La reciente decisión del Gran Maestro filipino Wesley So de cambiar de federación ha sido muy polémica y volvió a colocar en la mesa de discusión pública el tema de los traspasos de ajedrecistas, una situación por la que han atravesado varios jugadores cubanos.

So ocupa el puesto 16 del ranking mundial de la Federación Internacional (FIDE, por sus siglas en francés), gracias a su coeficiente ELO de 2744 puntos. El filipino tiene una beca de la Webster University, en San Luis, Estados Unidos, en un programa de ajedrez que dirige Susan Polgar. So le comunicó a la directiva de la Federación de su país natal que deseaba jugar con Filipinas en la próxima Olimpiada, en Tromso, Noruega; pero, a cambio, solicitaba que le permitieran, tras concluir el evento, unirse a la Federación estadounidense, ya que residía de manera permanente en esa nación.

Esta propuesta parece que no fue bien recibida en Filipinas. Ante la probable negativa a conceder la transferencia y la incapacidad de So de pagar los 50 mil euros como cuota de compensación a la Federación filipina para facilitar el cambio, el ajedrecista anunció que no jugaría en ningún evento oficial de la FIDE durante dos años. Una vez cumplido este tiempo, a partir del reglamento de la FIDE y tras el completamiento de la solicitud formal de la Federación estadounidense, So podrá representar a Estados Unidos.

En 2014, la FIDE ha reconocido 37 transferencias de ajedrecistas y, de este total, cinco han sido jugadores de origen cubano. Con la aplicación de una nueva política migratoria y la puesta en marcha de un programa que aumentó los ingresos económicos de los deportistas, La Habana espera detener la salida de sus atletas, de todas las disciplinas; sin embargo, aunque muchos reconocen que esos han sido pasos positivos, lo cierto es que ha continuado la emigración.

El ajedrez quizás sea de los deportes menos golpeados en Cuba por el éxodo de atletas; pero, al analizar el listado de transferencias aceptadas por la FIDE, resulta evidente que los ajedrecistas cubanos también han optado por buscar nuevos caminos y asociarse a las federaciones de los países en los que ahora residen.

Las transferencias más llamativas han sido las de los Grandes Maestros Holden Hernández y Fidel Corrales. En el último lustro, estos dos jugadores ocuparon posiciones entre el tercer y el quinto lugar del ranking cubano. Además, representaron a Cuba en varias ocasiones en Olimpiadas.

Ambos decidieron emigrar a Estados Unidos —Corrales también recibió una beca de la Webster University—y finalmente ya fueron reconocidos por la FIDE como jugadores de la Federación estadounidense. Corrales ocupa el decimoquinto puesto en el listado ELO de ese país, con un coeficiente de 2566 puntos; mientras, Hernández aparece en el sitio 27, con 2530 unidades. En ese ranking resalta también la presencia de otro Gran Maestro de origen cubano, Julio Becerra (2551), quien obtuvo su transferencia en 2003.

Estados Unidos es el país que más ajedrecistas cubanos ha recibido en el siglo XXI; pero los lugares de destino son cada vez más diversos. Por ejemplo, en los equipos olímpicos de Paraguay, en la cita de Tromso, estarán dos jugadores que se formaron en Cuba: el Gran Maestro Neuris Delgado, con un ELO de 2602 —quien antes había pasado a la Federación colombiana— y la Maestra Internacional Jennifer Pérez, con un coeficiente de 2211 unidades.

Otra Federación que ha aceptado a jugadores cubanos es la de Ecuador. En 2014 se confirmó la transferencia de Jacqueline Bosch quien es la campeona nacional de ese país y también se aceptó la inclusión del Maestro FIDE Lisandro Fernández, con un ELO de 2346 puntos.

Los datos son elocuentes: desde el 2000 hasta 2014, más de 20 ajedrecistas de origen cubano lograron cambiar de federación. En este listado se incluyen otros Grandes Maestros como Amador Rodríguez (España), Alexis Cabrera (España), Renier Vázquez (España), Irisberto Herrera (España, ya no se encuentra activo), Juan Carlos González (México), Renier González (Estados Unidos), Lexy Ortega (Italia). Entre las mujeres, sobresalen, junto a Jennifer Pérez, las Maestras Internacionales Tania Hernández (Costa Rica), Marisela Palao (Estados Unidos), Mairelys Delgado (España), Yudania Hernández (España) y Niala Collazo (España).

Además, de acuerdo con el profesor y entrenador Nelson Pinal, radicado en República Dominicana, el total de jugadores y árbitros cubanos que han emigrado, con diferentes categorías, supera los 130.

No obstante, el gran problema para algunos ajedrecistas cubanos emigrados no ha sido únicamente obtener la transferencia hacia una nueva federación, sino que, cuando deciden radicarse en el exterior, la Federación nacional deja de pagar su cuota ante la FIDE, porque ya no los considera atletas del país. El monto es de un euro por jugador en cada actualización del ranking que, en la actualidad, se realiza todos los meses.

Esto provocó no pocos dolores de cabeza, ya que al “desaparecer” del ranking, los ajedrecistas quedaron sin ELO y, por tanto, sin posibilidad de participar en torneos. Afortunadamente, tras algún tiempo, apareció una “solución salomónica”: se les restableció el ELO y ahora juegan bajo la “bandera de la FIDE”, es decir, pueden intervenir en certámenes, pero no en el campeonato nacional cubano, ni representar a Cuba en competiciones oficiales de la FIDE. Dos de los ajedrecistas que se encuentran en esta situación son Arián González (con un coeficiente de 2494 puntos) y Liulia Cardona (2162).

Cuba es una de las naciones latinoamericanas con mayor desarrollo en el ajedrez y los datos estadísticos muestran la atracción que sienten los cubanos hacia el llamado “juego ciencia”: la Federación nacional incluye en sus rankings (masculino y femenino) a 756 ajedrecistas, de ellos 17 Grandes Maestros, 7 Grandes Maestras, 27 Maestros Internacionales y 10 Maestras Internacionales. Mientras, Argentina cuenta con 14 Grandes Maestros y Brasil con 7. Además, en la Isla se organiza uno de los torneos más célebres de la región, el “Memorial Capablanca” que, en 2015, arribará a su edición 50. En la actualidad, el jugador iberoamericano mejor ubicado en el ranking universal es el cubano Leinier Domínguez, con un ELO de 2760 puntos y en la segunda posición marcha otro cubano, Lázaro Bruzón (2694).

En un contexto de transformación de varias políticas en Cuba, las federaciones deportivas—no solo la de ajedrez— deberían buscar nuevos mecanismos de trabajo, para darle un espacio a todos aquellos atletas que, por diversas razones, decidieron continuar sus carreras en el exterior. Sumar en lugar de restar debería ser una frase de cabecera para los directivos.