectivo. Si hace poco hablábamos de grandes de empresas de valuaciones impresionantes logradas en poco tiempo, ahora las empresas pensadas a mediano y largo plazo, que sean sólidas, y no por ellos gigantes, son atractivas para el inversor regional.

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