En noviembre de 2019 Oniel Díaz, cofundador de Auge, una consultoría estratégica para negocios en Cuba, llegó al Congreso de Estados Unidos. Allí presentó, en oficinas de congresistas republicanos y demócratas, los resultados de una investigación que realizó entre emprendedores cubanos sobre el impacto que tuvieron, en el sector privado, las políticas implementadas por la Administración Trump hacia Cuba. La primera conclusión del estudio fue demoledora: el 80.2% de los encuestados consideró que la línea seguida por Washington dañó su negocio.

Después de cuatro años, en los que Trump revirtió todos los avances en las relaciones entre ambos países logrados durante el segundo mandato de la Administración Obama, un nuevo presidente ocupa la Oficina Oval en la Casa Blanca desde el pasado mes de enero. La llegada de Joe Biden ha sido vista con esperanza por los que consideran que puede producirse un nuevo deshielo entre Washington y La Habana, aunque de momento nada ha cambiado en las relaciones entre ambos países. La huella dejada por Trump es demasiado profunda para esperar cambios en el corto plazo. ¿Cómo podría beneficiarse el sector privado de este posible acercamiento? PanamericanWorld conversó nuevamente con Oniel Díaz, para conocer sus criterios sobre las afectaciones que tuvieron los emprendedores cubanos y las perspectivas con Biden.

De la mano extendida de Obama al olvido de Trump

No fue casualidad que, tras su reunión con Raúl Castro, en su histórica visita a La Habana, en marzo de 2016, el presidente Barack Obama sostuviera un encuentro con emprendedores cubanos y representantes de compañías estatales.

Según Obama, la economía cubana estaba “empezando a cambiar” y reconoció que Estados Unidos estaba “listo” para ayudar a los emprendedores cubanos a “tener éxito”. Para el mandatario, el futuro económico de Cuba dependía del crecimiento del sector privado en paralelo a la acción del Gobierno, una tarea que “no es fácil”, admitió. “Estoy aquí hoy para decir que Estados Unidos quiere ser su socio”, concluyó Obama.

En ese foro, Obama anunció que invitaría, por primera vez, a emprendedores cubanos a la Cumbre Global de Emprendimientos. Tres meses más tarde, en Stanford, Obama saludó, en español, a los 11 cubanos que estuvieron en el evento. “Están listos para crear nuevas oportunidades para el pueblo cubano”, afirmó Obama.

Poco después de que Donald Trump ganara los comicios, en noviembre de 2016, un grupo de más de 100 emprendedores cubanos dirigió una carta al futuro presidente. En la misiva le pedían mantener la política seguida  por la Administración Obama hacia Cuba.

“Las reformas hechas por el gobierno de los Estados Unidos para permitir el aumento de los viajes, los servicios de telecomunicaciones y la banca han ayudado sustancialmente a medida que intentamos hacer crecer nuestros negocios”, afirmaron los emprendedores. Además, le aseguraron que esperaban “aprovechar todas las oportunidades que su administración haga al sector privado cubano y a la economía cubana en su conjunto”. Estas peticiones no fueron escuchadas.

Oniel Díaz es cofundador de Auge, grupo de consultoría estratégica para negocios en Cuba. Foto: Abel Rojas / PanamericanWorld – La Habana

“El emprendimiento en Cuba fue de los actores económicos más afectados en el país debido a la política seguida por la Administración Trump. Prácticamente no hubo una medida de las que fueron tomadas en el ámbito económico durante estos cuatro años que no le pasara una factura de alto valor a los negocios privados, sobre todo aquellos que estaban conectados directamente con el flujo de viajeros procedentes de ese país”, nos aseguró Oniel Díaz.

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Principales afectaciones a los emprendedores cubanos durante la Administración Trump

Auge realizó una investigación, durante cinco meses, en 2019, sobre las principales afectaciones sufridas por el sector privado a partir de la línea seguida por Trump. En total entrevistaron a 126 emprendedores cubanos, de 27 actividades económicas.

“El 80,2% de los entrevistados en aquel momento refirió claramente que la política de la Administración Trump hacia Cuba afectaba su negocio. Esto expresa hasta qué punto esas políticas estaban causando daño”, aseveró Oniel quien añadió que los emprendedores reconocieron caídas entre el 60% y 80% de los ingresos que recibían mensualmente.

Entre las principales afectaciones los entrevistados identificaron tres: disminución de la clientela, aumento de las dificultades para la importación de productos y materiales para el funcionamiento de los negocios e interrupción de las inversiones que tenían en curso.

El descenso en el total de clientes fue mucho más apreciable en los negocios de  arrendamientos, que llegaron a ser más de 24.000 registrados en Airbnb, en los de gastronomía y los transportistas. Estos sectores dependían de la llegada de viajeros estadounidenses. Las medidas de Trump, como la prohibición del arribo de cruceros y las restricciones extremas a los viajes entre ambos países, tuvieron un impacto directo no solo en estas áreas.

“También hubo emprendimientos enfocados en el mercado nacional que refirieron afectaciones, pues aunque sus clientes eran cubanos, los ingresos de estos estaban vinculados, directa o indirectamente, a los ingresos provenientes del turismo y los viajeros”, aclaró Oniel.

Fábrica de sillas con trabajadores en La Habana. Foto de Allan Wadsworth en Unsplash

La segunda afectación identificada en el estudio de Auge estuvo relacionada con la importación de materias primas. “En Cuba hay una carencia crónica de recursos y materias primas, para la vida cotidiana, pero también para los negocios. El sector privado siempre ha sido muy dependiente de las importaciones, ya fuera por la vía personal o mediante la compra, en Cuba, de insumos o materias primas a terceros que se dedicaban a viajar y traían los productos”, explicó Oniel.

“Un dato que nos habló mucho de la importancia de depender del exterior para mantener los negocios fue que el 60% de los encuestados había importado a un tercero productos de EE.UU. para el funcionamiento de su negocio. El cierre de los servicios consulares, la disminución de los vuelos entre ambos países, la desaparición de las visas de 5 años afectó la posibilidad de viajar a EE.UU. y a otras naciones que aceptaban ese tipo de visado. Esto dañó a los negocios a la hora de abastecerse de materias primas”, especificó Oniel.

La tercera afectación fue que no pocos emprendedores cubanos detuvieron inversiones que tenían en curso. Además, interrumpieron la ampliación de sus negocios o la apertura de otros, “a partir de que el mercado no sostiene el crecimiento del sector privado o el crecimiento de negocios que dependan o que estén enfocados en el mercado norteamericano”, añadió Oniel.

“Estos datos contradicen el argumento del gobierno de Estados Unidos de que las medidas aplicadas no afectaban al sector privado, sino que estaban enfocadas hacia el sector estatal. Los actores económicos, incluso en Cuba, con todas las contradicciones, limitaciones, los problemas que tenemos en el marco legal, están encadenados en alguna manera. Entonces, si afectas a unos, afectas al otro por consecuencia”, reconoció Oniel.

¿Un nuevo escenario para los emprendedores cubanos con Biden?

Oniel Díaz reconoció que sería muy beneficioso para los emprendedores cubanos que la nueva Administración decida regresar al punto en que se encontraban los vínculos en junio de 2017, “cuando Trump decidió dejar sin efecto las políticas que Obama había aplicado, sobre todo las referidas a la movilidad de personas entre ambos países”, expresó el cofundador de Auge.

Entre las posibles medidas que ayudarían a los emprendedores cubanos, Oniel refirió tres: eliminar las restricciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba, en las diferentes categorías que aún existen; el retorno de Cuba como destino seguro para los cruceros y el fin de las limitaciones en el envío de remesas. “Esto es importante para nuestro sector, porque las remesas han constituido, durante estos años, una suerte de capital semilla para la apertura de nuevos emprendimientos o la reformulación o reconstitución de emprendimientos ya existentes. Por lo tanto, resultan vitales para el crecimiento de nuestro sector”, aseveró.

Otra medida que Oniel considera clave es la posibilidad de que los cubanos puedan viajar a Estados Unidos. “Muchos emprendedores en la investigación referían que ese viaje representaba una experiencia de valor también empresarial, en el sentido de que les permitía exponerse a otra realidad, conocer modelos de negocios diferentes, experiencias distintas y después importarlas a Cuba como en un esquema de remesas culturales. Esas ideas eran adaptadas a las características de nuestro país y aplicadas en el desarrollo de nuevos negocios o en la creación de nuevos productos y servicios. Todo eso desapareció durante el Gobierno de Trump”, concluyó Oniel.