Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro nos dejaron imágenes que ya forman parte de la centenaria historia de las citas estivales modernas. Los grandes triunfos y las mayores decepciones de equipos y atletas por lo general ocuparon las portadas de los medios de comunicación; sin embargo, en Río también hubo momentos que, aunque no se recogieron en el medallero, realmente son imperdibles, porque demostraron la diversidad cultural y el respeto al verdadero espíritu olímpico que reinó en los segundos Juegos organizados por un país latinoamericano.

EL RELEVO DE BOLT

Usain Bolt dijo adiós a los Juegos Olímpicos con su tercer triplete consecutivo (100, 200 y relevo de 4×100 metros). El carismático jamaicano, considerado justamente el mejor velocista de todos los tiempos, tuvo en el joven canadiense Andre de Grasse a su rival más complicado. En esta foto, un sonriente Bolt señala a de Grasse y la imagen pudiera interpretarse como el cambio generacional: el más grande de la historia pasa el relevo a su posible continuador.

ÚLTIMAS BRAZADAS DEL REY PHELPS

El hombre con más medallas y títulos en la historia del olimpismo se retiró por la puerta ancha: subió al podio de premiaciones seis veces más, por lo que amplió su leyenda hasta 28 preseas, 23 de ellas de oro. En esta imagen, Michael Phelps entra en la piscina olímpica por última vez. Sus récords podrían mantenerse en los libros hasta el siglo XXII.

LA GRACIA DE SU MAJESTAD BILES

Simone Biles maravilló a jueces y fanáticos con sus precisos movimientos. Ganó cinco medallas, de ellas cuatro de oro. Nunca antes en la historia olímpica habíamos tenido una reina negra de la gimnasia artística. Genial Biles.

¿TODO VALE EN EL DEPORTE?

Para obtener una victoria, los atletas parecen estar dispuestos a todo, incluso a arriesgar el físico. Esto lo demostró la corredora de Bahamas, Shaune Miller. En la final de los 400 metros planos, a pocos metros de la meta, ella optó por lanzarse de cabeza y, de esta forma, superó a la estadounidense Allyson Felix. La acción de Miller dejó una de las fotos inolvidables de los Juegos, pero también abrió un debate sobre si todo vale en pos de subir a lo más alto del podio.

ARENAS DE COPACABANA

Entre los escenarios competitivos en Río, el más espectacular de todos fue el construido en Copacabana, que acogió al voleibol de playa. Este impresionante estadio recibió grandes concurrencias hasta la madrugada. La dupla brasileña de Alison Cerutti y Bruno Schmidt complació a sus exigentes seguidores, al obtener el título olímpico, aunque las brasileñas no cumplieron los pronósticos y quedaron sin medallas.

CONTRASTE EN EL VOLEIBOL DE PLAYA

En el voleibol de playa, el bikini fue obligatorio hasta 2012. Después de los Juegos de Londres llegó el cambio de reglamentación que permitió a las mujeres competir con el atuendo que estimaran conveniente. Esta imagen ha quedado como recuerdo de la diversidad cultural que imperó en los Juegos: la alemana Kira Walkenhorts, a la derecha, utiliza un bikini, mientras su oponente, la egipcia Doaa Elghobasgy hace uso del velo.

ORIGINALES PROPUESTAS DE MATRIMONIO

Los Juegos también sirvieron como escenario para propuestas románticas. Una de las más comentadas fue la petición de matrimonio que recibió la jugadora de rugby brasileña, Isadora Cerullo, de parte de su novia. Algo similar ocurrió con la atleta china He Zi quien, al bajar del podio donde recogió la medalla de plata, obtenida en el trampolín de 3 metros, se encontró con su novio, el también clavadista Qin Kai.

Este, de rodilla, le mostró el anillo de compromiso. “No sabía que me lo propondría hoy y no esperaba casarme tan pronto”, declaró la nadadora, con lágrimas en los ojos.

TREGUA OLÍMPICA

Corea del Sur y del Norte viven en guerra; pero, tal y como sucedía en la antigüedad, durante los Juegos Olímpicos se establece una “tregua”, así que este selfie de las gimnastas Lee Eun-Jun (a la derecha) con Hong Un-Jon (izquierda) queda como uno de los recuerdos más pacíficos de Río.

EL VERDADERO ESPÍRITU OLÍMPICO

El tropezón que sufrió la corredora Nikki Hamblin, de Nueva Zelanda, en la clasificatoria de los 5000 metros planos provocó la caída de la estadounidense Abbey D’Agostino. Fue un momento, de seguro, muy duro para D´Agostino, pero ella, en lugar de volver a la carrera, prefirió ir a ayudar a Hamblin, para que esta pudiera ponerse de pie.

Luego, ambas siguieron corriendo, pero la caída provocó una lesión en D´Agostino, quien se desplomó y entonces fue Hamblin quien la ayudó a levantarse. La neozelandesa continuó la carrera y, tras entrar en la meta, esperó la llegada de D´Agostino.

La extraordinaria exhibición de espíritu deportivo fue premiada por el público con una larga ovación y, aunque entraron últimas, los jueces decidieron incluirlas en la final.

EL “MISTERIO” DEL AGUA VERDE

Uno de los puntos más débiles de los Juegos de Río ocurrió con la contaminación que sufrieron las piscinas de clavados y polo acuático. Los atletas se quejaron por la tonalidad verde que tomó el agua y por el mal olor que salía de las piscinas.