La educación superior representa una de las oportunidades de negocios más impresionantes que se ofrece para Latinoamérica en Estados Unidos: apoyar en el proceso de educación superior para el segundo grupo étnico más grande de la nación. 54.1 millones de hispanos, cuyo éxito o fracaso impactará definitivamente el futuro de Norteamérica. Muchos de ellos buscan información sobre becas y oportunidades de negocios en la web para vivir en Estados Unidos.

José Castro ayuda a entender mejor el fenómeno, reflexionando sobre las razones por las que su empresa, Certifica Group, está asesorando a cada vez más instituciones de Educación Superior en Latinoamérica y el Caribe, interesadas en dos cosas básicamente: Competir ampliamente en su propio terreno, mostrando una acreditación de otro país diferente del suyo, preferiblemente Estados Unidos; y entrar “cómo se debe” al creciente negocio de la educación de este país.

El mercado no sólo es atractivo por los US Hispanics (Hispanos radicados y cuya decisión de vida es continuar en EE.UU), sino que vuelve muy interesante la oferta para los entre 18 y 20 millones de estudiantes de educación superior que tiene Latinoamérica, de los cuáles un porcentaje cada vez mayor, querrá que su título tenga un valor específico y reconocido en el mercado norteamericano.

José A. Castro es un empresario chileno, de profesión abogado y con un MBA de la universidad Adolfo Ibanez Management School.  Sus años de experiencia en la alta dirección del sector educativo, incluyen la co-fundación de una Universidad Online en Estados Unidos.

“A nivel global, la primera demanda que debe cumplir un gobierno en términos de educación es la cobertura, y luego velar por la calidad, estos dos procesos deberían atenderse más o menos de manera simultánea, pero en la práctica es un anhelo que pocas veces se cumple”, refirió el especialista.

En Latinoamérica, según nos explica Castro, este fenómeno acompañado del crecimiento de la población estudiantil, especialmente el aumento de mujeres en la educación, abrió múltiples posibilidades para las universidades privadas. Y de manera más reciente para los programas en línea. En Estados Unidos también, con las dificultades que ello supone, en el caso del hispano hay estudiantes más adultos, con obligaciones familiares y laborales, por lo que los sistemas virtuales son de gran utilidad, comenta Castro.

Obama entendió la relación directa entre hispanos preparados y éxito para su país

“El presidente Barack Obama dos años atrás lo dijo, el futuro de EE.UU depende del desarrollo del hispano:  6 de cada 10 niños que han nacido en los últimos 10 años son de origen hispano.  Eso significa que hay que trabajar en la paradoja del 2050, cuando Estados Unidos sea el país del mundo con mayor población hispana del planeta. El hecho es que si esta población no se educa, si esta población no se entrena, vamos a estar en un gran lío; pocas posibilidades de innovación. Por lo tanto al país le interesa que la cobertura y la calidad de la educación lleguen a este segmento de la población”.

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Algunos hechos según PEW:

  • La cantidad de Hispanos matriculados en universidades creció un 24% entre 2009 y 2010.
  • En octubre del 2010 hispanos fueron el 15% de todos los estudiantes entre edades de 18 a 24 años,  matriculados en universidades de EE.UU..
  • En el 2010 la cantidad de hispanos (edades 18 a 24) en la universidad  se incrementó en 349.000 personas, comparado con un incremento de 88,000 de afroamericanos, 43,000 asiaticos y una reducción de blancos americanos de 320,000.
  • De todos los hispanos atendiendo a universidades en 2010,  46% atendieron a “community colleges” o “two-year colleges” y 54% atendieron “four-year colleges”. En comparación 73% de blancos americanos, 78% de asiaticos y 68% de africanos americanos atendieron “four-year colleges”.
  • Incluso con el gran incremento de hispanos matriculados en universidades, estos siguen siendo el grupo étnico menos educado, porque pocos completan su proceso. Solo 13% de los hispanos en edades entre 23 a 29 años,  tienen un título universitario. Sin embargo, de los hispanos nacidos en EE.UU. edades 23 a 29,  20% tienen títulos universitarios, lo que puede sugerir un bajo nivel educativo de los hispanos inmigrantes.

Aquí es donde se abre la posibilidad para que las instituciones educativas de calidad de todo el mundo, pero en especial del continente, puedan trabajar desde EE.UU con el proceso de educación, y a su vez abrir desde allí a Latinoamérica este proceso de calidad.  Por eso la importancia de que institutos y centros de educación con visión de negocios, comiencen a trabajar en aseguramiento de calidad y certificaciones norteamericanas.

Pero es aún más desafiante. La venta o mercadeo del producto educativo y el propio desarrollo de los programas debe tomar en cuenta una realidad específica: Hispanoparlantes con poco nivel de inglés, bilingües e hispanos con muy poco o ningún conocimiento del español.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Latinos del Centro de Investigación Pew del 2013, de los 54.1 millones de hispanos, 35 millones de ellos hablan español en casa. Alrededor del 38% dice que el español es su idioma dominante, frente al 25% que son Inglés-dominante y el 36% que son bilingües.

“Lo interesante, y lo que no deben olvidar quienes quieran establecer su negocio de educación aquí, es que hay un gran porcentaje de los hispanoparlantes que se van a comportar como norteamericanos, que ya tienen asumidas las costumbres del país y siguen prefiriendo el inglés, porque justamente esa es la barrera que quiere superar. Es decir, que requieren programas bilingües que inicien en español, pero que incorporen el inglés de forma total hacia el final de la carrera, para finalmente poder desarrollarse en EE.UU”, puntualizó el directivo de Certifica Group.

Castro, refiere que el Departamento de Educación de la Florida que tiene un alto prestigio a nivel nacional, exige que la enseñanza que no sea en el idioma oficial, tenga una cláusula aclaratoria:  “Quienes obtengan el título de un programa en otro idioma diferente al inglés pueden tener menos posibilidades de empleo”.  Cubren así parte del daño creado por instituciones poco serias, con ofertas engañosas, que prometen ascenso profesional sin tener que dominar el idioma del país.

Si el negocio le interesa, pregúntese:

¿Tengo interés en el mercado US Hispanics?, ¿Tengo interés en el mercado latinoamericano? ó, ¿Tengo interés en ambos mercados?

“Si es todas las anteriores, la única opción de atacar los dos mercados es desde Estados Unidos”, y esa es parte de la experiencia que José y su equipo ofrecen a instituciones educativas en el hemisferio.

Algunos datos de Certifica Group para los arriesgados en este negocio educativo transnacional:

  1. Los US Hispanics han tomado la decisión de adoptar el modo de vida americano, el producto debe corresponderse con eso.  Esto es clave, el que no lo entienda está destinado al fracaso.
  2. Tomar en cuenta a todos los grupos hispanos de diferentes nacionalidades, sobre todo para la oferta de los servicios.  Un español neutro o de negocios es muy oportuno.
  3. El cuerpo de profesores debe entender la realidad de EE.UU y llevarla a las aulas de clases presenciales y virtuales.
  4. Por lo tanto, hay que generar empleo para docentes en EE.UU, sin excluir a las mentes brillantes de Latinoamérica, pero sólo si tienen contacto o han vivido en EE.UU.
  5. El tema del financiamiento es clave, para competir con cualquier proyecto en EE.UU.  Los alumnos deben tener acceso a ayuda financiera y préstamos, para eso se deben cumplir muchos requisitos.

Los caminos

Según el experto, Estados Unidos tiene una tradición en certificación que supera con creces a otros sistemas, con 6 agencias de acreditación con alrededor de 100 años de experiencia. “En Estados Unidos hay unas 4300 universidades acreditadas, que estan sometidas voluntariamente a procesos de aseguramiento de la calidad. Son números  que están muy por encima de cualquier otro país”. Reconoce que el sistema norteamericano ha pasado por bajones, pero insiste en que lo mejor que tiene el país es la autocrítica, lo  que les permite la evaluación y corrección constantes.

La llamada acreditación regional es la más valiosa en EE.UU, puntualiza José, “… es un proceso de 5 años, es un proyecto de largo aliento, pero que permite que la institución lo primero que haga sea postular al proceso de acreditación, y ese proceso dura un año, luego del cual quedando como candidato, la universidad o instituto ya puede empezar a experimentar los primeros beneficios, con ese estatus, ya puede empezar a funcionar, aunque no puede otorgar financiamiento, hasta no tener la acreditación completa”.

Por ahora son la Universidad Mayor de Chile junto con el Tecnológico de Monterrey las únicas dos instituciones latinoamericanas con certificación regional en EE.UU.

José reflexiona; “Se requiere mucho coraje y mucha generosidad de los líderes de la institución educativa, porque como es un proceso tan largo, puede que lo inicien y no sean estas mismas autoridades quienes vean los resultados”.

Ahora,  hay otros procesos de certificación que son con agencias nacionales, que van de los 18 meses a los dos años.  Y hay otros procesos internacionales que no son con instituciones americanas, sino con agencias de latinoamérica, como algunas chilenas que colaboran con universidades de Ecuador y México, validando la calidad de sus indicadores de calidad.

“Lo que buscan las instituciones, rumbo a la internacionalización,  es la mayor independencia en quién dice que eres una organización educativa de calidad, y la mayor independencia esta fuera de tu mismo país” finalizó Castro.