Mientras unas empresas se van, diariamente surgen iniciativas y proyectos de negocio muy valiosos en Venezuela, especialmente entre los menores de 30 años. Y es que la vocación de emprendimiento de los jóvenes venezolanos ha llevado a este país suramericano a situarse en el puesto número 10 de 54 sistemas económicos analizados por el Monitor Global de Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés).  Aunque ya es un lugar común citar “de las crisis más profundas salen las mejores oportunidades”, pareciera que en Venezuela esta frase se convirtió en regla, dadas las diferentes alternativas que ofrece para iniciar un negocio, que contrastan con la situación compleja por la que atraviesa.

Anabella Padula, una comunicadora social y apasionada fotógrafa, es una de las venezolanas que apuesta al emprendimiento local. En noviembre de 2012 se planteó fundar una compañía que ofreciese a sus clientes la oportunidad de captar sus momentos más especiales a través de su lente. Su sueño se vio cristalizado en enero de 2013, cuando logró fundar, junto a María Fernanda Navarro, su compañía llamada Bonshot.

Estas dos jóvenes venezolanas decidieron desafiar las circunstancias adversas para manipularlas a su favor y así, luego de 1 año y medio, llevan adelante una compañía que ofrece fotografías impolutas, muy creativas y poderosamente artísticas, que ataca nichos abandonados por la fotografía convencional y retoma aquellos ya abordados por otros fotógrafos, pero desde una nueva perspectiva, la perspectiva de Bonshot.

Anabella Padula ha conversado en exclusiva con Panamerican World para contarnos acerca de su experiencia como fotógrafa emprendedora venezolana:

PM.- ¿Por qué apostarle a Venezuela?

AP.- Aquí tengo oportunidades y todo el trabajo que quiero tener. Todos los días me levanto con la buena noticia de un nuevo cliente y por eso le apuesto al país, porque el país me está demostrando que aquí mi compañía puede crecer. Este es nuestro país y de aquí soy, siempre perteneceré a este lugar y siempre seré talento venezolano.

PW.- Si tuvieses qué hacer una composición visual de Venezuela, ¿qué lugar tomarías como referencia?

AP.- Para mí el Cerro el Ávila es crucial, claro, ahí sólo hablaríamos de Caracas, pero siempre ha sido una fuente de inspiración. Es un lugar que me llena de energías y por supuesto que siempre ha sido un referente importante durante toda mi vida. Da para todo: sus amaneceres y atardeceres son ideales para fotografiar, caminar dentro de él y asomarte a ver la ciudad te da una perspectiva maravillosa para reproducir a través del lente de una cámara.

Acabo de llegar de Suiza, cuyos paisajes son impresionantes, pero yo no cambio el Ávila por nada del mundo, para mí siempre será lo mejor.

PW.- ¿De qué color se ve Venezuela a través del lente de tu cámara?

AP.- Para mí Venezuela tiene una suerte de filtro azul, a veces naranja. Esos son los colores con los que veo a nuestro país a través de mi lente. El mar y sus atardeceres siempre me han inspirado, y las playas venezolanas son un sello muy distintivo de Venezuela con respecto al mundo. El azul del mar de Los Roques y el naranja de sus atardeceres son los colores más perfectos con los que podría representar al país.

PW.- En tres frases, ¿qué se requiere para emprender con éxito en un país con una situación económica tan compleja?

AP.- Emprender un negocio nunca será una tarea fácil. Se requiere de mucha constancia y ganas de alcanzar una meta.

Es muy necesario entender que el sacrificio es parte de convertirse en un emprendedor. Sacrificar tiempo o ciertas libertades se hacen pequeñeces al lado de lo gratificante que es ver tu propio negocio marchando bien.

Emprender un nuevo negocio significa que debes amar aquello que quieres ver cristalizado. Siempre se deberá trabajar muy duro para ir creciendo cada día más.

PW.- ¿Cómo nació el emprendimiento Bonshot? ¿Se trató de hacer de una pasión un negocio rentable?

AP.- Debo contarte que mi primera foto fue con el curso de Roberto Mata (reconocido fotógrafo venezolano) en un viaje a los toros coleados en el estado Guárico; allí le tomé una foto a un niño. No pude creer que esa foto la había tomado yo, que logré captar ese momento, y desde allí me convencí de que esto era lo que me gustaba. Ese viaje fue el punto de partida de mi fotografía. En ese momento hacía mucha fotografía documentalista y muchos retratos a gente en la calle.

El emprendimiento surgió por mis ganas de crecer en esta área.  Ya tenía tres años trabajando de forma independiente, haciendo fotos de todo tipo, era una suerte de “todera”. María Fernanda Navarro, quien es mi socia actualmente, era con quien trabajaba y si yo no podía cubrir un evento, la recomendaba por su talento. Viendo todo este panorama supe que para poder crecer necesitaba ayuda y decidí asociarme con “Mafe” y creamos Bonshot en enero de 2013.

PW.- ¿Ves en Venezuela un buen mercado para el tipo de fotografía que ustedes realizan?

AP.- En el caso de la fotografía siempre va a haber oportunidades. Este es un mercado que da para todo, porque la gente siempre va a querer capturar sus momentos más significativos y siempre va a haber alguien que quiere vender.

Venezuela es un mercado muy consumista y mientras tengas un cliente al que le puedas vender la necesidad de estar en las redes con tu fotografía, por ejemplo, siempre tendrás mercado para explotar y oportunidades que aprovechar.

Yo creo que en Venezuela, a pesar de sus circunstancias y su crisis, la gente quiere encontrar diversión o distracción y eso me da trabajo, lo tomo como una gran oportunidad.

PW.- ¿Qué ventajas, o dificultades, se encuentra un joven emprendedor al comenzar un negocio en Venezuela?

AP.- Con una inversión inicial baja, el gran dilema inicial fue el asunto de los precios, porque todo emprendedor se enfrenta a una gran pregunta “¿qué precio tiene mi servicio?”, pero 1 año y medio después, hemos podido determinar el valor real de nuestro trabajo.

Es necesario saber que un emprendimiento viene de una gran pasión y de algo que realmente se disfruta hacer, y mientras te apasione todo va a salir correctamente. Todo tiene su sacrificio, que algunos ven como una desventaja, yo lo veo como una ventaja, porque luego veré los resultados.

Lo bueno de este negocio es que todos los días haces algo diferente. Nuestro trabajo se basa en captar momentos y cuando entregas el trabajo final a tus clientes y ellos te responden con una sonrisa o con unas palabras de agradecimiento, eso te llena y te dan ganas de seguir adelante. El aprendizaje es enorme día a día y eso es otra gran ventaja.

PW.- ¿Cuál es el elemento diferenciador del lente Bonshot? ¿Es allí donde radica la clave de sus éxitos?

AP.- Bonshot vende una foto “limpia”, una foto con una producción impecable, no es llegar a un lugar y tomar una foto, nosotras buscamos el lugar perfecto, con la luz perfecta y la composición perfecta. Allí radica la clave de nuestro éxito. Bonshot tiene un filtro fotográfico que indica que esa foto es de nosotras, nos identifica, y eso es primordial en este campo.

Buscamos fotos artísticas. Se trata de saber poner a la persona donde tiene que estar para lograr un resultado óptimo.

Nuestro trato personalizado también es un elemento diferenciador. Hacemos todo para que nuestros clientes confíen en nuestro trabajo y nuestros clientes regresan siempre para pedir más fotografías.

PW.- Cuéntanos sobre tu experiencia con las marcas para las cuales has trabajado

AP.- En el área comercial hemos tenido la suerte de tener clientes muy importantes en el país, como EPK, marca a la cual le hemos llevado dos campañas publicitarias –campaña de cortejos y Disney-, y a partir de esa experiencia fuimos seleccionadas para hacer la más reciente en Suiza.

También tenemos dos años trabajando con la marca de diseño venezolano Tarbay. Hemos realizado todas las fotografías para sus catálogos, enfocándonos en las fotos de productos de las últimas cuatro campañas. Hemos trabajado en las fotografías para redes sociales de Rapsodia que, si bien es una marca argentina, manejamos el contenido de las colecciones en Venezuela.

Toda la coordinación gráfica de la revista Estética y Salud, desde hace un año y medio, aproximadamente 14 ediciones, está a cargo de Bonshot. Apoyamos las campañas de Yanbal de Venezuela, que es una empresa peruana, y  Kellogg, que ha sido otro de nuestros grandes clientes, al cual le manejamos todas las fotografías para sus redes sociales.